No podemos negar que cuando alguien como Carlos Slim, el hombre más rico de México y América Latina, habla, el mundo escucha. A lo largo de su vida, Slim ha acumulado más de 80,000 millones de dólares, una cifra que le ha permitido no solo construir su imperio empresarial, sino también convertirse en una figura crucial en el diálogo económico de México. En medio de la volatilidad del mercado global, especialmente por las tensiones arancelarias generadas por la administración de Donald Trump, es interesante reflexionar sobre cómo ve el magnate el futuro económico de su país y, por extensión, de la región.
La economía mexicana en tiempos de turbulencia
Recientemente, en una conferencia de prensa, Slim abordó las amenazas arancelarias impuestas por el presidente estadounidense. Con un tono calmado y reflexivo, hizo hincapié en que “los aranceles no funcionan” y que, en realidad, “suben la inflación”. Su afirmación nos invita a cuestionar cuál es la verdadera eficacia de estas medidas. ¿Por qué, entonces, los gobiernos en lugar de fomentar el diálogo se decantan por aplicar impuestos y tarifas que, más que ayudar, parecen complicar la situación económica?
El hombre detrás de Grupo Carso es un firme defensor de que los políticos deben adoptar un enfoque racional. Criticó la postura de Trump en relación al control del tráfico de drogas, indicando que la solución debería surgir de ambos lados del Río Bravo. A veces, recordar que las raíces de los problemas son complejas nos ayuda a entender que las soluciones simples no son la respuesta.
¿Es el optimismo de Slim infundado?
A pesar de la incertidumbre que rodea a la economía mundial, Slim se muestra sorprendentemente optimista. Afirma que con una gestión adecuada de la macroecnomía, se puede esperar un futuro prometedor. “Para crecer se necesita inversión, inversión y más inversión”, siente como un mantra el empresario. Y aquí es donde me gustaría reflexionar: ¿no sería genial si todos pudiéramos tener esa intensidad y empuje por nuestras propias ideas?
A menudo me encuentro soñando sobre cómo sería invertir mis ahorros. El otro día, mientras miraba una serie sobre emprendedores, me sorprendió ver cuánto se arriesga la gente para alcanzar sus sueños. Slim, a su manera, resuena con esa noción, reconociendo que la economía mexicana tiene un potencial inmenso, siempre y cuando se mantenga el enfoque en la inversión pública y privada.
Reflexiones sobre el liderazgo en tiempos de crisis
Slim también señaló lo que considera una estrategia de “cabeza fría” por parte de la actual presidenta Claudia Sheinbaum. Es fácil olvidar cuánto valor tiene mantener la calma en tiempos de crisis. Recuerdo un momento en mi vida donde un proyecto se vino abajo y, en vez de reaccionar con desesperación, decidí hacer una pausa y analizar las posibilidades. ¿No es esto lo que todos necesitamos hacer de vez en cuando?
La necesidad de inversión se deja sentir en todo el país. Si Slim, quien a sus 85 años no se detiene ante la adversidad, puede ver un camino hacia adelante, tal vez todos deberíamos hacernos estas preguntas: ¿Cuántas veces nos hemos dejado llevar por el miedo? ¿Cuántas oportunidades hemos dejado pasar por no tener la confianza de actuar?
La polémica sobre la reforma al Poder Judicial
El magnate no se detuvo ahí y también fue crítico respecto a la reforma al Poder Judicial. Slim afirmó que ha existido desde hace años una falta de separación real de poderes en el país, lo cual es un tema delicado y que necesita atención. A veces, es fácil caer en la trampa de la complacencia y pensar que los problemas del sistema se resolverán solos. Slim, en su firme opinión, sostiene que este enfoque puede ser un error.
La inversión en telecomunicaciones y el papel de Telmex
Hablemos un poco de telecomunicaciones. No es un secreto que Slim ha sido acusado de tener un papel monopólico en este sector. A pesar de las críticas, en la reciente conferencia reafirmó que su empresa, Telmex, no tiene poder en el mercado de TV de paga y que, cuando adquirió la compañía, invirtió más de 8,000 millones de dólares en tan solo cuatro años para renovarla.
