La historia tiene una forma peculiar de entrelazarse con las vidas de aquellos que se atreven a desafiar la norma. Puede que no todos conozcamos su nombre, pero la historia de Louis de Jaucourt es un relato que resulta casi épico, haciendo que nuestras propias luchas diarias parezcan triviales en comparación. ¿Alguna vez te has sentido abrumado por un proyecto tan grande que pensabas que era casi imposible de llevar a cabo? Bueno, la vida de Jaucourt es un recordatorio de que, a veces, la pasión puede llevarte a hacer sacrificios monumentales por el bien del conocimiento.
¿Quién fue Louis de Jaucourt?
Louis de Jaucourt nació en París en 1704, en una familia noble protestante, y desde sus primeros años, su sed de conocimiento era insaciable. Imagina a un niño corriendo de un libro a otro, con los ojos brillantes de curiosidad y un deseo ferviente de entender cómo funcionaba el mundo. A pesar de contar con un entorno acomodado, el verdadero lujo para él era el saber. Su educación fue, sin lugar a dudas, impresionante: estudiar teología en Ginebra, física y matemáticas en Cambridge, y medicina en Leyden. ¡Incluso dominaba cinco idiomas modernos! No sé ustedes, pero yo apenas puedo recordar el español adecuado y las tres palabras que aprendí de francés.
Pero Jaucourt no solo fue un academico; fue un hombre cuyo legado se inscribió en una de las obras más ambiciosas de la Ilustración: la Encyclopédie. Y como veremos, su dedicación a este monumental proyecto le costó mucho más que su tiempo y esfuerzo: llegó a vender su propia casa.
La Ilustración: el contexto de la Encyclopédie
Para entender el esfuerzo titánico de Jaucourt, hay que considerar el contexto cultural en el que vivió. La Ilustración fue un periodo caracterizado por la lucha contra la ignorancia y por la promoción del razonamiento y del conocimiento como herramientas para el progreso social. En esos días, la crítica hacia la religión y la monarquía absolutista empezaba a tomar forma, impulsando a pensadores como Voltaire, Rousseau y Montesquieu a desafiar los dogmas establecidos.
En este hervidero de ideas, la Encyclopédie nació como un rayo de esperanza. Con un enfoque audaz, pretendía democratizar el acceso al conocimiento y poner el saber en las manos del pueblo. Así, en 1751, Denis Diderot y Jean le Rond d’Alembert se embarcaron en este proyecto. ¿Qué tan grande fue la magnitud de este esfuerzo? De hecho, la Encyclopédie abarcó 35 volúmenes, más de 70.000 artículos y 3.000 ilustraciones que cubrían temas desde la ciencia hasta el arte, pasando por la técnica artesanal (todo un desafío en una época tan conservadora).
Louis de Jaucourt y su legado monumental
Aquí es donde entra Louis de Jaucourt. Como uno de los colaboradores más activos de la Encyclopédie, Jaucourt estaba decidido a dejar su huella en la historia. Contribuyó nada menos que con 17.200 artículos, lo que representa alrededor de una cuarta parte del total. Sí, lo leíste bien: ¡una cuarta parte de todos esos artículos escritos por una sola persona!
Imagina el kilométrico maratón de escritura que eso representaba. En lugar de correr o hacer yoga, él se levantaba con la determinación de escribir hasta ocho artículos al día. Y todo ello sin recibir compensación económica, lo que me lleva a preguntarme: ¿qué tan fuerte debe ser tu amor por el conocimiento para trabajar de esta manera? A veces me quejo de tener que terminar un informe de dos páginas, y de Jaucourt no solo le importaba el tiempo, sino que además vendió propiedades para financiar su trabajo.
