La DANA, o Depresión Aislada en Niveles Altos, no solo trae consigo desafíos meteorológicos, sino también complicaciones políticas y sociales. A medida que las aguas se desbordaron en Valencia el pasado 29 de octubre, se desató una tormenta de controversia, y no estamos hablando solo de la lluvia. En este artículo, profundizaremos en los detalles de la gestión de emergencias en l’Eliana, las acusaciones de mala praxis y cómo las autoridades están lidiando con las secuelas de un desastre natural. Prepárate, porque esto no es solo otra historia sobre la lluvia, es un relato de responsabilidad, comunicación y, sobre todo, transparencia.

Un vistazo a los eventos de la DANA

La DANA en l’Eliana fue un evento devastador. Recuerdo una tarde de tormenta en mi pueblo, donde el cielo parecía romperse en mil pedazos. Nunca olvidaré el sonido de las gotas azotando el tejado mientras pensaba: “Esto no puede ser bueno”. Y así fue. Las lluvias torrenciales provocaron inundaciones, dejando a los residentes con más preguntas que respuestas.

En el caso de l’Eliana, la gestión de la emergencia ha sido objeto de escrutinio. La Acció Cultural del País Valencià (ACPV) ha solicitado a la jueza a cargo de la investigación que realice una “inspección ocular” del Centro de Coordinación de Emergencias, el Cecopi. ¿Por qué, te preguntarás? La respuesta está en el aire, o mejor dicho, en el agua, y en la manera en que se administró la crisis.

La llegada tardía del president Carlos Mazón

La situación se complicó aún más con la llegada tardía del president Carlos Mazón al Cecopi. Inicialmente, el presidente alegó que llegó «pasadas las 19:00», pero luego la versión cambió a las 20:28, según las grabaciones de las cámaras de seguridad. La inconsistencia en las declaraciones no solo genera desconfianza, sino que sugiere un problema mayor en la cadena de gestión de crisis: la comunicación eficaz.

Me imagino a Mazón en su oficina, mirando el reloj y pensando: “Quizá contarles de mi ajetreado viaje no suene bien en los medios…” Spoiler: ¡no lo hizo! Ante una crisis, la transparencia es crucial. Nos recuerda que ser humano a veces implica ser contradictorio; pero, en el caso de liderar, esa contradicción puede ser fatal.

La importancia de la documentación en emergencias

Los informes y las grabaciones son más que simples piezas de evidencia; son vitales para entender lo que realmente ocurrió. La acusación popular ha solicitado verificar la información almacenada en el sistema de comunicaciones del Cecopi, conocido como ‘CoordCom’, que funciona como una “caja negra”. Pero, ¿no es un poco irónico que un sistema diseñado para garantizar la comunicación efectiva durante las emergencias sea objeto de duda?

Pensar en esto me recuerda a la primera vez que intenté usar un televisor inteligente. Después de perderme entre menús y opciones, solo deseaba tener un control remoto tradicional. A veces, lo que nos parece un avance tecnológico puede convertirse en una pesadilla si no se entiende cómo funciona. Algo similar ocurre aquí: ¿es suficiente la tecnología si no hay un uso efectivo de ella?

Medidas de control y responsabilidad

Las condiciones en las que se manejó la inundación del barranco del Poyo también son cuestionadas. La ACPV plantea que el seguimiento de los caudales de ríos era también responsabilidad de la Generalitat. Además, se ha solicitado un informe sobre las “medidas de control” aplicadas. La falta de claridad en estos aspectos deja a muchos preguntándose: ¿quién realmente está a cargo durante una crisis?

¿No sería más conveniente tener una especie de “manual de emergencias” que explique a cada una de las partes involucradas cuál es su papel? Después de todo, todos estamos en el mismo barco, y a veces, los capitanes se olvidan de que necesitan remeros. Lo he visto en diversas ocasiones: la inacción y la confusión pueden agravar una crisis.

Información y prevención: ¿dónde quedaron?

