En un giro inesperado que podría transformar el panorama del empleo en España, el Tribunal Supremo ha decidido que las empresas no pueden despedir a sus trabajadores sin ofrecerles la oportunidad de defenderse. Si bien esto puede sonar como un relato sacado de una serie de juicios en televisión, es muy real y tiene grandes implicaciones para todos los trabajadores y empleadores en el país.

Un poco de contexto: ¿qué nos lleva a esta decisión?

El pasado 13 de noviembre, el Tribunal Supremo emitió una sentencia unánime que ha dejado claro que la justicia laboral no solo se trata de reglas estandarizadas, sino de valores fundamentales, como escuchar y dar voz a quienes están en la cuerda floja del despido. Esta decisión fue el resultado de un recurso presentado por la Fundación para los estudios Superiores de Música y Artes Escénicas de las Islas Baleares (FERMAE-IB), que puso sobre la mesa un fallo anterior del Tribunal Superior de Justicia de las Islas Baleares. En este contexto, se puede decir que el tribunal no solo se ha legado a revisar sentencias pasadas, sino que también ha querido lanzar un mensaje claro: los derechos de los trabajadores son sagrados.

¿Qué implica la audiencia previa?

En términos prácticos, esto significa que ahora las empresas tienen la obligación legal de proporcionar una audiencia previa a los empleados que enfrentan un despido, permitiéndoles defenderse de las acusaciones en su contra. Muchos de nosotros hemos visto la película «El abogado del diablo» con Al Pacino, y aunque aquí no hay demonios, sí hay implicaciones que podrían cambiar el juego.

¿Alguna vez te has sentido impotente ante un despido injusto? Apuesto a que la respuesta es sí. Recuerdo una vez cuando trabajaba en un minorista, y un compañero fue despedido solo porque el gerente no le agradaba. La indignación que sentimos todos fue palpable, pero, lamentablemente, en aquel momento, no había mucho que pudiéramos hacer. Este nuevo giro en la legislación podría haber cambiado ese resultado.

De los cambios en la ley a la claridad jurídica

Este cambio en la doctrina del Tribunal Supremo no solo se debe a un capricho, sino que también responde a un contexto jurídico más amplio. Según los magistrados, el ajuste se fundamenta en cambios significativos en el ordenamiento jurídico español en las últimas décadas.

La ley de Tratados Internacionales, la doctrina constitucional y la propia calificación del despido han evolucionado. La Organización Internacional del Trabajo (OIT), un organismo al que España está suscrita desde 1982, juega un papel crucial en este rediseño. El convenio número 158 de la OIT estipula que se debe ofrecer una audiencia previa, excepto en circunstancias en las que no sea razonable hacerlo.

Hacer hincapié en la transparencia y el debido proceso es vital para generar confianza tanto en los empleados como en los empleadores. Este nuevo enfoque podría, sin lugar a duda, ayudar a prevenir despidos injustificados, lo que llevaría a una mayor estabilidad laboral.

Una mirada atrás: ¿Cómo se hizo el cambio?

No se trata solo de aplicar una nueva norma; este cambio representa una revisión de la doctrina laboral vigente desde la década de 1980. En ese momento, los despidos podían llevarse a cabo sin ninguna escucha previa, lo que pone de manifiesto cuán lejos hemos llegado, y cuán necesario fue este cambio. Tal vez deberíamos iniciar un movimiento de «celebración del debido proceso» en las oficinas.

Un amigo mío, Juan, solía bromear diciendo que en las empresas, sus empleados eran como las croquetas: a veces se toman decisiones sin saber su verdadero valor. Este nuevo cambio podría ser visto como el chef que se niega a tirar la croqueta que aún tiene potencial, en lugar de ponerla directamente en la basura.

Repercusiones para los trabajadores y las empresas

Para los empleados

La ventaja más inmediata de este fallo es que los trabajadores ahora tienen una oportunidad real de defenderse. Esto puede traducirse en menos despidos arbitrarios y en un entorno laboral más respetuoso. Pero, ¿qué significa esto en términos reales?

Imagina que un día llegas al trabajo, y tu jefe, quizás en un mal día o por un malentendido, decide que ya no te necesita. Ahora, gracias a esta sentencia, deberías ser escuchado. No solo podrás justificar tu desempeño, sino que tendrás espacio para explicar situaciones atenuantes, lo que podría salvar tu empleo. Esto no es solo un pequeño regalo; es un cambio de juego.

Para las empresas

Por otro lado, esta decisión también impone nuevas responsabilidades a las empresas. Ahora deben implementar procedimientos para garantizar que cualquier despido se lleve a cabo con un trámite de audiencia. Las empresas más pequeñas pueden resultar más afectadas, ya que el tiempo y los recursos para llevar a cabo estas audiencias pueden ser escasos.

Sin embargo, en el gran esquema de la cultura laboral, este puede ser un paso necesario hacia una relación más equilibrada entre empleadores y empleados. Además, una empresa que escucha a sus trabajadores crea un entorno de confianza, lo que en última instancia beneficia la productividad.

Reflexionando sobre el futuro del desempleo en España

En este contexto, es natural preguntarse: ¿este cambio realmente mejorará el ambiente laboral en España? La respuesta no es sencilla.

Por un lado, el impacto de la nueva doctrina del Tribunal Supremo podría ser bastante positivo, fomentando una mayor justicia y equidad en el lugar de trabajo. Por otro lado, como en todo sistema, algunas empresas pueden resistirse a estos cambios, lo que podría llevar a un aumento de la burocracia en los despidos.

A lo largo de mi carrera, he escuchado que «en las crisis, las oportunidades». Quizás esta sea una oportunidad para que las empresas revisen su cultura y valores. Tal vez, debería existir un movimiento nacional que sea una mezcla entre recursos humanos y justicia.

Conclusiones

El cambio en la legislación laboral que exige audiencia previa ante despidos es un paso destacado hacia la protección de los derechos de los trabajadores en España. El Tribunal Supremo, con su decisión unánime, ha enviado un mensaje claro: todos merecen una oportunidad de ser escuchados antes de perder su medio de vida.

Si bien la implementación de este cambio puede presentar desafíos, el camino hacia un ambiente laboral más justo es uno que vale la pena transitar. Reflexionando sobre estos cambios, me pregunto: ¿será este el comienzo de una nueva era en las relaciones laborales?

Sólo el tiempo lo dirá. Pero por ahora, al menos podemos celebrar que las croquetas no son el único recurso que se salva de la basura.