Si estás planeando una escapada a Edimburgo, la capital escocesa, déjame decirte que estás a punto de descubrir una de las ciudades más emocionantes y culturales de Europa. Con su impresionante Royal Mile, la majestuosa catedral de St. Giles y el icónico castillo de Edimburgo, hay tanto por explorar que podrías necesitar un mapa y un par de zapatos cómodos para recorrerla. Pero hoy quiero hablarte de un lugar que, a menudo, se pasa por alto en favor de las vistas panorámicas y las historias de fantasmas.

Hablemos del Museo Nacional de Escocia, un rincón donde la historia, la ciencia y la cultura se entrelazan de formas sorprendentes. ¡Y lo mejor de todo! La entrada es gratuita. Así que, si quieres experimentar lo mejor de Escocia sin romper la hucha, sigue leyendo.

La magia del Museo Nacional de Escocia

Situado en pleno casco histórico de Edimburgo, este museo es la fusión de dos instituciones: el Museo de Escocia (inaugurado en 1998) y el Museo Real (con más de 150 años de historia). ¿Te imaginas lo que sería abrir un libro donde las páginas cuentan con objetos históricos que abarcan la historia completa de un país? Voilà, eso es lo que ofrece este museo.

Desde su reforma en 2011, el edificio ha pasado a ser una de las direcciones imprescindibles para cualquier visitante. Pasear por la Gran Galería es como embarcarse en un viaje a través del tiempo, permitiéndote vislumbrar los diversos capítulos de la historia escocesa.

¿Qué encontrarás en sus salas?

Si te gustan las sorpresas, el Museo Nacional de Escocia no te decepcionará. Te encuentras cara a cara con reliquias de la época de los levantamientos jacobitas, misteriosas figuras de ajedrez provenientes de la isla de Lewis, e incluso vestigios de la Prehistoria. Yo recuerdo cuando visité el museo por primera vez: me enteré de que había artefactos que databan de siglos antes de que Hallmark comenzara a hacer tarjetas de felicitación. ¡Así de antiguo!

Entre los objetos más icónicos se encuentra nada menos que la famosa oveja Dolly, el primer mamífero clonado. Verla te hace reflexionar sobre la ética de la ciencia—¿deberíamos clonar a los unicornios? Yo también tengo mis dudas. Además, hay monoplazas de Fórmula 1 embelleciendo las paredes del museo. Sinceramente, nunca imaginé que un laboratorio de ciencia revolucionaria podría correlacionarse con la velocidad de un auto de carreras.

La arquitectura: una mezcla de lo antiguo y lo moderno

El diseño arquitectónico del museo es a la vez contemporáneo y típico de Escocia. Es como si estuvieran tratando de hacer una fiesta donde invitan a un castillo y a una discoteca, todo en el mismo lugar. Al entrar, te encontrarás rodeado de techos altos y espacios luminosos que contrastan con las tradiciones históricas que se muestran en las exposiciones. Eso sí, ¡no te olvides de la cámara! Cada rincón es digno de Instagram.

¿Y qué hay del horario?

El museo abre sus puertas todos los días de la semana, así que no hay excusas para no visitarlo. Los horarios son de 10 de la mañana a 5 de la tarde, lo que significa que incluso puedes convertir tu mañana perezosa en un tour cultural. ¿A quién no le gusta un brunch seguido de un buen tanteo histórico?

Un día en el Museo Nacional de Escocia

Si decides dedicar un día a explorar el museo, te recomiendo que lleves un par de snacks. No hay nada mejor que combinar la historia con una buena porción de frutos secos mientras contemplas las reliquias. Aquí te dejo un itinerario que podría funcionarte:

10:00 – 11:00: La Gran Galería

Comienza el día en la Gran Galería, donde el asombro te espera. Esta es probablemente la parte más instagrameable del museo. Ah, y asegúrate de tomar un selfie con la replica en tamaño real de un dinosaurio. Te prometo que tus amigos se asombrarán.

11:00 – 12:30: Relicarios de la historia

Luego, dirígete a las salas enfocadas en la historia escocesa. Aquí es donde las reliquias te cuentan historias. Recuerda, si te detienes a leer cada etiqueta, puedes pasar un día entero; ¡así que hazlo por partes!

12:30 – 1:30: Almuerzo en el café del museo

Es hora de hacer una pausa. Recuérdate que nada es más descansado que disfrutar de un buen café mientras reflexionas sobre lo que has visto. Si eres un amante del shortbread escocés (y ¿quién no lo es?), deberías probar alguno de los deliciosos que ofrecen en el café.

1:30 – 2:30: El arte y la ciencia se encuentran

Tras el almuerzo, es hora de sumergirte en la zona de ciencia. Esto puede resultar un poco abrumador—puede que no comprendas todas las física cuántica pasada, pero los objetos expuestos son geniales. Acércate a las secciones que presentan los avances, desde el telégrafo hasta los drones.

2:30 – 4:00: Hora de las curiosidades

Sigue explorando las salas hasta que llegues a la parte donde se encuentran las rarezas: el maniquí de Napoleón y una colección de instrumentos musicales exóticos. ¡Perfecto para hacer alarde de tu buen gusto entre amigos!

4:00 – 5:00: Una última mirada

Antes de salir, asegúrate de pasar por la tienda del museo. No hay nada como comprar un pequeño recuerdo para llevar a casa: tal vez un libro sobre la historia escocesa o una suave bufanda tartán. ¿Quién puede resistirse?

Conclusión

El Museo Nacional de Escocia es mucho más que solo un espacio de exhibición; es un lugar donde puedes conectar con la historia y cultura de un país que ha dejado una huella indeleble en el mundo. Así que, si te decides a viajar a Edimburgo, no olvides dejar un espacio en tu itinerario para esta joya.

Recuerda que el aprendizaje se puede hacer divertido; a veces, un déjà vu lúdico en un museo puede ser el mejor tipo de aventura. Quítate la chaqueta, ponte tus mejores zapatillas, y prepárate para dejarte llevar por la rica historia que te brinda este lugar. ¡Hasta la próxima, amantes de la cultura!