La momificación, esa práctica tan intrigante que nos lleva a vislumbrar un mundo antiguo lleno de rituales y creencias profundas. ¿Pero sabías que, más allá de los vendajes y bálsamos, el olor juega un papel crucial en todo esto? Sí, como lo oyen, amigos. Recientemente, un grupo de investigadores de la UCL y la Universidad de Ljubljana ha desenterrado (literal y figurativamente) un nuevo estudio que revela datos fascinantes sobre cómo los olores de las momias nos pueden contar historias que han permanecido ocultas durante 5,000 años.

Un viaje a través del tiempo

Imagínate esto: estás en un museo, parado frente a una momia envuelta en los misteriosos vendajes que han perdurado por siglos. Generalmente, es fácil maravillarse con la destreza de la momificación, pero hay algo que falta: el olor. Y es aquí donde la investigación toma un giro extraordinario. ¿Qué pasaría si te dijera que el olor podría transformar completamente nuestra experiencia y comprensión del antiguo Egipto?

La investigación, publicada en el Journal of The American Chemical Society, aborda esta cuestión de forma fascinante. ¿Es ético exhibir momias en lugar de relegarlas a un oscuro almacén? Esta es una de las preguntas recurrentes que surgen entre los conservadores y el público. Sin embargo, los museos canarios parecen optar por la primera opción, y no es difícil entender por qué.

El aroma de la historia

La emotiva historia que rodea a las momias es rica y variada. Desde la perspectiva de la ciencia, el estudio se centra en la identificación de esos aromas que han perdurado en el tiempo. En lugar de hacer un muestreo invasivo de las momias, los investigadores utilizaron un enfoque no destructivo mediante análisis químicos. Me recuerda a esa vez que traté de averiguar de dónde venía un olor extraño en mi refrigerador; a veces, el mejor camino es observar sin tocar.

Utilizando un panel de olfateadores humanos, lograron identificar y clasificar los aromas en términos de calidad, intensidad y agrado. No puedo evitar preguntarme: ¿qué tan divertido fue tener a un grupo de personas oliendo y intentando identificar aromas de hace milenios? debería haber sido toda una experiencia. “Este olor es definitivamente más atractivo que el día de mi cumpleaños en el que intenté hacer un pastel y acabé con un desastre”, bromea un investigador en el informe.

Momias y paisajes olfativos

Uno de los descubrimientos más sorprendentes del estudio es la capacidad de los investigadores para diferenciar entre los aromas que provienen del propio objeto arqueológico, los productos conservantes, o incluso los pesticidas aplicados a lo largo del tiempo. Eso sí, con la premisa de que los olores pueden haberse «fusionado» a lo largo de los años, lo que hace que la investigación sea más intrigante. Personalmente, me es difícil imaginar lo que podría significar unir aromas de eucalipto, antiguo, con algo tan vital como la historia egiptológica.

Así, las notas florales que se perciben podrían provenir de resinas de pino y enebro utilizadas para embalsamar a los difuntos. ¿Quién lo iba a imaginar? En lugar de un aroma a formaldehído, como a menudo se podría asociar con la preservación, parece que el antiguo Egipto tenía su propio ambientador natural.

La evolución de la momificación

A medida que profundizamos en el tema, es evidente que la práctica del embalsamamiento ha evolucionado con el tiempo, haciéndose más refinada y compleja. La investigación no solo ayuda a los museos a conservar sus colecciones, sino que también podría repercutir en la manera en que se interpretan y exhiben estas obras antiguas.

Y así, la historia no termina aquí. En el contexto de los museos, la evolución en la representación de la momificación puede dar lugar a experiencias de «paisajes olfativos», donde los visitantes no solo pueden ver las momias, sino también oler lo que rodeaba su existencia. Algunos podrían pensar, «¿Por qué querría oler una momia?», pero imagine la inmersión que significaría. Podría incluso ser una experiencia más auténtica, más rica e informativa.

