¿Alguna vez te has preguntado qué sucede en las calles de las ciudades más grandes? Hoy nos centraremos en Madrid, donde el consumo de drogas ha tomado un rumbo interesante, por no decir inquietante. La Encuesta Domiciliaria sobre Alcohol y otras Drogas (EDADES) de 2024 nos otorga una mirada detallada sobre este fenómeno y los datos son, digamos, dignos de reflexión. Nos adentraremos en estadísticas, recomendaciones y nuestras propias vivencias con el tema. Prepárate para una charla sincera.
El cannabis, el rey de las drogas ilegales en Madrid
Casi uno de cada diez madrileños, un 9,7% para ser precisos, admite haber consumido marihuana en el último año, según la última encuesta. ¡Esa es una cifra considerable! Al menos te puedes consolar si pensabas que eras el único. ¡No estás solo!
Recuerdo cuando era joven y la idea de probar cannabis era más un rito de paso que una elección consciente. La curiosidad y las redes sociales de la época (casi un mito comparado con lo que tenemos hoy) nos empujaban a experimentar. Con este aumento del 1,4% respecto al año anterior, parece que el interés por el cannabis sigue sobre la mesa. Y no solo eso, un sorprendente 8,9% de los encuestados admite haberlo consumido en el último mes. ¡Menuda fiesta!
¿Por qué está aumentado el consumo de cannabis?
Las razones detrás de este aumento son multifacéticas. Por un lado, el clima político y social en relación con el cannabis ha ido cambiando. La percepción sobre esta droga ha evolucionado; de ser una sustancia prohibida a una opción más común en ciertos círculos. También podría influir la accesibilidad. En un mundo donde puedes pedir casi todo por Internet (¡hola, Amazon!), el cannabis no se queda atrás.
Además, la normalización del uso de cannabis en series y películas, así como las redes sociales, probablemente están haciendo que más personas se sientan cómodas al respecto. La pregunta que todos no podemos dejar de hacernos es: ¿Deberíamos celebrar esta «normalización»? O, por otro lado, ¿estamos tratando de evitar que nuestra realidad se convierta en un episodio de una serie de comedia?
Hipnosedantes: un nuevo problema en aumento
No todo es marihuana en el mundo de las drogas en Madrid. En un giro inesperado, parece que los hipnosedantes están comenzando a hacer su propia entrada triunfal. Un impactante 24,4% de los encuestados admite haber consumido hipnosedantes en el último año, lo que representa un aumento de ocho puntos desde 2022. ¿Cuál es el problema aquí? La mayoría de estas sustancias, que incluyen benzodiacepinas, están destinadas a ayudar a las personas a lidiar con problemas de sueño y ansiedad, pero su uso irresponsable puede llevar a la dependencia.
Y, aquí es donde se pone interesante (y preocupante), el consumo de hipnosedantes es más normalizado en nuestra sociedad de lo que muchos de nosotros pensamos. En un mundo donde la ansiedad parece ser la norma, ¿no es aterrador que un cuarto de la población esté tomando medicamentos que podrían no ser necesarios, solo porque todos los demás lo hacen?
El espacio que deja el alcohol
Y, mientras tanto, ¿qué pasa con el alcohol? Bueno, sigue siendo el rey de las fiestas en Madrid. Según el informe, 15,6% de los encuestados admite consumirlo a diario, una cifra que ha más que duplicado en comparación con 2022. Sorprendente, ¿cierto? Pero, a pesar de estas altas cifras, hay una buena noticia: las borracheras y el consumo compulsivo están bajando.
Quizás deberíamos sentirnos aliviados por eso. Después de todo, el alcohol ha sido considerado por algunos como «la droga socialmente aceptada», pero a menudo, la línea entre el consumo responsable y el abuso es más delgada de lo que pensamos.
Reflexión personal
De hecho, tengo historias hilarantes (y algunas vergonzosas) de mis propias experiencias con las “fiestas” en mis años de juventud que sólo me han dejado con la conclusión de que, a veces, el verdadero caos no es el alcohol, sino la combinación de malas decisiones y amigos que se sienten demasiado cómodos para tratar de recordarte lo que sucedió la noche anterior. ¿Quién más se ha encontrado preguntándose «¿qué hice anoche?» en una mañana muy temprana?
El tabaco y la nueva tendencia de los cigarrillos electrónicos
Hablando de comportamientos que fluctúan, el tabaco parece ir en dirección opuesta. La encuesta revela que el 33,8% de los encuestados reconoce fumar, un ligero descenso en comparación con el año anterior. Sin embargo, aquí viene el giro: el uso de cigarrillos electrónicos casi se ha duplicado, alcanzando un 5,2% de los encuestados.
Una parte de mí se siente un poco nostálgica, recordando aquellos días en que la gente se sentaba en cafés con un cigarrillo en la mano, como si de una escena de cine se tratara. Pero aquí estamos, en la era de los «vapers» y los sabores de frutas que te hacen preguntarte si realmente estás inhalando algo que te perjudique.
La percepción del riesgo: ¡sí, por favor!
Finalmente, la encuesta también revela que las personas tienden a ver el tabaco y la cocaína como las drogas más peligrosas. Curiosamente, los hipnosedantes y los analgésicos opioides generan una percepción de menor riesgo, especialmente entre las mujeres. Esto plantea la pregunta de por qué, a pesar de conocer el potencial de dependencia, la gente sigue usando ciertos medicamentos como si fueran caramelo.
La accesibilidad: un aspecto innegable
A través de estos resultados, los entrevistados creen que el cannabis y la cocaína son las sustancias más fáciles de conseguir. Ahora, consideremos esto en un contexto más amplio: en qué medida podemos eliminar esta accesibilidad con mejor educación y claras regulaciones.
La comunidad encuestada opina que la lucha contra el consumo y la distribución de estas drogas debe ser más enfática: educación, leyes más estrictas y un mayor control parecen ser las respuestas, pero ¿será suficiente? La opción de legalizar ciertas sustancias no tuvo mucho respaldo, lo que revela un panorama donde la gente está más preocupada por los efectos que pueden tener en la sociedad que por el propio consumo.
Conclusiones y reflexiones finales
Al final del día, todo este análisis nos lleva a una conclusión: el consumo de drogas, ya sean legales o ilegales, es un fenómeno complejo que involucra tanto factores sociales como personales. En nuestra vida cotidiana, no podemos ignorar las repercusiones de lo que elegimos consumir.
Si bien es cierto que el hecho de que muchas personas estén experimentando con estas sustancias puede ser motivo de preocupación, es vital recordar que la educación y la empatía son nuestras mejores herramientas para abordar el tema. ¿Cómo podemos fomentar un diálogo más honesto y abierto sobre el consumo de drogas? Tal vez la respuesta residía en las conversaciones de café que solían ser tan comunes y que a menudo nos llevan a comprender mejor el modo en que se relaciona nuestra comunidad con el consumo de sustancias.
Así que la próxima vez que veas un grupo de amigos en un bar o en la calle, recuerda que hay más debajo de la superficie. La lucha contra el consumo irresponsable de drogas es una batalla en la que todos debemos involucrarnos, de una manera u otra. Como dice el viejo refrán: «La unión hace la fuerza». Y en este caso, definitivamente es para el bien de nuestra comunidad.