Ah, las vacaciones. Esa épica temporada del año en la que finalmente puedes escapar de la rutina y disfrutar de algún paraíso tropical, una ciudad cultural o, por qué no, un viaje en coche a la playa más cercana. ¡Pero antes! Antes de abordar ese avión y comenzar esta aventura, todos hemos caído en la tentación de celebrar, ¿verdad? Un par de cervezas en el bar del aeropuerto, una copa de vino, tal vez un trago de esos coloridos que te hacen sentir de vacaciones incluso antes de despegar. Pero, ¡espera! ¿Realmente deberías hacerlo?

La cruda realidad del alcohol en el aire

Muchos de nosotros pensamos que una bebida o dos en el aeropuerto es parte del rito de vuelo. Sin embargo, Dashiell Horowitz, un auxiliar de vuelo de Air Transat, nos lanza un jarro de agua fría sobre esta creencia. En una reciente entrevista con el Mirror, Horowitz advierte: «Lo único que evitaría de verdad es el alcohol antes de un vuelo». ¿Por qué? Resulta que el alcohol te afecta el doble en el aire. ¿Te imaginas eso? Además de pasar unas horas atrapado en un espacio reducido, tienes que lidiar con efectos adicionales en tu cuerpo que no esperabas.

Aquí va un dato que seguramente no conocías. Tu cuerpo y tu cerebro ya están lidiando con la presión cambiante en la cabina, el cansancio acumulado y la deshidratación. Agregar alcohol a esa mezcla es un poco como intentar encender la mecha de un petardo en una caja de fuegos artificiales: una receta para el desastre.

Un viaje en avión: no es un bar

Entonces, imagínate esto: acabas de tomarte dos cervezas y un cóctel en el bar del aeropuerto, y cuando llegas a tu asiento, ya estás sintiéndote un poco… desinhibido. Antes de que te des cuenta, el asistente de vuelo te está ofreciendo más bebidas, y tú, con una sonrisa bobalicona, dices que sí. Y aquí es donde las cosas empiezan a torcerse: cinco minutos después, te das cuenta de que te has convertido en esa persona que empieza a hacer amigos inusuales en el vuelo. A veces, hay que sentirse como James Bond en un avión, pero sin el glamour. Esos momentos son divertidos hasta que el tripulante de cabina te pide que bajes la voz. ¿Quién no ha sentido la mirada del pasajero de al lado cuando intentas recordar los diálogos de “Casablanca” entre trago y trago?

Consejos de un experto para un viaje sin estrés

Ahora que hemos dejado claro que no es el mejor momento para pedir esa bebida extra, pasemos a algunos consejos valiosos que Horowitz comparte para garantizar que tu viaje sea cómodo y sin estrés.

Planificación anticipada

Primero en la lista: planificar con tiempo. Horowitz sugiere llegar al aeropuerto al menos dos o tres horas antes de la salida. Si bien, con la moda de las llegadas de última hora y los vuelos de bajo costo, esta puede parecer una pérdida de tiempo, el no hacerlo puede causar más estrés que cualquier obstáculo en tu itinerario. Recuérdalo: el que llega tarde, llega dos veces.

Vestimenta adecuada

En cuanto a la vestimenta, ¡oído al parche! «Siempre es mejor quitarse capas de ropa que pasar frío en el avión», dice Horowitz. Por ejemplo, si decides ir con esa remera de tu banda favorita y un suéter de lana que te abriga como si estuvieras en un iglú, engañas a las temperaturas del aeropuerto, pero el aire acondicionado en el avión tendrá tus dientes castañeteando en cuestión de minutos.

¡Como si necesitáramos otro problema! Yo aún estoy buscando el suéter que un primo mío usó en un viaje a un país frío, y me da escalofríos solo recordarlo. Recuerda, mejor versa en capas, y si tuviste una efímera lucha con la moda, es probable que tus compañeros de vuelo queden tan confundidos como tú.

Hidrátate bien

Además, no olvides agua. Horowitz recomienda llevar algo para picar y tener esa botella de agua a la mano. Recuerda que la deshidratación en el aire puede hacer las cosas aún más complicadas. Tu cuerpo necesita esa humedad, sobre todo cuando consideras que un avión puede ser un desierto en pleno vuelo.

Un bolígrafo al rescate

Por último, un consejo que parece trivial pero que puede hacer una gran diferencia: llevar un bolígrafo. «Nunca se sabe cuándo se necesitará rellenar un formulario o anotar algo. Es algo que la mayoría parece olvidar, así que yo nunca subo a un avión sin uno», agrega Horowitz. Es cierto. A veces, un simple bolígrafo dispuesto puede ser tu mejor amigo en caso de emergencias en el aire, o simplemente para escribirle una carta de amor a tus vacaciones.

Reflexiones finales sobre la experiencia de volar

Al final del día, volar puede ser una experiencia maravillosa. Conectar con amigos o familiares, experimentar nuevas culturas u observar desde la ventanilla cómo las nubes parecen ser suaves y esponjosas es simplemente mágico. Pero, al misma vez, requiere un poco de planeación y preparación. En lugar de empezar las vacaciones con unas copas antes de volar, ¿por qué no mejor guardarlas para cuando finalmente llegues a tu destino? Imagina la alegría de abrir una buena botella de vino en esa terraza soleada que tanto esperabas en lugar de mientras soportas a ese pasajero que, inevitablemente, comienza a discutir sobre la economía del país en el que estás volando.

Así que, asegúrate de que tu viaje por el aire sea todo lo que prometió ser: lleno de risas, recuerdos y, por supuesto, esa belleza única de volar en un avión. Y recuerda: ser un poco más consciente de lo que consumes antes de embarcar puede marcar la diferencia entre un vuelo agradable y uno que simplemente quieras olvidar.

Por último, si estabas buscando una excusa para brindar por tus próximas vacaciones, pues aquí la tienes. Brinda por la emoción, por las experiencias y los momentos compartidos. Pero una vez que estés en el aire, considera dejar la fiesta para cuando llegues a tu destino. Por tu salud, tu bolsillo y, especialmente, tu bienestar emocional, es un buen sacrificio. ¡Feliz vuelo! ✈️