En un mundo donde la velocidad de la información es abrumadora y el estrés parece ser el compañero constante de la vida moderna, es fundamental detenerse a reflexionar sobre asuntos que, aunque cercanos, a menudo se mueven en las sombras. Uno de estos temas es el bienestar animal en el ámbito ecuestre, un asunto que trasciende la simple práctica deportiva y se adentra en el corazón de cómo nos relacionamos con nuestros compañeros de cuatro patas. Como ávido amante de los animales, he tenido la oportunidad de conocer a muchos caballos: desde esos imponentes animales en competiciones de salto hasta los adorables ponis que traen risas en las ferias, todos ellos tienen una historia que contar. Pero, ¿cómo aseguramos que esas historias sean de bienestar y no de sufrimiento?

Recientemente, la organización internacional World Horse Welfare llevó a cabo una conferencia virtual titulada “Accountability for welfare in equestrianism: Looking beyond the obvious” (“Responsabilidad en el bienestar en la equitación: más allá de lo evidente”), donde se abordaron temas cruciales que a menudo resultan incómodos de discutir. En este artículo, realizaremos un recorrido a través de los puntos tratados en este evento y reflexionaremos sobre cómo podemos contribuir a un mundo donde la equitación y el bienestar de los caballos vayan de la mano.

¿Qué es World Horse Welfare?

Antes de sumergirnos en los detalles de la conferencia, hagamos una pequeña pausa para conocer mejor a World Horse Welfare. Fundada en 1927 en el Reino Unido, esta organización benéfica se dedica a la protección y el bienestar de los caballos en todo el mundo. Desde la asistencia veterinaria hasta la promoción de normativas que garanticen el respeto por estos animales, su trabajo es un pilar fundamental en la mejora de la relación entre humanos y caballos. Si bien muchos de nosotros pensamos que el origen del bienestar animal radica en la bondad individual, World Horse Welfare propone un enfoque más profundo y complejo.

La verdad es que, como sociedad, a menudo nos quedamos en la superficie de los problemas. Es como cuando miramos nuestra planta de interior y notamos que las hojas se han vuelto amarillas, pero en lugar de investigar, solo las cortamos. En realidad, podría ser un problema de riego o de luz. Igualmente, en el mundo ecuestre, hay cuestiones fundamentales que necesitamos explorar en lugar de pasar el trapo y continuar, sin reflexión.

Un problema sistémico, no solo de individuos

Durante la conferencia, se discutió cómo las dinámicas internas del mundo ecuestre pueden llevar incluso a personas con las mejores intenciones a adoptar prácticas perjudiciales para el bienestar de los caballos. Como diría el director ejecutivo de World Horse Welfare, señalar a un par de individuos como «la fruta podrida del cesto» no es suficiente para solucionar una cultura que ha normalizado ciertas prácticas dañinas.

Aquí es donde me gustaría interjectar con una pequeña anécdota. Recuerdo mi primer contacto con un caballo, un hermoso pinto llamado Max. Aquel día, un entrenador nos decía que un poco de «puño de hierro» era necesario para enseñar a un caballo. Aunque en ese momento me sentí incómodo, seguí el consejo. ¡Vaya error! Max no se volvió más obediente, simplemente se volvió más reacio. Les diré algo: esos momentos de aprendizaje suelen ser más dolorosos para nosotros que para los animales.

La educación y la formación son cruciales. Necesitamos revisar no solo cómo usamos a los caballos en competiciones, sino cuál es la mentalidad que estamos cultivando en los entrenadores y jinetes. ¿Estamos formando campeones o creando un entorno que permite la crueldad? Este evento dejó claro que se requiere un cambio cultural, más que una simple corrección de conducta.

Propuestas para mejorar el bienestar equino

Si bien es fácil quejarnos de los problemas, el verdadero desafío es encontrar soluciones. A lo largo de la conferencia, se plantearon múltiples estrategias para mejorar el bienestar equino. Un punto clave fue la necesidad de una regulación más estricta y una supervisión efectiva para asegurar que el bienestar de los caballos no se pase por alto en aras del rendimiento deportivo.

