El estudio del cuerpo humano ha sido un viaje fascinante, lleno de descubrimientos que han cambiado la forma en que entendemos nuestra biología. Sin embargo, en este viaje, la experiencia femenina ha quedado sorprendentemente relegada a un segundo plano. Un nuevo libro de la investigadora Cat Bohannon, titulado EVA, explora esta problemática y nos invita a reflexionar sobre cómo la ciencia ha modelado (o más bien, ignorado) nuestro entendimiento del cuerpo femenino.
¿Alguna vez te has preguntado por qué a menudo las investigaciones médicas se centran en los hombres? Si la respuesta es sí, no estás sola. Este artículo se adentra en los matices de este tema, explorando desde la ciencia hasta la experiencia personal, mientras tratamos de entender por qué el cuerpo femenino ha sido un laboratorio en la penumbra.
Un viaje personal por la ciencia y el cuerpo femenino
Desde que tengo memoria, el útero ha sido un tema recurrente en mi vida, tiñendo mis experiencias de múltiples colores. Y no me malinterpretes; ser mujer tiene sus privilegios, pero no puedo evitar notar que algunas de las experiencias más desgarradoras y confusas de mi vida han estado relacionadas con mi ciclo menstrual, mis ovarios y, sí, hasta con la forma de mis pezones. A lo largo de los años, he sentido la presión de una sociedad que a menudo mira hacia otro lado cuando se trata de la salud femenina.
Cuando una amiga me contó sobre el libro de Bohannon, todo encajó. Ella, como yo, había tenido sus propias experiencias que no parecían tener suficiente representación en la ciencia. Y aquí es donde quería compartir mi anécdota; tenía 16 años y estaba segura de que mis cólicos menstruales eran una especie de tortura medieval diseñada solo para mí. La realidad fue que, hasta que no buscara ayuda, todas las soluciones que encontré estaban basadas en un enfoque masculino de la salud.
¿No es irónico que en el mundo moderno, aunque la voz de la mujer se haya elevado, el cuerpo femenino sigue siendo considerado un «enigma»? La ciencia, como señala Bohannon, ha tratado nuestro cuerpo como si fuera un objeto ajeno, casi como si no existiera.
La ciencia como territorio masculino
Bohannon nos trae una perspectiva valiosa al mostrarnos que el cuerpo de la mujer ha sido durante mucho tiempo un «laboratorio en la sombra». Es curioso cómo los estudios se han centrado en la medianía masculina, ignorando las particularidades de un cuerpo que, desde la menstruación hasta la menopausia, es un constante vaivén de cambios.
Uno podría preguntarse: ¿dónde quedan las investigaciones sobre las enfermedades y condiciones que afectan principalmente a las mujeres? Para colmo, la mayoría de los ensayos clínicos se llevan a cabo con hombres, dejando a las mujeres en una especie de limbo informativo. Pero, ¿acaso no deberíamos preocuparnos más por ello?
La menstruación y su invisibilidad en la ciencia
Una gran parte del trabajo de Bohannon se centra en la menstruación. Y tienes que admitir, existe algo casi mágico en el ciclo mensual que las mujeres experimentamos. Sin embargo, en la ciencia, este ciclo ha sido un mero apéndice, un dato anecdótico en lugar de un fenómeno digno de estudio.
Imagínate, salir a una reunión de investigación y que las agendas se llenen de términos como «disfunción eréctil» mientras el dolor menstrual se minimiza a un «solo es parte de ser mujer». ¿No sientes que somos denigradas a un segundo plano?
¿Qué hay de nuestros ovarios?
Los ovarios son un tema fascinante pero también subestimado. A menudo los consideramos meras fábricas de óvulos, pero la realidad es que son actores principales en un océano hormonal. ¿Cuántas veces hemos hablado de los síntomas del síndrome premenstrual como si fueran un simple incordio? Cuando deberían ser considerados indicadores esenciales de cómo nuestra biología responde a diferentes estímulos.
Es sorprendente —y un poco triste— que en un mundo donde la biología de la salud mental ha cobrado tan mucha relevancia, todavía se minimicen las cuestiones que afectan a las mujeres. ¿No es un momento perfecto para darle la vuelta a esta maldición de invisibilidad?