Su dedicación al proyecto fue tal que Diderot lo apodó ‘el esclavo de la Encyclopédie’. Pero no era solo el espíritu de sacrificio lo que hizo a Jaucourt destacar; era su capacidad de abarcar un vasto rango de temas, desde democracia y libertad hasta ciencia. Es como si hubiera tenido un universo entero de conocimientos en su mente y decidió compartirlo con el mundo. Aquí es donde me detengo y aunque sea un poco dramático, no puedo dejar de aplaudir al hombre.
El incidente del barco hundido: un giro trágico
Imagínate que pasas años y años trabajando en una obra monumental solo para que un maldito barco la hunda. Eso fue precisamente lo que le ocurrió a Jaucourt. Antes de dedicarse a la Encyclopédie, pasó 20 años escribiendo un tratado médico en seis volúmenes, que por supuesto, estaba escrito en latín (porque, claro, escribir en el idioma común sería demasiado fácil). Sin embargo, al irse a Ámsterdam para imprimir su obra, el barco que la transportaba se hundió con el único ejemplar que poseía. O sea, ¡vaya mala suerte! Después de 20 años de trabajo, ¡se quedó con las manos vacías! Yo habría usado eso como excusa para renunciar a la escritura por el resto de mi vida, pero Jaucourt continuó, elevado por su pasión indescriptible.
El impacto duradero de la Encyclopédie
La Encyclopédie no solo fue un hito de conocimiento; también se convirtió en un manifiesto filosófico y político. Su esencia fue promover una educación igualitaria y accesible para todos. Tenía un enfoque inclusivo que abarcaba tanto el conocimiento académico como el práctico, lo que fue radical en su tiempo. La Encyclopédie no solo buscaba academicismo, sino que también desafiaba la idea de que el conocimiento debía estar reservado para una élite.
La influencia de la Encyclopédie en la historia fue monumental. Fomentó un cambio de mentalidad que desencadenó movimientos revolucionarios, incluido el de la Revolución Francesa. En muchas maneras, estableció las bases de cómo entendemos el conocimiento hoy en día: no solo como una colección de datos, sino como una herramienta fundamental para la libertad y la emancipación intelectual.
Jaucourt: el legado personal
Hoy, aunque Jaucourt no esté físicamente con nosotros, su trabajo resuena en cada rincón de nuestras vidas modernas. Todos hemos oído hablar de la importancia de la educación y del acceso a la información, y mucho de eso se debe al espíritu de la Ilustración y al esfuerzo de hombres como Jaucourt.
¿Alguna vez te has preguntado qué legado dejarás tú? ¿Contribuirás a una comunidad, a tu familia o al mundo de alguna manera? Si has aprendido algo de la historia de Louis de Jaucourt, debería ser que transformar el mundo no requiere únicamente de grandes decisiones, sino de una dedicación perseverante hacia un objetivo. Vender una casa pueda ser una locura, pero a veces, la locura es la chispa que inicia el cambio.
Reflexiones finales
La vida de Louis de Jaucourt nos recuerda que hay una profundidad en la búsqueda del conocimiento que va más allá de las simples palabras en la página. Nos enseña que la perseverancia y la dedicación pueden cambiar el curso de la historia. En un mundo que a veces se siente superficial, su historia es un testimonio de que el verdadero valor yace en el compromiso con nuestra pasión.
Así que la próxima vez que te sientas abrumado por tus propios proyectos, recuerda a Jaucourt. ¡Quizás no necesites vender tu casa, pero sí puedes encontrar la motivación para levantarte y seguir adelante! Porque al final del día, el conocimiento y la creatividad son los mejores regalos que podemos ofrecer no solo a nosotros mismos, sino también a nuestros descendientes.
Referencias:
- Xataka. (2024). Su nombre: Louis de Jaucourt, y fue capaz de vender hasta su propia casa por terminar la epopeya.
- Historia de la Ilustración y la Encyclopédie.
- Datos históricos sobre Louis de Jaucourt y su contribución al conocimiento.
Espero que encuentres inspiración en la historia de Louis de Jaucourt. ¿Te animarías a seguir los pasos de este titánico pensador?