Cuando hablamos de agua en Sevilla, los números pueden ser engañosos. Este año, los embalses que abastecen al área metropolitana han visto un incremento del 30%, según datos de Emasesa. ¿Qué implica esto realmente? ¿Estamos ante un oasis duradero o simplemente ante un espejismo en el desierto? ¡Vamos a descubrirlo juntos!
La lluvia hace su magia: un año de borrascas
No se trata de un cuento de hadas, pero el 5 de marzo de 2024, los embalses estaban al 44.95% de su capacidad. Ahora, al cierre de marzo de 2025, esos números han saltado a un impresionante 74.88%. ¿Y cómo lo lograron? Gracias a las borrascas que nos han acompañado: Nelson, Berenice y Garoe se convirtieron en las tres hadas madrinas que llenaron nuestros embalses.
Parece que la meteorología ha decidido ser particularmente generosa este año. Recuérdenlo, siempre es una buena idea tener un paraguas a mano en Sevilla, por si acaso. Después de todo, ¿quién no quiere estar preparado para unas gotas extra?…
Un vistazo a las precipitaciones mágicas
La borrasca Nelson, por ejemplo, dejó caer ¡160.3 mm! de lluvia en Cazalla de la Sierra. La cantidad de agua que pegó es como si a las nubes les hubiese dado por organizar una fiesta y decidieron compartir sus bebidas con el suelo. Luego llegó Berenice con otros 110.6 mm. Y finalmente, Garoe, que se presentó con 73.2 mm, como el amigo que siempre llega tarde a la fiesta pero hace que valga la pena.
Francisco Moral Marcos, un experto en hidrología de la Universidad Pablo de Olavide, nos dice que este volumen de agua asegura el abastecimiento urbano durante «dos o tres años». Así que, por ahora, nuestras botellas de agua pueden regresar al armario.
El futuro del agua en Sevilla: ¿sin preocupaciones?
El aumento del 30% en los embalses sugiere que en Sevilla podemos respirar un poco más tranquilos. A partir de ahora, no habrá problemas de agua al menos hasta 2027. La seguridad hídrica, en términos sencillos, significa que nos podemos permitir dejar de contar cada gota, al menos temporalmente.
¿Pero qué significa «escorrentía»?
Vamos a desglosarlo. Francisco explica que para que los embalses crezcan, primero debemos tener suelos secos que absorban el agua. ¿Alguna vez has salido a caminar después de la lluvia? Esa sensación de que cada paso se convierte en un juego de eslálom en los charcos… sí, eso es escorrentía. Es el agua que sobra después de que el suelo ha tomado lo que necesita.
Así que, en resumen, cuando llueve con moderación, el agua no llega a los embalses. Pero cuando los suelos están saturados—¡boom!—el agua empieza a acumularse en nuestros embalses como si fueran cervezas en una nevera en un festín de verano.
El Guadalquivir: una zona que aún necesita amor
Sin embargo, no todo es color de rosa en el vasto paisaje hídrico de Andalucía. La cuenca del Guadalquivir está solo al 40.53% de su capacidad. Aunque este número es un poco más alto que el 25% que teníamos en marzo de 2024, no es precisamente motivo de celebración.
Imagínense esta cuenca como un amigo en una fiesta que ha tenido un poco demasiado de fiesta. Está más estable que antes, pero aún en el borde de la mesa. Francisco señala que con una semana de abundantes lluvias, como las que vivimos durante la Semana Santa del año pasado, podríamos ver cambios significativos. ¿Vas a hacer que llueva? Siempre y cuando no se trate de un baile de aguaceros con un rendimiento incierto.
Aquí hay una lección valiosa: no podemos dejar de ser conscientes de nuestras acciones y cómo afectan nuestro entorno hídrico. Si logramos ser buenos en la gestión del agua, tal vez podamos ver un futuro más brillante para toda la región.
Reflexiones finales: ¡brindemos por el agua!
Entonces, ¿qué hemos aprendido? Que Sevilla, al menos por un tiempo, puede disfrutar de un respiro del estrés de la sequía. Pero también nos recuerda que el agua, como una buena amiga, puede ser impredecible. Hay que cuidarla, entenderla y, sobre todo, no darla por sentada.
Recuerda, amigo lector, cada gota cuenta, y aunque esta lluvia ha sido un regalo, el trabajo no termina aquí. Así que, mientras disfrutamos de la oportunidad de llenar nuestras botellas y tomar un buen trago de agua fresca, también debemos pensar en qué huella dejamos.
¿Qué piensas sobre el futuro del agua en Sevilla? ¡Las opiniones están abiertas! Y no olvides que, aunque el agua esté en abundancia ahora, siempre es bueno preparar un atasco de botellas vacías en caso de que las nubes decidan hacer una pausa.
Así que, ¡a brindar con agua por un futuro sostenible!