A medida que el mundo del entretenimiento se entrelaza cada vez más con el escenario político, la relación entre Disney y Donald Trump se presenta como un caso fascinante de análisis. Recientemente, se han avivado los rumores sobre la reelección de Trump y cómo esto podría afectar a The Walt Disney Company. La pregunta que todos se hacen es: ¿qué papel jugará Mickey Mouse en este nuevo capítulo de la política estadounidense?
Los tiempos cambian: ¿lo que era inalterable se altera?
A finales de noviembre del año pasado, justo antes de la confirmación electoral de Donald Trump, la revista Newsweek publicó una ilustrativa caricatura que mostraba al magnate a punto de pisotear a un aterrado Mickey Mouse. La escena era, sin lugar a dudas, simbólica. La relación de Disney con el Partido Republicano siempre ha sido, a mejor o peor, turbulenta. Si me lo preguntan, esto me recuerda a una cena familiar en la que todos intentan llevarse bien, pero siempre hay alguien que menciona las preferencias políticas. Tristemente, el ambiente puede tornarse tenso, incluso en torno a un tema tan aparentemente inofensivo como el ratón de Disneyland.
La lucha por la narrativa
La relación entre Trump y Hollywood ha sido más que complicada. Es casi un cliché escuchar que el magnate ve a la industria del cine como un bastión del Partido Demócrata. Sin embargo, su reciente acercamiento a las celebridades afines, como Mel Gibson y Sylvester Stallone, sugiere que está intentando cambiar la percepción que los estadounidenses tienen sobre él. Hablando de cambios de percepción, no puedo evitar recordar a esa amiga que siempre intenta cambiar su imagen después de una ruptura. ¿Realmente tienen alguna oportunidad de éxito, o son solo intentos desesperados?
Disney y la necesidad de adaptarse
La industria del entretenimiento no está exenta de cambios. La reciente movida de Disney en su plataforma Disney+, donde ajustaron los disclaimers de sus clásicos como Dumbo y Peter Pan, ha levantado más de una ceja. Ellos afirmaron que el contenido se presenta “tal y como se creó originalmente, y puede contener estereotipos o representaciones negativas”. Uno no puede evitar preguntarse, ¿es esto un intento de quedar bien con la administración de Trump? En lugar de reconocer su impacto nocivo, parece que pueden estar buscando una forma de contentar a su público más conservador.
Es como esos momentos en los que tienes que elegir entre presentar una película de Christopher Nolan o una de Michael Bay en una noche de cine. Sabes que Inception es la opción más inteligente, pero a veces un poco de explosión no hace daño. La decisión de Disney de ser más neutro en cuanto a las advertencias del contenido parece un intento calculado de no alienar a ningún público.
La sombra de la ley Don’t Say Gay
Cuando emergió la ley Don’t Say Gay en Florida, Disney se encontró en la encrucijada. A pesar de las presiones para renunciar a cualquier apoyo hacia el entorno republicano, las donaciones a estos políticos continuaron. ¡Ah, la política! Una gran sala de espera donde todos intentan hacerse un favor entre sí. La reacción de la compañía fue, resumidamente, confusa. Su CEO en aquel momento, Bob Chapek, intentó justificar su falta de acción, argumentando que oponerse abiertamente a la ley “sería contraproducente”. Definitivamente, no es lo que uno espera escuchar de un CEO de Disney, que suele ser más conocido por las palabras mágicas que por sus destrezas diplomáticas.
La nueva narrativa de diversidad
Una de las razones por las que muchos se entusiasmaron con la dirección de Disney en el pasado fue su compromiso con la diversidad, la equidad y la inclusión. Especialmente después de eventos sociales como el movimiento Black Lives Matter, que tomaron fuerza tras la muerte de George Floyd, el gigante del entretenimiento comenzó a incluir disclaimers y contextos sobre su contenido más controvertido. Sin embargo, el reciente retroceso en sus políticas parece sugerir que están dispuestos a dejar esas iniciativas a un lado por razones comerciales.
Echando un vistazo a las redes sociales, parece que la comunidad se siente confundida y, seamos honestos, algo traicionada. En un momento preguntamos, “¿Realmente Disney se preocupa por los valores que dice defender?” Luego nos despertamos y vemos que las cosas están cambiando de nuevo. ¿Es esto una señal de que el capitalismo se está convirtiendo en el héroe y no en el villano de la historia?
Un cambio en la narrativa empresarial
La administración de Bob Iger, quien regresó después de la destitución de Chapek, está enfrentando un delicado acto de equilibrio. Es como ser un malabarista en un circo, tratando de mantener todo en el aire mientras la presión aumenta. Las decisiones que tome influirán no solo en la imagen de Disney, sino también en su salud financiera.
Parece que Disney ha adoptado un enfoque más pragmático, donde el sostener la narrativa de inclusión se ha visto eclipsado por la realidad empresarial. El neoliberalismo progresista parece haber tomado el control de una compañía que una vez fue sinónimo de la magia de la diversidad. Y aquí estamos, preguntándonos, ¿realmente hay un lugar en el mundo para el idealismo en este contexto?
Mirando hacia el futuro
Entonces, ¿qué podemos esperar de la relación entre Disney y la nueva administración de Trump? Desde la perspectiva de un observador curioso, parece que la compañía ha dejado claro que el compromiso con sus principios se está replanteando. Quizás, en vez de sacrificar su base de fans, están dispuestos a entrar en un «todos ganan» donde Mickey Mouse sigue siendo el rey y Trump se convierte en su actor secundario.
La industria del entretenimiento está en constante evolución y, en este momento, nos preguntamos si Disney realmente puede mantener su estatus icónico mientras trata de navegar en estas turbulentas aguas políticas. Después de todo, lo que está en juego no es solo la imagen de la compañía, sino también su futuro y su legado.
Tal vez, y solo tal vez, en esta montaña rusa de decisiones y circunstancias, podamos encontrar una respuesta a la pregunta más grande de todas: ¿es posible que, al final del día, la magia siempre encuentre una forma de regresar? La respuesta, como suele pasar en los cuentos de Disney, podría estar más cerca de lo que imaginamos.