El año 2024 no ha sido el más emocionante en términos de crecimiento del empleo en el sector público de España. Según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), la administración pública ha sumado solo 37,300 nuevos asalariados, lo que representa un modesto incremento del 1% respecto al año anterior. En términos históricos, este es el avance más bajo que hemos visto en los últimos ocho años. ¿Qué significa esto realmente? ¿Estamos ante un sector público que se vuelve más pesado y menos eficiente?

Un vistazo al crecimiento del empleo en el sector público

Antes de sumergirnos en las implicaciones de estos datos, hagamos un breve recorrido por la historia reciente del empleo público en España. Durante la última década, el sector público había gozado de un crecimiento robusto, con tasas anuales más altas que la media del mercado laboral privado. Pero el año pasado, el viento parece haber cambiado, como esa tarde en la que decides salir a correr y, de repente, se desata una tormenta. ¡Qué mal momento!

Este crecimiento moderado ha desatado una serie de preguntas. ¿Están las administraciones públicas a la altura de las demandas actuales? ¿Se están implementando políticas efectivas para atraer a nuevos talentos? A estas alturas, ya estaré recibiendo una sensación familiar de que se cierran puertas. Pero no se preocupen, queridos lectores, que hay un rayo de esperanza en todo esto.

Aumenta la narrativa de ineficiencia

La llegada de 37,300 nuevos empleos en este sector puede parecer, a primera vista, un logro. Sin embargo, cuando lo contextualizamos dentro del lento ritmo del crecimiento, la perspectiva cambia. Hay un clamor creciente de que el sector público, en lugar de impulsar la innovación y la eficiencia, se ha estancado en una burocracia abrumadora. Pero, ¿acaso esto no es una narrativa que hemos escuchado antes?

Recuerdo un día cuando estaba en la universidad, y un profesor de economía nos dijo que toda vez que el sector público crece, los índices de satisfacción suelen caer. Nos reímos, porque pensamos que era una exageración. Sin embargo, ahora comprendo que la sátira puede ser una verdad amarga. La realidad es que el crecimiento sin dirección clara puede ser tan problemático como la ausencia total de crecimiento.

Cambio cultural en la administración pública

A veces, parece que la administración pública en España se asemeja a una película de terror, donde el monstruo que tememos es la ineficiencia. No obstante, hay un movimiento de cambio cultural que se está gestando. En un esfuerzo por reactivar el entusiasmo y atraer profesionales altamente cualificados, se están implementando medidas para modernizar la plantilla pública. ¡Dime que no es una buena noticia!

Sin embargo, debemos ser realistas. El simple hecho de crear nuevos puestos de trabajo no garantiza que estos sean ocupados por personas creativas y con visión de futuro. Las historias que hemos escuchado sobre la naturaleza estática de algunos puestos en el sector público podrían volver a atormentarnos. Así que, ¿qué podemos hacer?

La burocracia puede ser tu amiga

¡Espérate! La burocracia no debería ser desechada completamente. Aunque a menudo la vemos como un bicho raro que se interpone entre nosotros y nuestras metas, hacerla más eficiente puede, de hecho, ayudar a estructurar mejor los servicios públicos. En este sentido, el vigente crecimiento de 1% podría ser un ajuste necesario para permitir un enfoque más fresco y adaptado a los tiempos.

Un ejemplo claro de esto son las iniciativas de e-gobierno. ¿Te has dado cuenta de cómo gestionar trámites desde la comodidad de tu sofá es un cambio monumental en la experiencia del usuario? Las administraciones están comenzando a invertir en herramientas digitales que facilitan el acceso a la información y, con eso, ayudan a combatir la percepción tradicional de que el sector público es un lugar ralentizado y anticuado.

El papel de la formación y la educación

Otra pieza del rompecabezas a considerar es la inversión en formación y educación del personal existente. A veces, el problema no radica en la cantidad de empleados, sino en el nivel de competencia y adaptación del personal ante los constantes cambios en el entorno laboral. En lugar de simplemente aumentar el número de trabajadores, podríamos preguntarnos: ¿Qué tal si mejoramos las habilidades del personal existente? Eso podría llevarnos a un salto cualitativo.

Como ciudadana preocupada, confieso que me emociona pensar en un sector público más dotado de herramientas y conocimientos. Nos merecemos una administración que no solo gestione sino que inspire. La educación continua debe ser una prioridad, y las administraciones deben encontrar formas creativas de motivar la mejora constante.

El impacto en la sociedad

Todos estos pequeños cambios y tendencias en el sector público no solo afectan a quienes trabajamos en ese ámbito, sino que, en última instancia, inciden en nuestra sociedad en su conjunto. Por ejemplo, un sector público más eficiente significa que hay más oportunidades para mejorar servicios como la salud, la educación y la seguridad. ¿Quién no querría vivir en un lugar donde los servicios funcionen mejor?

Como acostumbramos a decir, “no hay nada tan malo que no se pueda mejorar, a menos que seas un manjuro”, ¿no? Pero en serio, imaginemos un futuro donde la administración pública pueda adaptarse de manera rápida y eficiente a las necesidades ciudadanas. ¿Suena utópico? Tal vez un poco. Pero ¿acaso no comienza cada sueño con una pizca de locura?

La relevancia del contexto actual

Con la incertidumbre económica y social que vivimos en el mundo actual, el papel del sector público es más crucial que nunca. Y cuando leemos que este crecimiento ha sido tímido, deberíamos reflexionar: ¿esto es una señal de que debemos redoblar esfuerzos o es simplemente el resultado de crisis pasadas?

Es fundamental recuerda que la estabilidad del empleo en este sector no solo se mide por números. Hay historias humanas detrás de cada nuevo puesto, cada esfuerzo por mejorar el servicio público. Cuando nos preguntamos por qué el crecimiento fue tan bajo, es momento de recordar que detrás de cada cifra hay vidas, esperanzas y aspiraciones.

Conclusión: lo que nos depara el futuro

Si bien los datos sobre el crecimiento del empleo en el sector público pueden parecer desalentadores, es nuestro deber, como ciudadanos, presionar por un cambio. Aceptemos que el crecimiento mesurado a veces es influyente. Debemos exigir administraciones que no solo sumen puestos, sino que transformen la forma en que los servicios están disponibles para todos.

Así que la próxima vez que escuches que el sector público ha crecido solo un 1%, recuerda que cada uno de esos números representa una oportunidad para luchar por un futuro más prometedor. Claro, no es tarea fácil y puede que haga que desees huir a un lugar idílico donde no existan papeles de trabajo. Pero aquí estamos, en el mismo barco, y lo mejor que podemos hacer es remar juntos hacia un cambio significativo.

La única pregunta que queda es… ¿estás listo para unirte al movimiento?

¡Vamos a hacer ruido!