Es interesante cómo, a menudo, se considera que sería suficiente imponer más reglas. Sin embargo, la veterinaria danesa, Mette Uldahl, fue clara al señalar que las emociones pueden influir en la falta de responsabilidad. Tal vez te suene a algo que hemos experimentado: la presión por ganar puede llevar a la normalización de prácticas dañinas. La fórmula del éxito, a menudo, no considera el bienestar del caballo.

Esto da pie a la pregunta: ¿realmente medimos el éxito en el deporte ecuestre de la manera correcta? Muchas veces, se piensa en términos de medallas y trofeos, mientras que el verdadero éxito podría ser el estado físico y emocional de los caballos. ¿Te imaginas volver a casa dejando detrás a un compañero cansado y estresado a cambio de un trofeo brillante? Peeero, como un buen amante de la cerveza fría, sé que hay un momento para todas las cosas.

La equitación en España: un panorama complejo

Si hablamos de bienestar animal en el ámbito de la equitación, también tenemos que poner el ojo en nuestro propio patio. En España, el sector ecuestre representa un impacto significativo en la economía, generando aproximadamente 5.777 millones de euros según un estudio de Deloitte. Sin embargo, lo que nos debería preocupar es que estos números no implican necesariamente que nuestros caballos estén siendo bien tratados.

En 2019, el censo nacional registró alrededor de 722.158 équidos, de los cuales solo el 10% se encontraba vinculado a federaciones. Esto significa que más del 90% de los caballos, ponis y otros équidos están “fuera del radar”. Querido lector, esto es como tener un perro y no llevarlo al veterinario: puedes estar ignorando un problema muy grave.

Si bien el 0,5% de la población mayor de 15 años ha practicado equitación alguna vez, es crucial que todos los involucrados en el mundo ecuestre comprendan la responsabilidad que tienen. Solo porque un caballo compita, eso no le exime de sus necesidades básicas. Nadie quiere ser el caballo que, después de todos los saltos, se queda sin atención ni amor. Y, seamos honestos: ¡no queremos ser los humanos que lo permitan!

Mejorando la educación y la cultura

Todo esto nos lleva a una conclusión inevitable: la educación es la clave para cambiar la cultura en el deporte ecuestre. Los entrenadores y jinetes necesitan formación adecuada y actualizaciones periódicas. Imagina si, en lugar de simplemente estar allí por el amor al deporte, las personas tuvieran un verdadero entendimiento del bienestar animal. ¿Cuánto podría cambiar eso? ¿Esa formación no podría ser la chispa para iniciar un cambio real?

José Manuel Romero, veterinario equino en París 2024, planteó que incluso el manejo efectivo del clima durante competiciones será crucial. Cada pequeño detalle influye en el bienestar del caballo, y no deberíamos dejar nada al azar.

Además, es fundamental que la industria ecuestre y las federaciones dejen de poner la competencia por encima del cuidado de los animales. En lugar de promover un ambiente donde ganar es la única meta, podríamos cambiar la narrativa hacia el bienestar, abriendo la puerta a una nueva era en la equitación.

¿Qué podemos hacer nosotros?

Todos somos parte de esta historia. La próxima vez que te encuentres con un caballero o una dama que compite con su adorable compañero, no dudes en preguntarles sobre su cuidado. Cuestionar y conversar es el primer paso para generar conciencia.

Cada uno de nosotros puede hacer la diferencia, ya sea a través de la promoción de prácticas responsables, asistiendo a talleres educativos, o, simplemente, hablando con otros sobre la importancia del bienestar ecuino.

Conclusión

A lo largo de este recorrido, hemos explorado un tema que, aunque pueda parecer alejado de nuestras vidas diarias, es más relevante de lo que podemos imaginar. Desde la necesidad de una reflexión profunda sobre sistemáticas en el deporte ecuestre, hasta la urgencia de una educación adecuada, cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar.

El bienestar de los caballos no es solo una cuestión de buenos deseos; es responsabilidad de todos. Llevemos esa conversación al centro donde pertenece. Después de todo, los caballos tienen voces que deben ser escuchadas, ¡y es hora de que dejemos de lado la indiferencia!

Así que la próxima vez que subas a un caballo (o incluso a la barra de un bar para disfrutar de una buena cerveza) recuerda: cada acción cuenta. ¡Repensar y actuar nunca ha sido tan crucial!