La comunicación durante emergencias es más que la emisión de alertas. Se trata de proporcionar información útil y en tiempo real. Durante la DANA, el entonces Conseller de Justicia, Salomé Pradas, lanzó un mensaje de Twitter pidiendo «mucha precaución», pero muchos se preguntan si eso era suficiente. ¿No debería haber existido un protocolo más robusto que una publicación en redes sociales?

Imagina que estás organizando una cena y solo envías mensajes de texto a tus amigos diciendo: «Vengan pero con cuidado, no me pregunten más». Las probabilidades de que alguien termine en la dirección equivocada son altas, ¿verdad? Análogamente, el manejo de información durante emergencias debe ser claro, coherente y accesible.

La respuesta de la Generalitat y las críticas

Ante estas preguntas, la Generalitat ha respondido, pero muchos cuestionan si las medidas adoptadas son suficientes. ¿Es una reacción adecuada tener la relación de puestos de trabajo y tareas de cada empleado de la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a Emergencias? A veces me pregunto: ¿realmente necesitamos tener un registro de todos para saber qué salió mal? O, ¿sería más efectivo hacer un análisis profundo de lo que ocurrió?

Esa es la esencia: la introspección. Las tragedias traen consigo lecciones, pero solo si somos valientes para mirarlas de frente. En un mundo ideal, estas situaciones servirían como catalizadores para un cambio positivo.

Propuesta de un sistema de emergencias más efectivo

Ahora, me gustaría proponer algunas ideas sobre cómo podría mejorarse el sistema de gestión de emergencias. Aquí van algunas sugerencias, llenas de un toque de humor, porque a veces la risa es la mejor medicina:

  1. Transparencia en tiempo real: Tal vez un live-tweeting de las decisiones que se toman en el Cecopi durante emergencias. ¿Por qué no dejar que la gente sepa lo que está pasando en tiempo real? ¡Al menos así no tendríamos que especular!

  2. Protocolos claros y accesibles: Es esencial elaborar manuales de procedimientos simples y claros para que todos los involucrados sepan exactamente qué hacer. Como un recetario: no quieres que a medio camino te digan que la clave del éxito es un «toque de sal» que nadie mencionó al principio.

  3. Educación continua sobre emergencias: Las capacitaciones periódicas para el personal de emergencia podrían prevenir muchas confusiones. Un poco de entrenamiento, ¿quién no lo necesita? A veces, una reunión sobre “cómo usar las herramientas de comunicación” puede ser más útil que cualquier mensaje de Twitter.

  4. Analizar los errores de manera constructiva: Esto significa crear espacio para que aquellos que gestionaron la crisis (e incluso aquellos que no lo hicieron bien) puedan compartir experiencias. En lugar de un “juicio” público, ¿por qué no un foro donde se discuta qué se puede hacer mejor?

Reflexiones finales y un llamado a la acción

A medida que el agua se ha calmado, las preguntas persisten. La gestión de emergencias no es solo una cuestión de reaccionar a los desastres; se trata de preparar a la comunidad para enfrentarlos de forma efectiva. Esto implica un compromiso de todos, desde los funcionarios hasta los ciudadanos.

Para aquellos que han experimentado el impacto de la DANA en l’Eliana y sus alrededores, su dolor no se olvida. Sus historias son lecciones para todos nosotros. Pero en este rincón del mundo, debemos recordar que cada crisis puede llevarnos a un lugar de crecimiento. Y es nuestra responsabilidad hacer caso de las advertencias y actuar antes de que el agua vuelva a desbordarse.

Entonces, la próxima vez que escuchemos pronósticos de inundaciones, en lugar de solo poner a prueba nuestros paraguas, ¿no deberíamos también poner a prueba nuestro sistema de alertas, nuestra comunicación y, sobre todo, nuestra solidaridad como comunidad? ¡Porque, al final, siempre necesitaremos un buen amigo con quien compartir un paraguas!