Si tan solo los antiguos egipcios supieran que sus rituales de conservación podían convertir a un museo moderno en una «taquilla sensorial».

¿Por qué es importante el olor?

Aquí es donde entra en juego la verdadera magia del olor en la cultura egipcia. Según el coautor del estudio, el profesor Ali Abdelhalim, la momificación para los antiguos egipcios era más que un simple ritual. Era su forma de preservar cuerpo y alma para la otra vida mediante un proceso meticuloso que involucraba aceites, ceras y bálsamos.

Para los egipcios, los olores agradables eran símbolos de pureza asociados a deidades, mientras que los olores desagradables eran indicadores de corrupción y descomposición. Como dice el profesor en el estudio, incluso hoy en día, los conservadores pueden describir como «agradable» el aroma de esos cuerpos. ¿Te imaginas? La próxima vez que estés en una exposición de momias y alguien mencione el «agradable aroma», tal vez pienses dos veces antes de hacer una mueca.

En definitiva, al conectar el aroma con la experiencia de la momificación, el estudio también refleja cómo los antiguos egipcios veían la vida y la muerte: un ciclo que va más allá de lo físico y se adentra en lo espiritual.

La conexión emocional

Desde un punto de vista más personal, no puedo evitar sentir una profunda empatía hacia estos antiguos métodos de preservación. La momificación no era solo un proceso técnico; era un acto de amor y respeto hacia los difuntos. Esa conexión emocional nos recuerda que, a pesar de las diferencias a través del tiempo, hay aspectos de la humanidad que permanecen inalterados.

Cuando pienso en la capacidad de los olores para evocar recuerdos, me doy cuenta de que este estudio es en sí mismo un recordatorio de que no solo estamos observando historias pasadas, sino también sintiendo las emociones que estos rituales evocaban en su tiempo. ¿Alguna vez has pasado junto a un mercado de especias y te ha transportado a la cocina de tu abuela? Lo mismo sucede con las momias y sus antiguos aromas.

Un museo del futuro

De cara al futuro, es emocionante pensar en cómo este estudio puede afectar la forma en que experimentamos las exposiciones de historia antigua. Con la posibilidad de crear ambientes más inmersivos y envolventes, la educación y la apreciación del patrimonio cultural podrían transformarse radicalmente.

Imagina caminar por un pasillo que, además de exhibir artefactos antiguos, emite los aromas de los aceites que una vez adornaron a los grandes faraones. Sería como estar en una película histórica, pero sin los actores de Hollywood.

Además, esto complica la manera en que tradicionalmente concebimos la conservación y exhibición de artefactos. Ahora, más que nunca, se nos invita a mirar más allá de lo visual y conectar con los sentidos. En un mundo donde todos buscamos experiencias auténticas y memorables, este enfoque puede ser justo lo que algunos museos necesitan para atraer al público moderno.

En conclusión

Los olores y la momificación son un fascinante recordatorio de cuán ricas y complejas son nuestras historias humanas. A través de este estudio, no solo se han destapado secretos sobre prácticas funerarias antiguas, sino que también se ha abierto una puerta hacia un futuro donde el pasado puede ser revivido en nuestros sentidos. Tal como expresó la investigadora Cecilia Bembibre, el olfato es un sentido que infunde vida a nuestra comprensión del antiguo Egipto, y ahora tenemos la oportunidad de realmente oler esa historia.

Así que la próxima vez que estés en un museo, recuerda que, aunque es posible que no puedas oler una momia, su historia lleva consigo un aroma único que merecería ser experimentado. ¿Quién sabe? Tal vez un día disfrutemos de una experiencia donde cada olor nos hable más fuerte que cada objeto expuesto. Entonces, solo entonces podremos entender la verdadera esencia del antiguo Egipto.

Y tú, ¿te atreverías a oler una momia si tu museo lo ofreciera? ¡El mundo es un lugar loco, y estoy aquí por ello!