Andalucía, esa tierra llena de sol, flamenco y una cultura rica que, si tienes la suerte de haberla visitado, sabrás que se te queda grabada en el alma. Pero no se trata solo de paisajes; también se trata de las personas que la habitan, como Rocío Castillo, una ingeniera química que ha hecho de su amor por su tierra un motor en su vida profesional. En este artículo, exploraremos su historia y su visión de lo que significa ser andaluz en el siglo XXI.

Rocío Castillo: una ingeniera con raíces profundas

Rocío nació y creció en Marbella, una de las ciudades más representativas de la Costa del Sol, donde la belleza del entorno natural se entrelaza con la herencia cultural. Si bien muchos la conocen por sus playas y su vida nocturna, para Rocío, Marbella es el hogar que la ha formado. “Andalucía corre por mis venas”, dice con una sonrisa que parece transmitir la brisa marina.

Al graduarse en Ingeniería Química Superior en la Universidad de Málaga, se embarcó en una aventura que la llevaría a Dortmund, Alemania. Allí tuvo la oportunidad de trabajar en un entorno multicultural, pero también se dio cuenta de lo mucho que extrañaba su Andalucía. “La distancia hace que se valore lo que tienes, y yo tengo un tesoro en forma de tierra, cultura y comunidad.”

Aprendizajes en el extranjero

Pasar tiempo en el extranjero tiene sus pros y sus contras, ¿verdad? Por un lado, la apertura y la diversidad son enriquecedoras, pero, por el otro, uno no puede evitar ansiar la calidez de los almuerzos familiares en un restaurante con vistas al mar. Rocío cuenta que su estancia en Alemania le permitió ver desde una perspectiva única no solo la vida en Andalucía, sino también la importancia de valores como el esfuerzo, el respeto y las relaciones humanas profundas.

¿Quién de nosotros no ha tenido una anécdota de un viaje que marcó nuestra forma de ver la vida? Para mí, por ejemplo, mi larga estancia en una pequeña aldea del norte de España me enseñó a no juzgar un libro por su portada y a amar la sencillez. ¿Te acuerdas de esa película donde el protagonista busca un lugar al que realmente pertenece? Bueno, eso fue lo que vivió Rocío.

Una carrera en el sector energético con CEPSA

Volviendo a su vida profesional, después de su experiencia en Alemania, Rocío se unió a CEPSA (ahora conocida como Moeve), una empresa energética con planta en Cádiz y Huelva. Aquí, desde 2006, comenzó su travesía en la industria, desempeñando diversos roles, como ingeniera de proyectos y de procesos. “Cada puesto que ocupé me hizo aprender y ser más eficiente en lo que hago”, afirma con esa pasión y emoción que deja ver lo mucho que valora su trabajo.

¿Alguna vez has sentido que cada paso en tu carrera, por pequeño que sea, te ha llevado a donde estás hoy? Para Rocío, cada desafío estaba lleno de oportunidades de aprendizaje. “Tuve la suerte de trabajar en la optimización energética», dice, “y descubrí que hacer las pequeñas cosas bien puede llevar a grandes resultados”.

El programa BRIO y su fascinante rol

En 2021, Rocío asumió un nuevo desafío al unirse al programa de mejora continua (BRIO) en el Parque Energético San Roque. Su papel no solo es como \“agente del cambio”,\” sino que se ha convertido en responsable de acompañar a todos en su búsqueda de la excelencia. “No hay mayor satisfacción que ver cómo las personas crecen en sus roles, un mes atrás no teníamos el mismo equipo, y ahora tenemos un grupo comprometido que busca ser mejor cada día,” explica.

Ah, el poderoso sentido de comunidad laboral. ¿No es increíble cómo un ambiente de trabajo solidario puede transformarlo todo? Rocío es el ejemplo perfecto de cómo un líder puede inspirar a los demás. Sus colegas la ven no solo como una jefa, sino como una colega que realmente se preocupa por su bienestar y éxito.

