El ecosistema deep tech en España se encuentra en un momento crucial. Aunque el país cuenta con una sólida base científica y un aumento en la inversión en innovación, las dificultades de financiación y el escaso trasvase de conocimiento entre laboratorios y empresas persisten como dos de los principales obstáculos. ¿Qué significa esto para el futuro de nuestras startups y empresas tecnológicas? Vamos a desglosar este tema.
Una mirada al ecosistema deep tech en España
Vamos a empezar por el principio: ¿qué entendemos por deep tech? Este término se refiere a tecnologías que se basan en descubrimientos científicos y avances de ingeniería complejos. A diferencia de los modelos más simples como el software, las empresas deep tech requieren un enfoque profundo en investigación y desarrollo. En este sentido, España debe luchar con la escasez de financiación: en 2023, el capital riesgo en este sector solo alcanzó los 310 millones de euros, en comparación con los miles de millones que invierten Reino Unido, Francia, y Alemania.
Frustrante, ¿verdad? Es como si tu amigo siempre se quedara con la última rebanada de pizza cada vez que pides una porción (anécdota personal: una vez, después de un largo día de trabajo, una reunión con amigos terminó en una pelea amistosa sobre quién debía quedársela. Lo comí yo, por si acaso te lo preguntabas). En la tecnología, la última «porción» de inversión también parece estar en manos de otros.
Retos de financiación para startups deep tech
La inversión en deep tech es un espectáculo complejo donde la mayoría de los fondos optan por un camino más conservador: buscan ingresos rápidos. Aquí es donde se produce un desfase notable: si tú necesitas 30 millones para escalar y ellos solo quieren invertir en lo que les devuelve rápidamente el dinero, entonces, ¿quién tiene el poder? La realidad es que los fondos de capital generalmente no están dispuestos a apostar por un sector que, por naturaleza, lleva tiempo para dar frutos.
Curiosamente, aunque España se clasifica como el noveno país en producción científica en biotecnología, este conocimiento aún no se traduce en aplicaciones prácticas suficientes para el mercado. Culpar a la burocracia es un clásico, como buscar la última bitácora de tu serie favorita en plataformas de streaming y encontrar que ha sido retirada. ¡Qué tragedia!
Centros de investigación: el puente entre ciencia y mercado
Ciertamente, el papel de los centros tecnológicos es fundamental. Un dato revelador es que las startups que surgen de estas instituciones tienen una tasa de supervivencia superior al 95% a cinco años, ¡en comparación con la media de solo el 30% para las demás! Es como si las startups de los centros tecnológicos fueran las que siempre acaban ganando el juego de la vida, mientras que las demás están en un juego de azar.
Sin embargo, a pesar de estas estadísticas prometedoras, el déficit de innovación persiste. La colaboración abierta es aún tímida, mayormente limitada a unas pocas grandes empresas. ¿No sería fabuloso que las pequeñas y medianas empresas (pymes) también pudieran ponerse en la lista VIP de la innovación?
La burocracia como un obstáculo
Hablando de obstáculos, ahondemos en la burocracia. Como bien apuntó Sergio Sáez, Cluster Manager de Secpho, la complejidad regulatoria a menudo ahoga la capacidad de las startups deep tech. Es como intentar correr un maratón en la playa, ¿verdad? La arena solo dificulta avanzar, y te preguntas si realmente deberías haber optado por una pista más lisa.
Además, aunque las iniciativas y la legislación como el Fond-ICO Next Tech han promovido un marco de financiación, todavía existe un sentimiento de que no es suficiente. Aún estamos lejos de tener una cultura que priorice la inversión en tecnologías profundas.
Oportunidades en el horizonte
Pero no todo son malas noticias. Cada crisis trae consigo oportunidades, y la industria deep tech no es una excepción. Como lo expresó muy bien Áureo Díaz-Carrasco, director de la Federación Española de Centros Tecnológicos (Fedit), existe un gran potencial para que España desarrolle sectores industriales con alto valor añadido.
Para comenzar, la condición de España como un destino atractivo para el talento científico no debe ser subestimada. ¿Quién no desea ser parte del país donde se produce jamón ibérico, flamenco y, aparentemente, buenas ideas? Las políticas de innovación y los proyectos ofrecidos por el gobierno pueden establecer una base robusta para el desarrollo de estas tecnologías.
Un entorno de colaboración
Sin duda, la colaboración entre startups y grandes empresas será lo que definirá el éxito. Crear espacios de confianza entre las diferentes entidades será clave para acelerar el proceso de innovación. Recientemente, la Ministra Diana Morant ha prometido establecer una estrategia en este ámbito. ¡Qué alivio escuchar esto! Al final del día, todos queremos ver a nuestras startups brillar como las estrellas.
No te olvides de la importancia de la biotecnología y su potencial. Rocío Arroyo, presidenta de AseBio, destaca que España ocupa el noveno lugar mundial en producción de conocimiento científico en este campo. ¿Y cómo podríamos convertir esto en beneficios tangibles para la sociedad? La creación de un fondo para tecnologías estratégicas profundas podría ser un paso significativo.
Comparando con Europa
Miremos a los que han estado allí, hecho eso. Países como Francia y Alemania están llevando a cabo programas para apoyar la tecnología profunda. Francia tiene un plan dedicado a esto y Alemania ha lanzado el fondo Deep Tech & Climate Fonds, que ofrece financiamiento significativo para proyectos tecnológicos sostenibles. ¿Cuándo aprenderemos a tomar prestados algunos de esos fabulosos ejemplos?
La importancia de convertirse en un centro importante de innovación no solo beneficia a las empresas, sino que también puede mejorar la productividad general y el liderazgo en tecnología para el país. Como alguien que ha trabajado en varios proyectos, a veces parece que la innovación se siente como una fiesta a la que no has sido invitado. Sin embargo, siempre hay una manera de colarse.
El camino hacia adelante
Deep tech no es solo un sector; es una evolución hacia un futuro más sostenible e innovador. Sin embargo, para que España pueda aprovechar esta revolución tecnológica, es fundamental que tanto el sector público como el privado establezcan vínculos estrechos y fomenten una cultura de colaboración.
Así que, en resumen: hay desafíos, sí. También hay oportunidades brillantes que esperan ser aprovechadas. Cabe destacar que invertir en deep tech no es solo una cuestión de dinero, sino de visión a largo plazo. Una vez más, la solidaridad entre las empresas, los centros de investigación y el gobierno puede llevarnos a un lugar donde la innovación no sea solo un término de moda, sino una realidad palpable.
Y, finalmente, nunca subestimes el poder de una buena pizza para fomentar discusiones profundas sobre inversión. Eso siempre se lo digo a mis amigos. ¡Hasta la próxima, innovadores!