En los últimos años, hemos sido testigos de una serie de acontecimientos alarmantes en el entorno del narcotráfico y sus implicaciones en la sociedad española. La situación en el estrecho de Gibraltar ha captado la atención de muchos, especialmente después del trágico episodio en el Puerto de Barbate en febrero de 2024, donde la violencia y el descontrol mostraron una faceta de la lucha contra el narcotráfico que pocos conocen. En este artículo, exploraremos la historia, los retos y las experiencias personales en esta batalla incómoda y a menudo olvidada, guiándonos por la voz de quienes están en la trinchera.
Primeras impresiones: el mundo del narcotráfico
Desde el inicio de mi carrera, las experiencias vividas han sido una mezcla entre el deleite y la pesadilla. ¿Alguna vez te has encontrado en una situación en la que la adrenalina corre por tus venas, pero al mismo tiempo sientes que el mundo a tu alrededor se desmorona? Así es como me he sentido en muchas de las primeras operaciones en las que estuve involucrado, realizando servicios de Seguridad Ciudadana en el medio rural. La lucha contra el narcotráfico fue una de esas experiencias que marcan y enseñan de por vida.
Recuerdo una operación específica cuando estaba en el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA). Era como estar en una película de acción, pero con el riesgo real de que mi vida estuviera en juego en cada esquina. Las calles de Guipúzcoa se convirtieron en el escenario de un combate que parecía no tener fin. ¡Qué aventura! Pero al mismo tiempo, me quedé con la sensación profunda de que esta era una batalla no solo contra el narcotráfico, sino también contra algo mucho más insidioso: la desesperanza y la falta de recursos.
La incertidumbre de ser parte del GAR
Así es como llegué al Grupo de Acción Rápida (GAR), una unidad que muchos ven como la élite de la Guardia Civil, pero que yo vi como una trinchera llena de caos y retos. He tenido la suerte (o quizás sería mejor decir la desgracia) de vivir momentos que se podrían describir como “intensos” en el GAR. La experiencia era como estar en una montaña rusa emocional; cada día era algo nuevo y único. No puedo evitar que un par de risas, aunque a veces amargas, me alienen. A veces nos reíamos de lo absurdo de la situación.
Sin embargo, uno de los episodios que marcaron mi trayectoria fue el atentado de ETA en el aeropuerto de Reus en 1996. Me dejó secuelas físicas y mentales, pero también me enseñó a apreciar el valor y la entrega que requieren estas situaciones. Esa experiencia fue un recordatorio de que, a menudo, la vida real puede ser mucho más intensa que cualquier película de acción que haya visto.
De la experiencia al papel: ¿Por qué escribir sobre el narcotráfico?
La decisión de escribir un libro sobre el narcotráfico en el estrecho llegó tras un momento de profunda conmoción. El 9 de febrero de 2024, el trágico episodio en el Puerto de Barbate reveló la cruda realidad de que el narcotráfico no es solo un problema en las películas de Hollywood. No entendía cómo la sociedad podía mirar hacia otro lado ante este fenómeno.
El horror de ver a dos compañeros caídos en el cumplimiento de su deber es algo que lleva a muchos a cuestionar el sentido de la lucha. A partir de ese momento, decidí que tenía que hacer algo. No fue solo un acto de rebeldía; fue un llamado a la responsabilidad. La decisión de destinar la mitad de los ingresos a los huérfanos de aquellos compañeros fue un acto que me permitió encontrar algo de esperanza en medio de la desesperación.
Persecuciones y más persecuciones: tras la pista del narco
Los relatos sobre las persecuciones marinas son, sin duda, un componente esencial de la narrativa del narcotráfico. Imagine esto: de noche, el aire frío y la tensión palpable a bordo de la embarcación. El corazón late como un tambor mientras el narco-helicóptero vuela bajo. Es un espectáculo de luces y sombras, casi tan emocionante como un videojuego, pero mucho más peligroso.
La habilidad de los pilotos, tanto de nuestras fuerzas como de los contrabandistas, es digna de un Oscar. Pero también es agotador. ¿Quién puede dormir después de una noche así? Las historias de alta velocidad entre nuestras embarcaciones e enormes narcolanchas son una mezcla de asombro y frustración. A veces me pregunto: ¿por qué el desafío? ¿Por qué la gente arriesga su vida por un negocio tan arriesgado como el narcotráfico?
