La vida de trabajar en televisión suele estar llena de luces, cámaras y, por supuesto, un sinfín de críticas. Y a veces, esas críticas pueden ser tan absurdas que uno se pregunta si la gente realmente tiene algo más que hacer. Este es precisamente el caso de la humorista y colaboradora de La Revuelta, Lala Chus, quien ha sido objeto de comentarios vergonzosos y fuera de lugar tras ser seleccionada como presentadora de las Campanadas de La 1 junto a David Broncano. Vamos a sumergirnos en este asunto, pero primero, permíteme compartir contigo una anécdota personal.
Una Nochevieja memorable con campanadas
Recuerdo la última Nochevieja que pasé en casa de mi abuela. Era una celebración de las de antaño: uvas, besos bajo el muérdago y, por supuesto, la tele encendida en la presentación de las campanadas. Siempre he tenido una debilidad por las presentadoras carismáticas, y aquel año las campanadas eran presentadas por una de ellas. Esa energía, ese brillo… En fin, que envejecí un año emulando a mi abuela, gritando «¡Feliz Año!» cada vez que se acercaba la medianoche. Pero lo que nunca imaginé es que un día, leería sobre críticas hacia una presentadora simplemente por su físico. ¡Qué viejo chiste es ese!
Ahora, volviendo al caso de Lala Chus, las críticas han sido tanto machistas como gordofóbicas. Todo comenzó cuando el activista político camerunés Bertrand Ndongo decidió lanzar un comentario tan inapropiado como desafortunado, sugiriendo que Lala “debería comer más frutas” con un trasfondo de desprecio hacia su apariencia. Este tipo de afirmaciones son lo que realmente llena de indignación, ¿no crees?
Un fenómeno de la televisión en auge
Para aquellos que no están al tanto, Lala Chus es una cómica y colaboradora en un programa que arrasa en la pequeña pantalla. Su elección como presentadora es, de hecho, un gran paso hacia una representación más diversa en televisión, pero esto, desafortunadamente, parece no haber sido entendido por todos.
José Pablo López, presidente de RTVE, fue uno de los primeros en pronunciarse para defender a Lala. Destacó que las críticas no eran por el peso de la presentadora, sino que obedecían a un misógino y retrogrado contexto donde la apariencia de las mujeres se convierte en un tema de debate, a diferencia de sus homólogos masculinos. ¿Es realmente necesario evaluar a alguien por su apariencia, especialmente cuando se trata de su trabajo?
Humor y crítica social: imposible separarlos
El humor es una herramienta poderosa, lo sabemos bien. Nos ayuda a lidiar con las adversidades y, a menudo, tiene un fuerte impacto en la crítica social. Pero lo que está sucediendo en este caso va más allá de eso. Algunos usuarios en redes, como @MarBalCas, se tomaron la libertad de hacer comentarios sobre el peso de Lala en vez de aportar un análisis constructivo sobre su labor como presentadora. En vez de eso, el nivel de degrado llega hasta el punto de asegurar que “donetes” serían un mejor acompañamiento que las tradicionales uvas. Es casi surrealista, ¿verdad?
Lo interesante es que no estamos hablando solo de una crítica, sino de un patrón que ya se ha visto en la industria. Comparar el trato que recibe una mujer como Lala Chus con el de su contraparte masculina, como Alberto Chicote o Ibai Llanos, deja en evidencia el machismo presente en nuestra cultura, un hecho que debería sonrojarnos a todos. ¿Por qué nadie se ha preguntado si Chicote era suficientemente atractivo para presentar las campanadas?
La voz de la razón
Es fácil perderse en el ruido de las opiniones externas, pero numerosas voces se han alzado en defensa de Lala. La influencer Marta Llanos también abordó la situación con sinceridad, señalando la naturaleza sexista de los comentarios que tanto Lala como otras presentadoras han tenido que soportar. “Nadie se preguntó si Ramón García era suficientemente atractivo para usar su capa”, afirmó con razón. Es un tópico rancio que ya ha pasado su tiempo.
Sin embargo, para ser honestos, hay un trasfondo mucho más profundo detrás de estas críticas. El miedo al cambio. La incomodidad de que las mujeres ocupen espacios donde tradicionalmente los hombres han estado. Y es que, cuando las mujeres rompen esas barreras, algunos preferirían lanzar críticas que reflexionar sobre su impacto positivo en la sociedad.
