Si alguna vez has tenido la oportunidad de perderte en un sendero rodeado de naturaleza y historia, sabes que esas experiencias son de las que se quedan grabadas en la memoria. La ruta al Acueducto Romano de Peña Cortada en la provincia de Valencia es una de esas aventuras que invitan a dejar atrás el ajetreo cotidiano y sumergirse en un mundo donde lo antiguo se entrelaza con la belleza natural. Acompáñame en esta travesía mientras exploramos no solo el camino en sí, sino también un poco de la rica historia que lo rodea. Pero antes, asegúrate de tener tu mochila lista y averigua dónde queda la Fuente de Sapejo, que es el punto de partida.

El inicio de la aventura: ¿cómo llegar a la fuente de Sapejo?

Para comenzar esta emocionante ruta, primero debemos establecer el camino hacia la Fuente de Sapejo. Desde la bulliciosa ciudad de Valencia, sólo debes tomar la CV-35 en dirección a Ademuz. Pasa por el pintoresco municipio de Calles, que es como un remanso de paz en comparación con la frenética vida urbana. Una vez que llegues a Calles, las indicaciones hacia la fuente son claras.

¿Sabías que muchas veces la etapa inicial de una aventura se siente como aquella primera cita? Todo es emoción, nervios y, en ocasiones, un poco de miedo, pero aquí no hay citas que perder; solamente la oportunidad de conquistar maravillosas vistas y aprender sobre la ingeniería antigua. Al llegar, asegúrate de aparcar bien, ya que, como en las mejores historias de amor, hay detalles que marcan la diferencia.

Primer tramo: de la Fuente de Sapejo al Mirador de la Rambla de Alcotas

Una vez en la fuente, la ruta comienza a desenrollarse ante ti como un viejo mapa de tesoros. La senda es circular y, aunque tendrás que caminar cerca de 12 kilómetros (ida y vuelta), no te preocupes; la duración varía de entre tres a cuatro horas, dependiendo de cuánto tiempo te detengas a maravillarte con el paisaje. Te advertiré que las vistas son muy fotogénicas, así que, si eres un apasionado de las redes sociales, asegúrate de tener suficiente batería en tu móvil.

A medida que avanzas, el camino va ascendiendo suavemente por las laderas de un barranco. Si estás en un grupo, este es el momento perfecto para contar aquellas anécdotas que nadie quiere escuchar, o para compartir tus mejores chistes de papá, porque, seamos honestos, ¿quién no ama un buen juego de palabras en una caminata?

Pasarás por pasarelas y puentes de madera que parecen sacados de un cuento de hadas, y si tienes suerte, podrías tropezar con un pinar que recuerda a un antiguo bosque encantado. Mantente atento a la vegetación: es como un rompecabezas de naturaleza donde cada pieza tiene su historia.

Después de unos 500 metros de ascenso, llegarás al Mirador de la Rambla de Alcotas. Este es el momento clave para sacar la cámara y capturar una selfie con vistas espectaculares. Desde este mirador, la comarca de Los Serranos se despliega ante ti como un lienzo natural que te invita a respirar hondo y a dejar que la tranquilidad te envuelva. Como un colega me dijo una vez, “No hay mejor terapia que la naturaleza” y, vaya que tiene razón.

Continúa la aventura: el camino hacia el Acueducto de Peña Cortada

Una vez que hayas disfrutado de las vistas, sigue avanzando hacia el destino final: el incomparable Acueducto de Peña Cortada. Este sector del camino te llevará por paisajes más rocosos y algunos desniveles que mantendrán tus piernas en modo gimnasio. No olvides llevar una linterna, especialmente porque se abrirán ante ti unos túneles excavados en roca que, si bien pueden parecer un poco intimidantes, son parte de la magia del recorrido.

La historia del Acueducto es casi tan asombrosa como su construcción misma. Aunque parezca impenetrable a primera vista, este acueducto se edificado entre los siglos I y II d. C., y es un testimonio del ingenio humano. Cuando llegues a la estructura principal, observa los arcos de medio punto que, aunque llevan siglos de pie, siguen contando historias. Recuerda que cada piedra ha sido testigo de generaciones enteras que han pasado por aquí. ¿Te imaginas?

Y aquí es donde se pone interesante: la Peña Cortada, el corte vertical en la roca que da nombre al lugar. A medida que caminas por debajo de lo que una vez fue un canal que llevaba agua, es fácil dejar volar la imaginación y pensar en cómo era la vida en esos tiempos, sin teléfonos, pero con mucho ingenio.

Regreso al punto de inicio: explorando la Torre de Castro

Ahora que has completado la parte más emocionante, es hora de regresar a la fuente. Pero antes de despedirte de la ruta, asegúrate de acercarte a la Torre de Castro. Esta antigua fortificación medieval es como la visión del pasado que nos recuerda la importancia de la defensa en aquellos tiempos, aunque hoy solo queda en ruinas, te prometo que tiene un encanto especial.

Mientras desciendes, te encontrarás con un camino lleno de pinos que ofrecen sombra, y en días calurosos, sería un pecado no aprovechar una pausa para disfrutar de un trago de agua. La vida es corta, y cada momento cuenta, ¿verdad?

A medida que te acercas al final del recorrido, los últimos descensos ofrecerán un poco de desafío. Pero, como en la vida, a veces tienes que luchar un poco para volver a sentirte en paz. Y, al final, cuando llegues de vuelta a la Fuente de Sapejo, habrás recorrido no solo un camino físico, sino también emocional. Habrás vivido una historia que puedes contar, con risas, sudor, y quizás algunas quejas sobre los músculos adoloridos por el ejercicio.

Conclusiones sobre la ruta del Acueducto Romano de Peña Cortada

Tanto si eres un amante de la historia como si simplemente buscas escapar del ritmo vertiginoso de la vida cotidiana, esta ruta ofrece un poco de todo. La combinación de naturaleza ancestral, historia fascinante, y el amor por el senderismo hacen de esta experiencia una gran elección. Además, la ruta es perfecta para aventureros de todos los niveles.

Aventúrate a explorar el Acueducto de Peña Cortada y deja que cada paso te acerque un poco más a esa conexión perdida con la tierra. Tierras que, a pesar de qué tantos cambios han vivido, todavía guardan sus secretos. ¿Quién sabe? Quizás al final de la ruta, te encuentres a ti mismo. O, al menos, con unas fotos espectaculares para compartir en tus redes sociales.

Y antes de irte, si alguna vez haces esta ruta, recuerda compartir tus propias anécdotas y descubrimientos. Porque, al final del día, cada senderista tiene una historia que contar, y aquí, en la provincia de Valencia, la siguiente aventura podría estar a la vuelta de la esquina. Así que, ¿estás listo para emprender el camino? ¡Nos vemos en la ruta!