La historia del rock está repleta de bandas que nos han dejado huella, pero pocas pueden igualar el viaje tumultuoso y fascinante de The Jesus and Mary Chain. Estas leyendas del post-punk escocés vivieron altibajos que rivalizan con las mejores telenovelas. ¿Quién hubiera pensado que detrás de la atmósfera sombría y ruidista de su música se escondían historias de rivalidad fraternal, excesos y, sobre todo, un amor inquebrantable por el arte? Quizás los hermanos Reid, Jim y William, son la prueba viviente de que el talento puede florecer incluso en el terreno más pedregoso. Su reciente autobiografía, Incomprendidos, es una mirada íntima y a menudo divertida a su vida, su música y su sorprendente regreso al escenario.

La historia de The Jesus and Mary Chain: De la gloria a la ruina

El año 1985 marcó la irrupción de The Jesus and Mary Chain con su álbum debut, Psychocandy, que combinaba sonidos melódicos con una explosión de ruidos que dejaba a la audiencia boquiabierta. Pero, como bien sabemos, el camino hacia el éxito no siempre es lineal. Jim y William Reid no solo tuvieron que lidiar con las presiones de la industria musical, sino que también debían gestionar su tumultuosa relación como hermanos. En muchas ocasiones, la rivalidad entre ellos parecía más intensa que la que podrías ver en una película de acción de Hollywood. ¿Quién no ha tenido alguna vez una disputa familiar que se salga de control? Yo recuerdo una pelea épica entre mis hermanos por el último trozo de pizza que, honestamente, podría haber terminado en un juicio.

El conflicto de las nueces: Un pequeño desencuentro

En Incomprendidos, los hermanos revelan que uno de sus primeros grandes conflictos se originó por… sí, lo adivinaste: un cuenco de nueces. Después de un concierto, William tuvo una acalorada discusión con su cuñada sobre el consumo de esos frutos secos. ¿Quién podría imaginar que unos simples snacks se convertirían en el catalizador de una pelea que los llevaría a estar tres meses sin dirigirse la palabra? Al final, lo que comenzó como una disputa trivial se convirtió en un aire pesado de rencor entre dos tipos que, a la postre, solo querían hacer música.

La vida de concierto en concierto

En esos primeros días, las giras eran una máquina de tensión continua. Recuerdo mi primera experiencia en un concierto: el aire eléctrico en el ambiente, la emoción palpable y la expectativa en aumento. Sin embargo, en el caso de The Jesus and Mary Chain, estos sentimientos venían acompañados de una buena dosis de sustancias. La banda era famosa por su estilo de vida hedonista. Jim Reid, en particular, lidiaba con sus demonios personales, reflejando la lucha constante entre el arte y la autodestrucción.

Como dice el refrán: «El camino al éxito está lleno de espinas». En su caso, las espinas venían en forma de alcohol y drogas. Hace un tiempo, alguien me dijo que las mejores historias surgen de las experiencias más difíciles. Suena cliché, pero hay algo de verdad en ello. ¿Cuántas veces hemos escuchado la frase «todo por el arte»? Los Reid solían llevar ese lema al extremo.

Reencuentro y reconciliación

Después de separarse abruptamente en 1998 tras un concierto caótico en Los Ángeles, donde el alcohol y los gritos volaron por igual, muchos pensaron que The Jesus and Mary Chain había llegado a su fin. Pero, como en toda buena historia de redención, hubo un rayo de esperanza en el horizonte. La mediación de su hermana pequeña fue crucial para que Jim y William se reunieran nuevamente en 2007, uniendo fuerzas en un mundo que parecía haber cambiado radicalmente desde su separación.

A menudo me sorprende cómo el amor familiar puede ser un potente catalizador de cambio. Recuerdo una discusión en la que estuve involucrado que duró años, pero todo cambió cuando mi hermana decidió organizar una comida familiar. A veces, todo lo que necesitas es un buen guiso casero para recordar la importancia de la familia. En su caso, ese guiso era una mezcla de música, nostalgia y la esperanza de un futuro mejor.