El peso de la crítica y la resiliencia
Para un comediante, el peso de la crítica puede ser abrumador. Lala Chus, por su parte, ha demostrado ser una mujer resiliente en medio de tal tormenta. En lugar de dejarse abrumar por los comentarios negativos, ha respondido con humor y gracia, demostrando que el amor propio es, en última instancia, la respuesta. Sus seguidores la apoyan y la aplauden, y muchos han criticado la superficialidad de las opiniones destructivas.
En las redes sociales, se ha convertido en un fenómeno apoyar y amplificar la voz de quienes desean un cambio real. En ocasiones, quienes magnifican las críticas a figuras como Lala están tan fuera de lugar que se convierten casi en personajes de un sketch cómico. ¿Quiénes se creen que son para dictar lo que es apropiado o no?
Por un futuro más justo y diverso
A lo largo de los años, hemos visto cómo la representación en la televisión ha evolucionado, y el caso de Lala Chus es parte de este avance hacia la igualdad. La inclusión de mujeres diversas y con distintos tipos de cuerpos en el ámbito del entretenimiento no debería ser una batalla, sino la norma.
Es evidente que hay ciertas personas que se resisten al cambio, y recurren a comentarios venenosos para mantener el status quo. Es en este momento que debemos unirnos, como espectadores, y ser parte de la solución: apoyando a quienes nos representan, independientemente de su físico.
Cuando las Campanadas de La 1 se transmita, espero que todos recordemos que lo que realmente importa es la alegría de comenzar un nuevo año, y no cuánto pesan las presentadoras. Si bien puede ser divertido criticar a los presentadores, ¿no sería mejor soltarse y disfrutar del espectáculo? Aquí lo que se necesita es un brindis, no un juicio.
La importancia de cambiar la narrativa
Estamos en un momento en el que es fundamental dar un giro a la narrativa sobre la apariencia física en televisión. Después de todo, la televisión debería ser un lugar donde las personas se sientan representadas, donde brillen talentos diversos. El hecho de que muchas mujeres talentosas sean atacadas por su físico mientras se ignoran las habilidades de los hombres es un reflejo de un sistema que necesita un cambio de mentalidad.
Sí, la crítica constructiva es esencial para que los talentos sigan mejorando, pero el tipo de críticas que Lala ha tenido que soportar no tiene lugar en una sociedad que busca la inclusión. Podemos celebrar el talento y la dedicación de una mujer en la televisión sin tener que hacer comentarios hirientes sobre su apariencia.
Reflexionando sobre nuestras propias acciones
Las redes sociales pueden ser un arma de doble filo. Si bien sirven para dar voz a quienes a menudo son silenciados, también alimentan el odio y la negatividad. ¿Cuántos de nosotros hemos sido culpables de deslizar el dedo hacia abajo, compartiendo o comentando publicaciones dañinas? Puede que no tengamos mala intención, pero a veces, nuestras acciones tienen consecuencias.
Si el mensaje final de esta historia es aprender a ser empáticos hacia los demás, entonces hemos ganado algo. En lugar de caer en la trampa de la crítica fácil, podemos convertir nuestras observaciones en un impulso positivo, compartiendo alegría y amor a través de nuestras palabras.
Conclusión: más que un comentario
La historia de Lala Chus es un recordatorio de que, más allá de ser una figura pública, hay una persona con sentimientos detrás de cada crítica. Elegir ser vulnerables, honestos y empáticos crea un entorno donde las diferencias no son motivo de burla, sino causa de celebración. Así que la próxima vez que sientas ese impulso de juzgar, pregúntate a ti mismo: ¿realmente vale la pena? Porque a la final, todos queremos ser aceptados y apreciados por quienes realmente somos.
Así que, ¿qué te parece si empezamos un nuevo enfoque para aquellas campanadas de este año? Un brindis por Lala Chus y por todas las mujeres que rompen barreras en el camino hacia un futuro más brillante y diverso, y que, por favor, ¡que sean solo uvas las que se coman! 🍇 ¡Feliz Año Nuevo!