El Teatro Nacional de Cataluña (TNC) ha decidido revivir una obra que, aunque escrita hace más de 80 años, resuena con una fuerza sorprendente en nuestros días. Marie La Roja, original de la escritora catalana Rosa Maria Arquimbau, vuelve al escenario después de casi un siglo, y no solo para celebrar su legado, sino para recordarles a todos, especialmente a las feministas, que sus luchas no son en vano. ¿Cómo una obra de 1938 puede seguir siendo relevante en el contexto del feminismo actual? Te invito a poner en perspectiva esta cuestión mientras exploramos el viaje de esta emblemática obra de teatro.

El regreso de un ícono: ¿por qué ahora?

Cuando nos enteramos del regreso de Marie La Roja, es imposible no preguntarnos: ¿Qué la hace tan esencial hoy en día? La obra, que retrata la vida de un grupo de prisioneras, se centra en su protagonista, Marie, quien se enfrenta a la adversidad con un fervor casi revolucionario. Esta mujer lucha por cambiar la mentalidad de sus compañeras, que, a diferencia de ella, parecen estar resignadas a su destino. ¡Vaya desafío! Y aquí es donde entra la propuesta escénica renovada, que busca no solo desenterrar el texto original, sino transformarlo para adaptarlo a las sensibilidades contemporáneas.

La directora artística del TNC, Carme Portaceli, ha expresado su firme creencia en que, aunque los tiempos han cambiado, el mensaje de la obra es atemporal: «habla de la posibilidad de cambiar la vida cuando crees mucho en una cosa». Este planteamiento es tan relevante hoy, en un mundo donde el feminismo ha tomado nuevas formas y dimensiones, como lo era en 1938. Pese a que la obra se sitúa en un contexto muy específico, sus personajes enfrentan conflictos universales que siguen vigentes: el amor, la justicia, y sobre todo, la lucha por una sociedad más equitativa.

Un texto atrevido con un toque de modernidad

Ester Villamor Baliarda, la directora del nuevo montaje, ha hecho algunas elecciones que han despertado mi interés. Por ejemplo, ha decidido intervenir el texto original de Arquimbau, manteniendo su esencia mientras lo reinterpreta para que resuene con la audiencia actual. Algunas puristas podrían fruncir el ceño ante la idea de «intervenir» una obra clásica, pero aquí el enfoque tiene un trasfondo significativo. La realidad es que, aunque la obra original pueda haber sido un reflejo poderoso de la lucha por los derechos de las mujeres en su época, es vital actualizar algunas de sus ideas a la luz de los movimientos feministas contemporáneos como el Me Too.

Así que me pregunto: ¿qué hace una «mirada feminista» en el contexto de 2023? En su declaración, Villamor sugiere que hay elementos dentro del original que necesitan una actualización para que puedan resonar con el público actual. Eso implica incluir una perspectiva sobre la maternidad, el género y, desde luego, el feminismo que resuene de forma más inclusiva y universal.

¿Y qué tal el humor, preguntas retóricas y alguna anécdota? Bueno, en una obra que potencialmente pudiera parecer sombría, la incorporación de «gamberrismo escénico», como lo describe Villamor, trae un alivio inesperado. Me encanta que la música y el baile ocupen un papel crucial, transformando momentos de tensión en espacio de celebración y resiliencia. Después de todo, no hay nada como una buena canción de cuna para elevar el ánimo, incluso en un entorno carcelario. ¡Olvídate de las direcciones tristes, aquí bailan y cantan!

De la ficción a la realidad: el legado de Rosa Maria Arquimbau

Rosa Maria Arquimbau no solo fue una escritora, sino también una pionera en la lucha por los derechos de las mujeres en una época en que esas voces eran casi invisibles. Su legado como «mujer combatiente» no solo es evidente en su obra, sino que también invita a la reflexión sobre lo lejos que hemos llegado… y lo mucho que todavía queda por hacer. Hay un analista que alguna vez mencionó que «los movimientos sociales son como una ola constante: hay períodos de calma, pero, eventualmente, vuelve a levantarse». La lucha por los derechos de las mujeres es una ola que nunca se detiene y siempre está evolucionando.

