Si hay algo que nos encanta a los aficionados a la música clásica, es encontrar nuevos fragmentos de la vida de nuestras estrellas más queridas. Y ahora, la noticia de una carta perdida de Mozart ha hecho temblar los cimientos del mundo de la música. Imaginen esto: un viejo trozo de papel, olvidado en el baúl de una familia francesa, que se convierte en una joya que pone de manifiesto no solo el talento inigualable de Wolfgang Amadeus Mozart, sino también un capítulo insólito en su vida. ¿Cómo es posible que un documento como este haya estado oculto durante tanto tiempo? Vamos a descubrirlo juntos.
Una carta para la historia musical
La carta, fechada en abril de 1783 y dirigida a Jean-Georges Sieber, el primer editor de las obras de Mozart, será subastada por primera vez el próximo 5 de diciembre. Tal como si estuviéramos en un episodio de «Antiques Roadshow», esta carta ha estado perdida y se pensaba que formaba parte de las sombras del pasado, hasta que un grupo de expertos, encabezados por Francisco Pinedo, CEO de International Autographs Auctions Europe, la ha sacado a la luz. «La existencia de esta carta era conocida, pero se había dado por perdida. Ha permanecido décadas en los archivos de una familia en Francia», explica Pinedo con la emoción que solo un verdadero amante de la música puede sentir.
¿No les resulta fascinante pensar en estos documentos históricos como tesoros que aguardaban pacientemente ser descubiertos? La historia suele estar llena de estas cajas de sorpresas, y esta es solo una más.
El contenido: un vistazo al proceso creativo de Mozart
Ahora, vamos un poco más al fondo de la carta. En este documento, Mozart ofrece a Sieber tres conciertos para piano y seis cuartetos. Destaca Pinedo que este es el primer momento en el que el compositor hace referencia a los cuartetos que más tarde dedicaría a Joseph Haydn, un detalle que los amantes de la música no pueden pasar por alto. Imagine que es como si Beethoven hubiera decidido escribir a su editor hablando sobre una sinfonía que aún no había terminado. Pero aquí está la clave: Mozart, siendo un verdadero genio musical, ya tenía todo en su cabeza. Es situarse en las botas de un prodigio que podía imaginar cada nota antes de plasmarla en el papel. ¡La mente de Mozart operaba en un nivel completamente diferente!
Recuerdo que, cuando tenía unos 10 años, mi profesor de música me decía que tenía que «escuchar con los ojos» al leer partituras. Jamás entendí del todo esta frase hasta que vi un documental sobre Mozart. Ese pequeño genio, mientras otros luchamos por entender los acordes, él ya estaba diseñando sus obras maestras en una especie de sinfonía mental. ¿Dónde estaba mi banda sonora interna mientras tanto?
Un precio regalado por la historia
Tal como se esperaba de un documento tan significativo, la carta tiene un precio de salida estimado entre 100.000 y 150.000 euros. Eso sí, no se sorprendan si llega a cifras mucho más altas. Ya ha recibido numerosas ofertas, tanto dentro como fuera de Europa. Es como tener un Picasso en casa que nadie sabía que existía. ¿Quién no querría ser el afortunado que, de un día para otro, posee una pequeña parte de la historia musical?
La subasta se sitúa en la categoría de «cartas autógrafas, documentos históricos y manuscritos», lo que invita a los coleccionistas de objetos raros a combatir en una guerra de ofertas que seguramente será tan emocionante como la última presión a un penalty en un mundial de fútbol. Sin embargo, es de esperar que el respectivo interés no solo venga de aquellos que buscan lucrarse, sino también de aquellos que simplemente aprecian la música y la cultura.
La reacción de los expertos
Los expertos en autógrafos han certificado la autenticidad del documento, destacando la firma de Mozart y su contenido único. Uno de ellos, Renato Saggiori, también brindó su análisis a esta cautivadora revelación. Pero, ¿qué significa realmente tener un autógrafo de esta magnitud? Sería algo así como obtener un selfie con Beyoncé para la generación actual; es un momento que te hace sentir parte de algo más grande.
Los especialistas también comentaron que, cuando Mozart escribió a su editor, él había terminado el primer cuarteto, pero tenía en su mente los otros cinco. Pensemos en eso: esa capacidad prodigiosa de un verdadero maestro, capaz de visualizar una obra completa en su mente antes de llevarla a la realidad. Es algo que la mayoría de nosotros solo podemos soñar.
¿Qué pasó con la respuesta de Sieber?
La carta menciona que Mozart también le pide a Sieber que le envíe una respuesta. Lamentablemente, parece que esta ha quedado en el limbo del tiempo; la respuesta se considera perdida. Ironías del destino, ¿no? Cuánto habríamos dado por saber qué pensaba Sieber de la obra que tenía ante sus ojos. Pero los enigmas son parte del encanto, ¿verdad?
Además, parece que Sieber rechazó la oferta inicial, lo que llevó a Mozart a firmar un contrato más tarde con la editorial Artaria, que publicó sus cuartetos en 1785. Es interesante pensar que, en este mundo de oportunidades y rechazos, uno de los mayores compositores de todos los tiempos tuvo que trabajar duro, lidiar con editores, y sortear la burocracia artística de su época. Ciertamente, no era más fácil que la vida de un compositor contemporáneo, eso es seguro.
Un legado que continúa
Lo más notable de esta historia es cómo un simple trozo de papel puede conectar a varias generaciones. Desde su creación en 1783 hasta su subasta en 2023, la carta de Mozart ha recorrido un largo camino. Cada cifra de la subasta, cada experto que la examina, cada amante de la música que la anhela, mientras sostiene el aliento ante la posibilidad de que se convierta en parte de su colección; es simplemente la continuidad del legado. La historia de un hombre que puso sus pensamientos en forma de música, para que otros la disfrutaran siglos después.
En cierto modo, cada uno de nosotros también guarda una ‘carta’ en nuestras vidas, un pedazo de historia personal que define quiénes somos. Tal vez sea un diario, una carta de amor olvidada o hasta un acorde grabado en nuestra memoria. La vida tiene esa forma peculiar de enlazar nuestras historias a las de aquellos que nos precedieron.
Reflexiones finales
Estoy seguro de que muchos de nosotros hemos pasado tiempo en anticuarios o mercados de pulgas buscando ese ‘algo’ que podría cambiar nuestra vida. ¿Quién no ha soñado con dar con una obra de arte perdida o un libro que parece tener una historia que contar? El hallazgo de esta carta de Mozart nos recuerda que la historia no está simplemente en los libros. A veces, solo hay que saber dónde buscar y tener un poco de suerte.
Así que mantengamos la mirada atenta, porque quién sabe, tal vez algún día descubramos nuestra propia carta, con un legado que trascienda el tiempo. Mientras tanto, sigamos disfrutando de la música que este prodigio nos dejó y, sobre todo, recordemos que, al final del día, todos estamos conectados en esta hermosa sinfonía que es la vida. Después de todo, ¿quién necesita un final feliz cuando puedes tener un buen acorde final?