Es muy fácil hacer juicios desde fuera, pero Slim también comparte cómo esa inversión fue un trabajo arduo. A veces me pregunto cuánto se necesita invertir en nuestra vida personal para realmente renovarnos. ¡Quizás debería abrir ese gimnasio que he estado considerando por años!
Nuevos horizontes: Inversiones en energías fósiles
A pesar de la creciente preocupación mundial por el cambio climático, Slim ha decidido seguir apostando por el sector energético, invirtiendo 1,000 millones de dólares en producción y refinación de petróleo crudo el año pasado. Mientras algunos podrían criticar su enfoque, él menciona que la demanda de combustibles fósiles no desaparecerá en el corto plazo.
Esto plantea un debate interesante sobre hacia dónde deberíamos dirigir nuestras inversiones. En una sociedad que aboga por el uso de energías renovables, tal vez es momento de reflexionar sobre la diversidad de opciones disponibles. ¿Es correcto ignorar todo lo aprendido sobre energías sostenibles, o debemos aprender a convivir con ellas?
La importancia de la economía circular
En un mundo donde la sostenibilidad se ha vuelto un término de moda, Slim ha sido un recordatorio de la importancia de diversificar y ser pragmático. Cuando mencionó su interés por el gas natural en Lakach en asociación con Pemex, evidenció que, aunque el camino hacia las energías renovables es vital, la transición requiere tiempo y adaptación. ¿Y tú, qué harías en su lugar? Quizás yo optaría por mezclar ambas estrategias, como aquel sabio dicho que dice que no todo lo bueno es blanco o negro.
Cambiando el enfoque hacia el futuro
Slim, fiel a su estilo narrativo, tomó la conferencia para relatar la historia de su emporio, comienzos humildes que se remontan a la compra de Jarritos del Sur en 1965 y la creación de Grupo Financiero Inbursa. Recordé entonces que en la vida, como en los negocios, nunca es tarde para iniciar. La mayoría de nosotros hemos soñado con tener nuestro propio «emprendimiento».
Es una verdad universal que, a veces, el camino está lleno de tropiezos y fracasos. Slim ha estado en esa montaña rusa y, con una mezcla de trabajo y determinación, ha logrado llegar a donde está. Pero, ¿qué pasa con aquellos que nunca dan ese primer paso? La historia de Slim es una inspiración, sí, pero también una llamada a la acción para todos nosotros.
¿Qué podemos aprender de Carlos Slim?
Su legado está impregnado de resiliencia. Mientras el mundo se encuentra inmerso en crujientes cambios, figuras como Slim nos recuerdan la importancia de adaptarnos y buscar nuevas oportunidades. Con su enfoque en la inversión y el crecimiento sostenido, es evidente que, a lo largo de su vida, ha buscado constantemente mejorar no solo su situación personal, sino también la de su país.
Por supuesto, cada uno de nosotros tiene su propio camino, pero hay valiosas lecciones que podemos extraer. Al igual que Slim, nunca está de más mantener los ojos en el horizonte, invertir en nuestro futuro y nunca dejar de aprender. Al final del día, todos debemos preguntarnos: ¿qué legado queremos dejar?
Conclusión: Una perspectiva esperanzadora
Carlos Slim, con su sabiduría, nos está brindando un faro en un mar de incertidumbre económica. Las inversiones y el crecimiento no solo deberían ser metas para él, sino que deberían resonar en cada uno de nosotros. Vivimos en un mundo donde los desafíos son constantes, pero también lo son las oportunidades.
Aquí no se trata solo de un magnate o de su fortuna, sino de una invitación a reflexionar y actuar. Cuánto depende de nuestra disposición para reflexionar, adaptarnos y actuar. Tomar el control de nuestras vidas y destinar nuestros recursos en lo que más valoramos. La historia de Slim es más que un relato de éxito; es un recordatorio de lo que es posible cuando nos atrevemos a soñar en grande.
Así que, ¿estás listo para dar ese paso que te acerca a tu propio imperio? Es hora de levantar la vista y, quizás, de hacer esa primera inversión en ti mismo. ¡Nunca es tarde!