A veces me gusta imaginar a Arquimbau en la actualidad, observando a tanta juventud llenando las redes sociales con mensajes de empoderamiento. ¿Se sentiría orgullosa? Tal vez, pero también podría estar algo frustrada, porque el feminismo aún enfrenta un largo camino por recorrer. Uno puede imaginarla suspirando: «¡Ay, estas chicas modernas, tienen tanto por aprender sobre lo que significa luchar!» Pero al mismo tiempo, es posible que alzara su copa (o más apropiadamente, un buen libro) en un brindis por todas las mujeres que están dispuestas a alzar su voz.

La trama: un vistazo a la lucha de las prisioneras

Vamos a lo que realmente importa: la trama. Marie La Roja es, en esencia, una obra sobre la lucha. Ocho personajes se encuentran en un entorno hostil que explora no solo sus rivalidades, sino también el sentido de comunidad que, sorprendentemente, puede surgir incluso en las circunstancias más difíciles. Como espectador, eso es lo que me encanta del teatro: no solo vemos historias de agresiones y dolor, sino también fuerzas de transformación y solidaridad.

La construcción de los personajes es rica y compleja. A menudo, la literatura y el teatro presentan a las mujeres como «dos dimensiones», pero Arquimbau da vida a cada prisionera como un ser humano completo. Por ejemplo, hay un equilibrio entre el idealismo de Marie La Roja y las luchas internas de sus compañeras, quienes tienen sus propias historias y traumas que lidiar. Pueden ser conflictivas y a veces tóxicas, pero también se apoyan mutuamente en su dolor. ¿Quién no se ha encontrado en disputas con amigos, solo para descubrir que en la adversidad hay una unión más poderosa que cualquier desacuerdo? Aquí las similitudes son sorprendentes.

Como espectador, me hacía preguntarme si alguna vez enfrentería un dilema fundamental: ¿es más importante ser idealista o pragmático? Quizás la respuesta radica en permitir que ambas posturas coexistan, algo que cada una de las prisioneras representa.

Reflexionando sobre la obra y su impacto en el público

A medida que nos acercamos al final de este recorrido, es interesante pensar en el impacto que Marie La Roja puede tener en el público actual. Esta obra puede ser un detonante para el diálogo sobre la lucha por la justicia social y la igualdad de género. Este revival, además, se identifica con los movimientos de protesta que han florecido en todo el mundo, desde las manifestaciones del Black Lives Matter hasta las que reclaman equidad en momentos críticos, cada cual buscando romper con las cadenas de la desigualdad y la injusticia. Las mujeres que acudan al TNC a ver la obra seguramente se llevarán mucho más que un simple entretenimiento; saldrán con reflexiones que podrían acompañarlas en sus propias luchas.

Cierre: un llamado a la acción

Como resultado de todas estas reflexiones, creo fervientemente que Marie La Roja no es solo un viaje al pasado, sino una invitación a cuestionar el presente. ¿Cómo contribuimos nosotros, como miembros de esta sociedad que apoya el cambio, a las luchas que aún persisten? ¿Qué parte estamos dispuestos a jugar en esta historia en constante evolución?

Y, para terminar, aquí les dejo una provocación: al final del día, ¿qué tan mal sería unirse a un acto cultural disruptivo, un teatro que se atreve a burlarse de los convencionalismos? Marie y sus compañeras de prisión no solo nos inspiran, nos desafían. Así que, anímate a visitar el TNC antes del 6 de abril y ¡que la experiencia y la reflexión te acompañen! Deberíamos ser como ellas, jamás dejarnos silenciar.

Así que, si esta obra revela algo, es que la lucha por el feminismo y la justicia social no se detiene, y nosotros tampoco deberíamos hacerlo. ¿Estás listo para unirte a esta ola?