El impacto de su música en la cultura actual

Poco después de su reunión, la canción «Just Like Honey» de The Jesus and Mary Chain fue utilizada en la emblemática película Lost in Translation de Sofia Coppola, lo que revitalizó su carrera y les presentó ante una nueva generación de oyentes. Más tarde, «Happy When It Rains» se convirtió en parte de una campaña publicitaria de Chevrolet, asegurando que su sonido siguiera resonando en las ondas sonoras de la cultura popular.

A veces, reflexiono sobre cómo la música puede ser un viaje de descubrimiento, tanto para los artistas como para el público. ¿Cuántas veces has redescubierto una canción que parecía haberse perdido en el tiempo? La habilidad de The Jesus and Mary Chain para mantenerse relevantes es un testimonio de su legado y fuerza musical. Teniendo en cuenta la velocidad a la que las tendencias musicales cambian, es maravilloso ver a héroes del pasado en el limelight de nuevo.

El hilarante lado de la rivalidad

Una de las revelaciones más agradables de Incomprendidos es el humor de los hermanos Reid. En medio de cuentas de ira y adicciones, hay riñas memorables que te hacen reír. En la autobiografía, William menciona cómo, después de cada gira, ambos querían “matarse”. Es como una comedia de enredos familiar donde los personajes son tan disfuncionales que terminas riéndote de sus desdichas.

Esa dinámica entre ellos me recuerda a muchas familias que, a menudo, se parecen más a una serie cómica que a una epopeya dramática. Como cuando mi hermano y yo competimos para ver quién puede decir el chiste más absurdo en la cena familiar. La risa, al final del día, es lo que nos une.

La influencia de The Jesus and Mary Chain en la música contemporánea

Lo fascinante del legado de The Jesus and Mary Chain es cómo han influido en numerosos artistas modernos, desde The Strokes hasta Arctic Monkeys. Su sonido ha encontrado su lugar en el panteón del rock alternativo, demostrando que su legado perdura. Según críticos de música, su mezcla de melodías pegajosas y guitarras distorsionadas fue innovadora y sentó las bases para bandas posteriores.

La pregunta es: ¿qué hace que una banda perdure en la memoria colectiva? Tal vez sea la habilidad de conectar emocionalmente con su audiencia, algo que los Reid han hecho magistralmente a lo largo de su carrera. Después de todo, si no resuena con nosotros emocionalmente, ¿realmente vale la pena? El rock, al igual que cualquier forma de arte auténtico, debe tener un elemento profundamente humano.

Conclusión: Un nuevo capítulo para The Jesus and Mary Chain

Hoy en día, a sus más de 60 años, Jim y William Reid han demostrado que el amor por la música puede superar cualquier obstáculo. Después de su emotiva presentación en el festival Tomavistas en Madrid, queda claro que han encontrado su camino de regreso al corazón de sus seguidores. Con su nuevo álbum «Glasgow Eyes», el bien llamado retorno de los dioses del noise pop está aquí para quedarse.

Por lo tanto, ¿qué podemos aprender de la increíble, ruidosa y tumultuosa historia de The Jesus and Mary Chain? Quizá que la vida, al igual que su música, es una mezcla emocional de armonías y ruidos; a veces dulce, a veces amarga, pero siempre digna de ser escuchada.

Así que, la próxima vez que escuches «Just Like Honey», recuerda que detrás de cada gran canción hay una historia de amor, dolor, risa y, sobre todo, redención. Porque si un grupo que casi se va a las manos por un cuenco de nueces puede regresar y hacer música juntos, ¿qué podría detenernos a nosotros en nuestras propias vidas? Como siempre digo, «la música es la única religión que realmente funciona». ¡Nos vemos en la próxima nota de entusiasmo musical!