Cuando piensas en alpinistas y montañistas que han empujado los límites de lo que se considera posible, es difícil no mencionar a Kilian Jornet. Este héroe moderno del ultrafondismo no solo ha alcanzado picos impresionantes, sino que su última aventura en Los Alpes, donde coronó 82 montañas de 4,000 metros en solo 19 días, ha dejado a muchos boquiabiertos. Pero lo que realmente me fascina de Jornet no son solo sus hazañas físicas, sino el trasfondo humano y emocional que las acompaña. ¿Quién se atrevería a aventurarse en estas gargantas de hielo y roca sin oxígeno, cuerdas fijas ni ayuda? Me ha hecho pensar que quizás necesitamos un poco más de ese espíritu aventurero en nuestra vida diaria.

Un encuentro cercano con el Everest

Imagina estar a más de 8,000 metros de altura, enfrentándote al Everest con un estómago descompuesto y el cerebro vagando entre la realidad y la alucinación. Esa fue una de las experiencias vívidas que Kilian Jornet compartió en una reciente entrevista en el programa La Revuelta. «Tenía diarrea, y aunque sabía que necesitaba energía, no quería comer», reflexionó. De hecho, resumió su ascenso en unas impresionantes 26 horas y, para colmo, bajó en 34. ¿Quién necesita un reloj con esos tiempos?

Revisando estas cifras, me pregunto: ¿Qué nos motiva a arriesgar tanto? Para Jornet, la respuesta es clara. Al hablar de su segunda subida al Everest, admitió que «repetir la experiencia» era una forma de aprovechar el permiso que había pagado. No sé ustedes, pero yo no puedo evitar preguntarme: ¿qué tan motivado hay que estar para hacer eso?

El subidón de la cima

La forma en que Jornet narra su experiencia es casi mágica —o, al menos, eso diría un poeta. La forma en que decidió subir nuevamente al Everest, después de una experiencia de agotamiento extremo la semana anterior, es algo que realmente desafía la lógica. «Salí desde un campamento un poco más alto y tardé 19 horas en subir», comentó.

Sin embargo, lo realmente impresionante aquí no es solo su tiempo. Es el hecho de que Jornet completó esta hazaña sin oxígeno artificial, ni cuerdas fijas, ni siquiera ayuda de porteadores. ¿Alguna vez has hecho algo en tu vida que te haya hecho sentir invencible? Esto parece ser la versión extrema de eso, y me hace pensar en todas las cosas que dejamos de hacer por miedo.

La experiencia de alucinación

Ahora, aquí es donde la aventura se vuelve un poco más oscura. Mientras descendía, Jornet tuvo un apagón. «Era consciente de que estaba alucinando», contó, «pero también me sentía responsable de un chaval que en realidad no existía». Recuerdo una vez que esperé a que llegara un autobús que nunca apareció, y como resultado, comencé a conversar con una papelera. Digo esto no porque me haya vuelto loco, sino porque a veces la mente puede llevarte a escenarios insospechados cuando el agotamiento y la soledad se combinan.

En medio de una tormenta, con un frío penetrante y esa sensación de desorientación, se encontró en un dilema existencial. ¿Era un sueño o una pesadilla? ¿Si saltaba, despertaba? Estas preguntas revelan lo real y lo surrealista de la experiencia alpinista. Lo que hace que su historia sea aún más atrapante es el hecho de que, a pesar de los peligros, él decidió simplemente parar, calmarse y descansar. En ese momento, incluso podría haber apagado su mente un segundo, como cuando en medio del estrés de la vida moderna simplemente tomas un respiro profundo.

Reflexiones sobre el dinero y el medio ambiente

Pero no todo gira en torno a las montañas. En una de las partes más inolvidables de su entrevista, se cuestionó sobre el dinero que tenía en su cuenta bancaria. «Entre 150,000 y 200,000 euros», mencionó, seguido de una reflexión profunda sobre el futuro del planeta. Para él, «el mejor futuro que puedo dar a mis hijas no es el dinero, es que vivan en un planeta mejor». Esta es una perspectiva que resuena profundamente en estos tiempos de incertidumbre ambiental.

Reflexionando sobre esto, me veo en la encrucijada habitual de «¿qué es lo verdaderamente valioso en la vida?» En nuestra búsqueda constante por acumular riqueza, a menudo olvidamos que la salud de nuestro planeta es un regalo del que deberíamos cuidar. ¿Realmente vale la pena acumular riquezas si, a cambio, perjudicamos nuestro entorno? Jornet nos invita a pensar en ello.

Momentos de adversidad y crecimiento personal

A pesar de vivir en un contexto de logros extremos, me sorprendió escuchar que Kilian no siempre fue el ícono que es hoy. En realidad, se ha enfrentado a sus propias dosis de adversidad y superación. Quienes han tenido la oportunidad de platicar con él destacan su humildad y su forma de conectar con los demás a través de su verdadera esencia, más allá del atleta que vemos.

Recuerdo un momento en mi propia vida, cuando decidí correr un maratón. Entre las muchas dudas y miedos, había un “yo” que siempre se sentía demasiado débil para hacerlo. Y, según mis amigos, probablemente también mucho más “gordo” que lo que realmente soy. Pero correr esa carrera se convirtió en un símbolo de superación personal para mí. Al final, todos tenemos nuestras montañas que escalar, ya sean literales o metafóricas.

El legado de Kilian Jornet

Dejaremos que los números hablen solos. Jornet ha escalado los 82 picos más altos de Los Alpes y ha establecido récords que muchos solo pueden soñar alcanzar. Y sin embargo, el verdadero legado de su vida y trabajo es el mensaje que nos deja: cuidar nuestro entorno y buscar significado más allá del éxito personal.

Un poco de humor no viene mal. Se dice que los alpinistas son los únicos que sienten que tienen más garantía de una buena tuya en la cumbre que en el sillón de casa. Pero Jornet nos recuerda que, a menudo, el verdadero orgullo y felicidad se esconden detrás de contribuir a una causa mayor.

Reflexiones finales sobre el compromiso y la aventura

Así que la próxima vez que te encuentres frente a una montaña, de cualquier tipo, recordemos a Kilian Jornet. Tal vez no tengamos que escalar el Everest, pero todos enfrentamos un Everest en nuestra vida diaria. Cada uno lleva su carga y todos luchamos nuestras propias batallas. ¿Tienes tus propias montañas que escalar? Te invito a reflexionar sobre lo que realmente importa en tu vida: la aventura, la conexión y el legado que dejemos por venir.

En resumen, Kilian Jornet no es solo un alpinista excepcional; es una fuente de inspiración que nos muestra el valor de perseguir nuestros sueños mientras cuidamos de este hermoso planeta que llamamos hogar. ¿No es hora de que también hagamos nuestra parte?