La Comunidad de Madrid es, sin duda, un lugar vibrante. Entre los museos de arte, los restaurantes de tapas y las casitas de Leganés, no solo hay historia y cultura, sino también un creciente imperio digital. Imagínate una ciudad donde el WiFi es más valioso que el oro y donde los centros de datos brotan como setas tras la lluvia. Eso es Madrid hoy día. Pero, ¿qué pasa cuando el suministro de energía, la columna vertebral de este avance tecnológico, empieza a tambalearse?

Un vistazo a la situación actual: el crecimiento de los centros de datos

Madrid cuenta actualmente con 35 centros de datos en funcionamiento, que generan una necesidad de 204 megavatios (MW) y otros 11 en construcción que podrían elevar esta cifra a 510 MW. En términos simples, es como tener una orquesta sinfónica en tu salón y tratar de encontrar enchufes suficientes para todos. La situación se vuelve aún más crítica si consideramos el posible apagón nuclear programado en España, una situación que ha captado la atención de la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso.

Algunos podrían preguntarse: ¿de verdad necesitamos preocuparnos por eso? Después de todo, Madrid se ha vuelto un polo de atracción para la industria de los centros de datos. Cushman & Wakefield, una de las consultorías más respetadas, compartió en su reciente informe que la capacidad total del mercado de centros de datos en España alcanza los 852 MW, con Madrid dominando con 538 MW. Esto posiciona a la capital entre las diez principales ciudades de la región EMEA. ¡Eso sí que es un orgullo!

Pero aquí viene la trampa: una estabilidad de energía es crucial para el funcionamiento de estos centros. Si se va la luz, ¿adiós a tus archivos en la nube? El incremento del flujo de inversión es asombroso, pero la energía no espera a nadie, y menos a los planes de expansión de grandes grupos como Damac Group, que acaba de adquirir terrenos en Madrid para construir un nuevo centro de datos valorado en 400 millones de euros. Así que la pregunta del millón es: ¿deberíamos estar hablando de un “apagón” en lugar de un “crecimiento” cuando se trata de la energía?

El dilema energético: ¿nucleares sí, nucleares no?

La presidenta Díaz Ayuso ha sido clara: el 40% de la energía consumida en la Comunidad de Madrid proviene de las centrales nucleares de Almaraz y Trillo. ¡Un gran número! Sin embargo, el cierre de estas instalaciones podría hacernos más dependientes de las plantas de gas, lo cual es un tema delicado. ¿Puedes imaginarte depender de un combustible fósil tan volátil? Más allá de la preocupación ecológica, cerrar las nucleares podría incrementarse en unos costes energéticos más altos, lo que, a su vez, afectará a la operatividad de los centros de datos.

Aquí viene el dilema: ¿priorizar la energía ‘verde’ o la estabilidad energética? La política del gobierno de Pedro Sánchez ha sido criticada por ser más cara y potencialmente contaminante. Tal vez sea un buen momento para sentarse y tomarse un café con un economista energético… o un mago, porque lo que se necesita aquí parece ser un poco de magia para equilibrar todo.

¿Madrid a la cabeza o al borde del apagón?

La reputación de Madrid como destino atractivo para los centros de datos ha sido respaldada por empresas como Pimco, que han destacado la ciudad como un lugar prioritario para establecer este tipo de infraestructuras. Sin embargo, ¿qué sucede si la oferta de energía comienza a desmoronarse? En 2024, ya hemos visto episodios en los que fue necesario activar el Sistema de Respuesta Activa de la Demanda debido a cortes de suministro.

Como si de una película de terror se tratara, los problemas de suministro energético podrían intensificarse en los próximos años. La estabilidad de la red eléctrica es prioritario para un sector que depende en gran medida de la electricidad. Si empiezan los apagones, esto podría afectar no solo a la industria digital, sino a muchos otros sectores.

Aquí es donde el gobierno regional se encuentra en una encrucijada. Su propuesta ha sido clara: guardar las nucleares que quedan y asegurar un suministro planificado a largo plazo. Después de todo, sería complicado organizar una fiesta si no puedes garantizar que haya suficiente bebida, ¿verdad? La energía es la “bebida” de la fiesta tecnológica que está disfrutando Madrid.

La inversión y el futuro

No podemos olvidar que las inversiones proyectadas en centros de datos superan las capacidades establecidas en el plan quinquenal de Red Eléctrica para el periodo 2021-2026. ¿Qué significa esto? Simplemente que puede que estemos en una carrera de velocidad a alta velocidad donde el recurso más valioso no es oro, sino electricidad.

En cuanto al almacenamiento de energía, esta sigue siendo otra área problemática. Se prevé que España alcance una capacidad de 20 GW en 2030 y 30 GW en 2050, pero actualmente estos sistemas están en fases muy iniciales de desarrollo. Aun así, la necesidad de una solución inmediata sigue presente, pues no pueden reemplazar de manera instantánea la energía que proporcionaban las nucleares.

Y claro, en medio de todo esto, se suma el hecho de que OpenAI también anunció que va a entrenar sus modelos en España utilizando los centros de datos de Microsoft en Madrid. Esto, parece, va a ser como añadir más sillas a una mesa que ya está a tope. ¿Quién necesita comer cuando hay un banquete digital?

La búsqueda de soluciones

Entonces, ¿cuáles son las soluciones viables para Madrid? Una posibilidad sería mantener las centrales nucleares operativas, o gustele o no, establecer consultorías de política energética más incluyentes que busquen equilibrar las necesidades tecnológicas con la sostenibilidad.

Podría también ser el momento apropiado para explorar alternativas como la energía solar, eólica y otras fuentes renovables que, aunque maravillosas y de futuro brillante, requieren de grandes inversiones y planificación, para no acabar en un juego de cartas donde siempre falta una.

Conclusión: ¿hacia dónde vamos?

La industria de los centros de datos en Madrid tiene un gran futuro por delante, pero también enfrenta un desafío importante: la sostenibilidad energética. La pregunta que todos deberíamos hacernos es: ¿qué tan lejos estamos dispuestos a llegar para mantener este impulso? Las inversiones son clave, pero deben ir acompañadas de un enfoque a largo plazo que garantice que Madrid no se quede en la sombra cuando hablemos del futuro digital.

Es un camino lleno de desafíos, pero también de oportunidades. Quizás en lugar de preocuparnos, deberíamos ponernos a trabajar en crear un futuro donde la energía y la tecnología puedan coexistir en armonía. Al final del día, todos queremos que Madrid siga brillando como la capital del futuro digital, ¿no creen?