La identidad andaluza: un concepto de vida

Para Rocío, ser andaluza es mucho más que solo un rasgo geográfico, es un concepto de vida. “Compartir valores con mi comunidad me ha hecho quien soy hoy. Hay cultura, hábitos y, por supuesto, el increíble acento,” dice con un guiño y una sonrisa cómplice.

En una entrevista final para Moeve, le plantearon una pregunta clásica: ¿Tienes disponibilidad para viajar y trabajar en otras regiones o países? Su respuesta fue simple pero contundente: “Estoy disposición de aprender desde donde sea necesario, ¡pero a mí me encanta Andalucía! Quiero vivir y trabajar aquí a largo plazo.”

Eso suena tan familiar. Una vez, en una entrevista de trabajo, recé para que no me preguntaran si me mudaría para el trabajo. ¡Las cosas de la vida! Conozco la sensación de querer quedarte en tu lugar, donde tus raíces te abrazan como un viejo amigo.

Comunidad y empatía en el corazón de Andalucía

Uno de los aspectos más conmovedores de la vida de Rocío es su noción de comunidad. Ella expresa que si bien hay personas que generan esa conexión a través de deportes o aficiones, para ella, está en los vecinos y en el día a día, en gestos pequeños pero significativos. “Cuando fui madre por primera vez, mis vecinas estaban al pie del cañón ofreciéndome la ayuda que tanto necesitaba”.

Esa calidez y ese sentido de pertenencia es tan esencial, especialmente hoy en día, cuando el mundo parece cada vez más impersonal. ¿Recuerdas cuando todos vivían con la puerta abierta? Rocío vive esa experiencia. La comunidad andaluza, por la que ella siente un profundo amor y lealtad, es una fuente de fuerza, apoyo y muchas veces, de risas. La risa, esa maravillosa medicina, siempre está presente en cada conversación, y en el caso de Rocío, es un ingrédient clave.

Reflexiones sobre el futuro: una invitación a todos

A medida que miramos hacia el futuro, es fundamental reflexionar sobre cómo nuestros orígenes influyen en nuestras decisiones. La historia de Rocío no solo inspira a las mujeres en la ingeniería, sino que también eleva el orgullo por las raíces. “Quiero que todos los que me rodean sientan ese mismo sentimiento de conexión con Andalucía. La gente a menudo se olvida de lo afortunados que somos,” dice con una sinceridad que es contagiosa.

Es claro que el amor y la pasión de Rocío por su tierra no solo se reflejan en sus palabras sino también en sus acciones. Con cada paso que da en su carrera, busca representar no solo a sí misma, sino también a una comunidad que está trabajando arduamente para ser vista y escuchada.

Si tú también sientes ese llamado a tu lugar de origen, no dejes de seguirlo. Cada vez que compartimos nuestra historia, la hacemos más rica y significativa no solo para nosotros, sino para quienes nos rodean. ¿Quién no quiere ser parte de una comunidad vibrante y apasionada?

Conclusión: el legado de una ingeniera andaluza

La historia de Rocío Castillo es un recordatorio perfecto de que la vida, como la ingeniería, está llena de conexiones. Lo que realmente importa no son solo los proyectos que gestionamos, sino las relaciones humanas que construimos a lo largo del camino.

Al volver a la pregunta inicial de qué significa ser andaluz, podemos concluir que no se trata simplemente de un lugar en un mapa; es un compromiso con los valores, la comunidad y un profundo sentido de pertenencia. Y tú, ¿estás listo para llevar contigo esas raíces y ponerlas en acción?

Así que la próxima vez que escuches el compás de una guitarra o el rumor del mar, recuerda que en cada acorde y cada ola está la historia de personas como Rocío, que trabajan para dejar su huella en el mundo, todo mientras llevan el corazón de Andalucía en su pecho. ¿No es eso hermoso?