El tejido adiposo: más que una simple almohadilla
Hablemos ahora del tejido adiposo. Siempre he visto este tejido como esa especie de amortiguador que parece rebosar por encima de mis jeans. Sin embargo, el papel de este tejido va mucho más allá de ser una almohadilla. En realidad, el tejido adiposo desempeña un papel crítico en la regulación de las hormonas, el metabolismo e incluso la salud mental. Pero ¿sabías que suelen ser los hombres los que ocupan el centro de estudio? Sorprendente, ¿verdad?
Cat Bohannon sugiere que no solo debemos entender el tejido adiposo como algo estético; deberíamos reconocer cómo la acumulación y distribución de la grasa puede influir en nuestra salud en general. Podríamos atrevernos a decir que el tejido adiposo podría formar parte de nuestro sistema inmunológico. Pero, ¿dónde están las investigaciones que abordan esto desde la óptica femenina?
La hora de rectificar: ¿cómo podemos cambiar las cosas?
Lo que necesitamos es un cambio radical en cómo pensamos y hablamos sobre la salud de las mujeres. Mi abuela solía decir que «si no hablas de ello, no sucede». Si bien en este contexto puede ser un poco burlesco, a menudo me siento como si estábamos silenciando nuestras propias historias.
Después de leer EVA, vení a darme cuenta de que cada uno de nosotros puede ser parte de la solución. Así que, ¿por qué no empezamos a hacer ruido? Alzar nuestras voces en plataformas sociales, apoyarnos mutuamente y, por supuesto, expresar nuestras experiencias únicas puede marcar la diferencia. Los hombres también pueden ser aliados en este proceso. Hombres como el famoso actor Ryan Reynolds, quien ha hablado abiertamente sobre la importancia de la salud mental y física —y, por cierto, se ha puesto a defender la menstruación y la salud femenina de manera épica en redes sociales. Después de todo, la caótica conexión entre nuestros cuerpos y nuestras emociones es un tema del que todos deberían tener voz.
La acción de cada día
Una de las maneras más efectivas de abogar por el reconocimiento del cuerpo femenino en la ciencia es educándonos. No solo debemos consumir contenidos relacionados con la salud femenina, sino también compartir y discutir estos temas en nuestros círculos. ¿Sabías que hasta el 70% de los estudios médicos no incluyen a mujeres en sus muestras?
La próxima vez que estés en una conversación sobre «asuntos de mujeres», ¡lánzate! Usa tus palabras de manera estratégica, comparte esos artículos interesantes que estás leyendo, y si realmente quieres un poco de humor, introduce de manera sutil que la ciencia ha estado actuando como “ese amigo que siempre olvida tu cumpleaños”.
Una visión esperanzadora
No todo está perdido. A medida que más mujeres se suman a campos de investigación científica y liderazgo, hay una nueva esperanza para el futuro. Al día de hoy, estudios recientes han comenzado a abordar la salud de las mujeres de maneras más integradas, y cada vez más voces se están uniendo para corregir el rumbo.
La ciencia está evolucionando, y con ella, la representación de las mujeres. La creciente conciencia sobre la inferioridad que enfrentamos es, de hecho, un paso hacia adelante. Ante esta realidad social, observando cómo las generaciones más jóvenes se están educando y empoderando, podemos mantener viva la esperanza.
Podemos preguntarnos: ¿será posible un tiempo en el que la salud femenina ya no sea un «tema tabú»? Yo creo que sí. Personalmente, me siento emocionada de ser parte de esta conversación y espero influencer estos cambios, al menos de mi pequeña esquina del mundo. Así que, a mis amigas —y a esos amigos que están dispuestos a unirse al “Club de Apoyo a la Menstruación”—, nunca olviden que sus historias importan. ¡Hagamos ruido juntas!
Conclusiones finales
El libro EVA de Cat Bohannon no solo es un llamado a la acción, sino también una invitación a todas las mujeres a tomar sus cuerpos en sus manos y a exigir lo que es justo. La ciencia y la salud no son campos exclusivos. Nuestra experiencia es nuestra voz, y como tal, merece ser escuchada y entendida.
Así que, para todas las mujeres que nos leéis, nunca subestimen el poder de su conocimiento o su voz. Después de todo, pueden ser esos cambios desde adentro lo que conviertan un “laboratorio en la sombra” en un faro de conocimiento y libertad. ¿Quién está listo para ello? 🚀
Espero que encuentres este artículo no solo informativo, sino también un espacio donde puedas reflexionar sobre tus propias experiencias. Vamos a seguir compartiendo, aprendiendo y levantando nuestras voces. Porque al final del día, todos estamos en este viaje juntos. ¡Saludos!