En el mundo de la aviación comercial, no hay un solo día en el que no se escuche algo sobre la gigante Boeing. Pero hoy, las noticias están particularmente cargadas y no son nada alentadoras. Kelly Ortberg, el nuevo consejero delegado de la compañía, ha desatado una tormenta al anunciar que tendrá que recortar su plantilla un 10%, lo que significa que alrededor de 17,000 empleados perderán sus trabajos. ¿Recuerdas aquella época en que volar era sinónimo de vacaciones soñadas? Ahora, parece que volar se ha convertido en un aterrizaje forzoso para Boeing.
La crisis que enfrenta Boeing
Desde 2019, Boeing ha estado en una montaña rusa de pérdidas y problemas de seguridad. La compañía ha vivido un calvario posterior a los desastres de los 737 Max que costaron la vida a más de 300 personas. Desde entonces, no solo ha tenido que luchar con la falta de confianza del público, sino también con una caída en sus ingresos y una serie de decisiones que podrían hacer que cualquiera en su lugar se rasque la cabeza.
En su reciente comunicado, Ortberg comentó: “Nuestro negocio se encuentra en una posición difícil, y es difícil exagerar los retos a los que nos enfrentamos juntos”. Y, sinceramente, no se le puede culpar. Lo que se presume que es una máquina poderosa de aviación y tecnología, se ha visto debilitada y ahora enfrenta pérdidas acumuladas de casi 30,000 millones de dólares. Y para colmo de males, ahora hay una huelga en curso que se suma a su calvario.
El impacto de la huelga
Imagina que estás a punto de abordar un avión y escuchas: “¡Atención, pasajeros! Nos disculpamos por el retraso, pero nuestros empleados están en huelga porque ni siquiera pueden acordar un buen contrato”. En serio, ¡vaya situación surrealista! Alrededor de 33,000 empleados en Seattle han decidido parar la producción, y aunque esto podría parecer una estrategia de presión, a estas alturas, lo único que están logrando es dejar a Boeing en una posición aún más precaria. Ortberg, como si tuviera una piedra en el zapato, ha tenido que lidiar con dos ofertas de aumento salarial que fueron rechazadas. ¿Y quién puede culpar a los trabajadores? Después de todo, ¿quién quiere ser el tipo que lava los platos en la fiesta mientras otros se divierten?
Las cifras no mienten
Ahora, hablando de números, Boeing está esperando reportar unos ingresos de 17,800 millones de dólares en el tercer trimestre. Pero antes de que te emociones, hay un matiz: se espera una pérdida de 9.97 dólares por acción, lo que hace que el panorama sea aún más sombrío, dejándolos con una pérdida total de 6,100 millones de dólares. Y, si estabas pensando que eso era todo, la primera mitad de este año ya le costó a la compañía 1,800 millones de dólares. Fue como un viaje en montaña rusa: emocionante al principio, pero al final, deseas que alguien te recoja del suelo.
En un intento de permanecer a flote, Ortberg ha sido muy claro en que estos recortes son necesarios para la supervivencia a largo plazo. “Estamos tomando importantes decisiones estratégicas para nuestro futuro y tenemos una visión clara del trabajo que debemos hacer”, dice, como si todo esto fuera solo una tarea en su lista de compras.
La dolorosa reestructuración
Si creías que el dolor iba a terminar ahí, piénsalo de nuevo. Ortberg ha indicado que los programas 777X y 767 verán cargas extraordinarias antes de impuestos de hasta 3,000 millones de dólares en el tercer trimestre. La producción del 777-9 no se espera hasta 2026, y el retraso en la entrega implementará una carga de 2,600 millones de dólares. Pero, ¡espera! Si estabas planeando hacer un viaje en ese nuevo carguero, siento decirte que deberías ajustar tus planes de vuelo.
La compañía también está esperando unas pérdidas en su división de Defensa, Espacio y Seguridad por otros 2,000 millones de dólares en varias iniciativas. ¡Aparentemente, volar no es opcional hoy en día!
Un pasado complicado y un futuro incierto
Detrás de cada crisis está un trasfondo complicado. En julio, Boeing aceptó declararse culpable de conspiración de fraude criminal y acordó pagar 243.6 millones de dólares por la investigación que surgió de los accidentes mortales del 737 Max. En un mundo donde la confianza es fundamental, esto es como si un amigo te prometiera que no va a comerse tu pizza, solo para descubrir que él es el culpable de la desaparición… doloroso, ¿verdad?
Desde 2018, Boeing ha acumulado pérdidas tremendas, y aunque sus números de pérdidas de 2022 fueron menos que los del año anterior, eso no hace que el hecho de despedir a miles de empleados sea más fácil de digerir. Lo que parece ser un cambio de rumbo puede parecer que es solo poner una curita en una herida más grande.
Estrategias de Boeing para la recuperación
Un cambio estructural suena como un término formal, pero se ha convertido en la regla de oro en Boeing. La compañía ha implementado varias tácticas para ajustar su enfoque. La suspensión de contrataciones, la congelación de viajes corporativos y recortes en varios niveles han sido sus primeros pasos para salir de esta situación.
Además, hay una pequeña comedia cómica en el aire. Boeing sigue intentando encarrilar las negociaciones con los sindicatos, mientras anuncia despidos. ¿No parece un juego de malabares? “Voy a despedirte, pero ¿qué tal si aumento tu salario?” Es como un chiste de mal gusto que realmente no hace reír a nadie.
Futuro de Boeing en un contexto global
En un mundo donde la competencia en la industria de la aviación es feroz, el futuro de Boeing depende no solo de las decisiones que se tomen en la próxima Junta Directiva, sino también del entorno económico global. Con la recuperación lenta de la pandemia y la guerra en Europa afectando muchos mercados, es incierto cómo se adaptará la industria.
En 2023, muchas aerolíneas están tratando de reconstruir su imagen y asegurar que sus flotas estén listas para cumplir con las demandas, pero Boeing parece estar atrapado en un ciclo que no acaba. En detalle, ¿podrá Boeing salir de esta situación y volver a ser el líder innovador que solía ser? ¿O estaremos añadiendo más capítulos tristes a la historia de esta icónica compañía?
Reflexiones finales
Así que aquí estamos, mirando a Boeing mientras atraviesa tempestades que ni un barco de piratas podría enfrentar. La valentía de la empresa para recortar personal en estos tiempos difíciles no es solo un reflejo de la posición de la industria; también es un recordatorio de la fragilidad de la economía global y la importancia de la cultura de la seguridad.
En última instancia, desear no es suficiente. Bueno, como dice el dicho, «sólo el tiempo lo dirá». Pero como consumidores y observadores, también nos queda preguntarnos: ¿qué significa todo esto para nuestra confianza en la aviación y, sobre todo, en aquellos robustos jets de Boeing que una vez nos hicieron sentir invencibles en nuestro camino por el aire?
La única certeza es que el camino hacia la recuperación será largo, lleno de ajustes severos, negociaciones frustradas, y, con suerte, una guía que ayude a que Boeing vuelva a bailar entre las nubes un día.