Cataluña, esa comunidad autónoma que siempre está en el foco de la atención tanto nacional como internacional, nuevamente se enfrenta a un sombrío panorama económico. Mientras que el presidente local exhortaba al sector privado a “invertir” y a “generar prosperidad”, la realidad dice otra cosa: en los primeros seis meses de 2024, Cataluña perdió 200 empresas y, lo que es peor, esta tendencia no es nueva. ¿Qué está pasando realmente en esta región que parece estar atrapada en un ciclo interminable de pérdidas empresariales?

La cruda realidad de las mudanzas empresariales en Cataluña

El informe de Informa D&B, junto a su filial Cesce, proporciona un desglose alarmante: durante el primer semestre de 2024, Cataluña no solo perdió un número considerable de empresas, sino que también se posicionó como la comunidad con el saldo más negativo, mientras que Madrid y Andalucía se llevaban los laureles al aumentar su número de sociedades. Sí, lo adivinaste, Madrid ganó 225 empresas; ¡increíble! En un país donde el “buenas noches” es a menudo un “aquí estoy” cuando se trata de negocios, parece que las malas noticias de Cataluña se están convirtiendo en su propia rutina.

Imagínate ser un empresario que está considerando abrir su nuevo restaurante de tapas con vista al mar en Barcelona. Te ves a ti mismo con tu sexy delantal de chef y, de repente, tu cuenta de correo se llena de malas noticias sobre empresas mudándose a otros lugares. ¿Te animarías a seguir adelante con tu sueño?

Un poco de historial para entender el presente

Para entender cómo llegamos aquí, debemos remontarnos a ese fatídico octubre de 2017, cuando se declaró la independencia de Cataluña. Si bien muchos recuerdan ese momento como uno lleno de emoción y esperanza, las consecuencias económicas fueron devastadoras. En tan solo tres meses, el territorio perdió 1.189 empresas, y desde entonces, nunca hemos visto un mes positivo en términos de creación empresarial en la región.

Como decimos en mi pueblo, “cuando el río suena, agua lleva”. Y si seguimos viendo empresas que se marchan, es porque algo no les gusta. ¿Quizás es la política, la inseguridad económica, o, quién sabe, el tráfico infernal de Barcelona? Cada quien tendrá su teoría al respecto.

En el último año, las cifras no han hecho más que empeorar. Actualmente, Cataluña está perdiendo, en promedio, unas 100 sociedades por trimestre. Y mientras tanto, en Andalucía las cosas parecen más optimistas, con fluctuaciones en la creación empresarial, pero una tendencia más positiva el último trimestre. Es como los frascos de mermelada, hay algunos que se agotan innecesariamente, y otros que siguen llenos y jugosos.

Comparaciones inquietantes

Hablemos de números, porque a veces los números son la verdad que no queremos ver. Desde 2017, hemos presenciado un exilio empresarial hacia Madrid y otras regiones. En el último año, Madrid recibió 781 firmas nuevas, y no solo eso; en el primer trimestre de 2024, tuvo un saldo positivo de 44 sociedades. Comparativamente, la Comunidad Valenciana también ha visto un aumento en su tejido empresarial, lo que hace que uno se pregunte: ¿será que lo que se está haciendo en Madrid es realmente tan atractivo? ¿Qué hay de especial en su clima de negocios?

En contraste, en Cataluña, la única cosa que parece crecer es la tensión política. ¿Y para qué? ¿Para acabar con un tejido empresarial que, más bien les convendría proteger? Quizás lo que falta es un contrato social, donde se llegue a un acuerdo que beneficie tanto a empresarios como a trabajadores. Al final del día, todos queremos lo mismo: prosperidad y estabilidad.

La economía en números

Los datos no mienten. En el segundo trimestre de 2024, las mudanzas empresariales dentro de España bajaron un 3% en comparación con el año anterior. Este no es el tipo de descenso que queremos ver, sobre todo si consideramos que en el segundo trimestre de 2024, las mudanzas disminuyeron aún más, cayendo un 10%. Esto muestra un estancamiento que, si bien puede estar relacionado con la incertidumbre política y económica global, toca a todos por igual.

Es curioso cómo se habla de “hacer inversiones” cuando uno tampoco puede garantizar un retorno seguro. Es como pedirle a alguien que apueste en la ruleta: “Confía en mí, esta vez saldrá bien.” Hay una delgada línea entre el optimismo y la locura, y a veces esa línea se difumina, especialmente en períodos de crisis.

Movimientos estratégicos: ¿es el fin del camino para Cataluña?

Si intentamos analizar la dirección que está tomando Cataluña, hay que tener en cuenta que junts, un partido político con notoria influencia en la región, parece tener planes a largo plazo. Y mientras unos se preparan para liderar y hacer frente a, supuestamente, un Puigdemont «victorioso», es fundamental preguntarse: ¿qué están haciendo para revertir esta tendencia negativa?

Estamos hablando de 4,705 empresas menos en siete años. Eso es un verdadero éxodo empresarial, y no hay manera de justificarlo con una retórica política elegante. Los empresarios, a menudo pragmáticos, necesitan confiar en el entorno donde trabajan. ¿Está Cataluña brindando ese entorno?

Una llamada a la acción: ¿hay esperanza a la vista?

Lo que está claro es que, por el bien de todos, Cataluña necesita hacer un autoanálisis y posiblemente un cambio en su narrativa. La historia de la región siempre ha sido apasionante y rica, pero si no se actúa sobre el terreno actual, es posible que las lamentaciones y el lamento se conviertan en un eco en la historia.

Pero, ¿cómo podría un cambio de rumbo parecer un movimiento estratégico? Aquí algunas ideas:

  1. Estimular la innovación: Incentivar a las startups podría ayudar a crear un ecosistema donde las empresas se sientan bienvenidas.
  2. Simplificar la burocracia: Menos burocracia siempre es una buena opción. A nadie le gusta esperar meses para tener un permiso.
  3. Fomentar la colaboración entre empresas y gobiernos: Es vital unir fuerzas si realmente se quiere invertir en la comunidad.
  4. Invertir en infraestructura: Esto podría mejorar momentos vulnerables de traslado y asegurar un entorno amigable para hacer negocios.

Cierre: un futuro incierto pero posible

Al final del día, Cataluña es resistente. Sus calles están llenas de vida y creatividad; sin embargo, esos ingredientes no son suficientes si el entorno empresarial no logra florecer. Mientras que la situación no es nada fácil, es fundamental que los líderes encuentren formas de motivar a las empresas para que se queden y crezcan en lugar de huir.

Así que, la próxima vez que escuchemos al presidente local hablar de “prosperidad”, es nuestro deber como ciudadanos cuestionar la realidad detrás de esas palabras. Después de todo, un diálogo honesto y abierto es la clave para el desarrollo. Si los números son ciertos, hay que hacer algo al respecto, ¡y rápido!

En un mundo donde la frase “salir de casa” trae consigo un significado tan pesado, esperemos que este artículo sirva como un recordatorio de que, aunque el camino parece complicado, ¡siempre existe la posibilidad de un nuevo comienzo!