La distorsionada imagen de la lucha contra el narcotráfico
A menudo, encuentro que las noticias publicadas sobre nuestras esfuerzos contra el narcotráfico no reflejan la verdadera complejidad del fenómeno. La lucha es desigual y plagada de desafíos. Mis colegas y yo lidiamos con la sensación de que nuestras vidas están en segunda línea. El problema no es solo la falta de recursos; es la falta de comprensión de lo que realmente sucede en el terreno.
Cuando escucho a los responsables políticos hablar sobre la inversión en recursos, me da risa en el sentido más amargo de la palabra. ¿De verdad se están destinando todos los recursos necesarios a la lucha contra el narcotráfico? En muchas ocasiones, parece que hay un profundo abismo entre lo que se comunica y lo que realmente está ocurriendo. Lo que queda claro es que, a menudo, estamos en una batalla que parece estar diseñada para perder.
La historia de OCON-Sur: un modelo a seguir
Recuerdo cuando existía OCON-Sur, un modelo de intervención que realmente hacía la diferencia. No solo se trataba de falta de recursos, sino de la manera en que se abordaba el problema. En pocos años, se lograron números impresionantes en términos de intervenciones, detenciones y aprehensiones. Fue un tiempo en que la lucha parecía tener éxito en arrinconar a los narcotraficantes.
Después de su disolución, las cosas cambiaron drásticamente. Como cuando un equipo de fútbol ganador se disuelve, se siente esa ausencia. Con el tiempo, los narcotraficantes comenzaron a ganar terreno nuevamente. Los clanes y mafias extranjeras se fortalecieron, y muchas de las técnicas que se utilizaban para combatir el problema se fueron a pique.
Los narcos, vestidos con la seguridad de la impunidad, comenzaron a verse como los verdaderos ganadores del partido. Mientras las cifras de criminalidad aumentaban, los recursos escaseaban, y me pregunto: ¿cómo es posible que lleguemos a este punto?
Mirando hacia el futuro: ¿hay esperanza?
Es una pregunta amarga, pero necesaria: ¿la situación tiene solución? A menudo reflexiono sobre esto, y en los momentos de desesperación, puede parecer que estamos lidiando con canicas en un juego de dominó cada vez más complejo. Sin embargo, creo que es posible recuperar el terreno perdido, aunque se necesiten grandes esfuerzos y muchos más recursos de los que se han invertido hasta ahora.
La lucha contra el narcotráfico requiere ingenio y empeño. Las soluciones creativas, combinadas con una visión holística del problema, podrían marcar la diferencia. No podemos perder de vista el hecho de que, mientras más tiempo pase, más difícil será devolver el equilibrio a una lucha que podría haberse ganado.
Es un hecho que si el narcotráfico estuviera ocurriendo en provincias ricas con poder político, seguramente la respuesta sería más contundente. El Guadalquivir, por ejemplo, podría convertirse en un lugar de control como sucedió anteriormente en el Guadarranque. Invertir en soluciones inteligentes y visibles es la única manera de comenzar a sembrar semillas de cambio.
Palabras finales: la importancia de la Guardia Civil
Como bien dice Fernando Savater en el prólogo de mi libro «Inocentes»: «Menos mal que nos queda la Guardia Civil». Es un sentimiento de gratitud por aquellos que continúan luchando a pesar de las adversidades, un reconocimiento a la valentía de aquellos hombres y mujeres que esperan hacer la diferencia en un contexto tan desafiante.
La lucha no es fácil, y, honestamente, estoy convencido de que para lograr un cambio real, se necesita no solo coraje y dedicación, sino una auténtica inversión en recursos y una política que comprenda la textura de este fenómeno. La historia todavía se está escribiendo, y espero que el próximo capítulo sea uno donde la justicia y la razón prevalezcan sobre la violencia y la desesperanza. Mientras tanto, seguiré compartiendo estas experiencias, con la esperanza de que, al hacerlo, pueda contribuir aunque sea un poco a cambiar la narrativa de esta lucha silenciosa.
Y así concluye una reflexión profunda sobre la lucha contra el narcotráfico en el estrecho, un mundo lleno de desafíos, historias y la cruda realidad que enfrentan muchos en la línea del deber. ¿Cuál es su perspectiva sobre el narcotráfico y la seguridad en España? Las historias y experiencias son diversas, así que la conversación apenas comienza.