La climatología está llena de sorpresas, ¡y vaya que esta última ha traído caos y controversia! La DANA que azotó la Comunidad Valenciana el pasado 29 de octubre de 2024 no solo dejó una estela de destrucción y 224 vidas perdidas, sino que también desató un vendaval político que ha puesto al presidente del Gobierno valenciano, Carlos Mazón, en el ojo del huracán. Pero, ¿qué es lo que realmente ocurrió esa trágica tarde? ¿Y cómo está manejando Mazón la limpieza posterior a la tormenta? Vamos a desmenuzar esta tormenta política y veremos si nos encontramos ante un caso de manipulación o simplemente ante un pobre manejo de la crisis.
La llegada de la DANA: un día de calma antes de la tormenta
Recuerdo haber estado disfrutando una apacible mañana en casa, con un café en mano y la ventana abierta, cuando la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) empezó a emitir sus alarmantes pronósticos. Para ese momento, yo pensaba: «¿De verdad hay que tomar en serio esas alertas? Si, a veces, exageran con el clima». Pero, por desgracia, las predicciones no fallaron.
Mientras tanto, Mazón se encontraba en un restaurante —¡sí, El Ventorro!— al parecer más preocupado por lo que iba a pedir de comer que por lo que se avecinaba. Su ausencia en los primeros momentos de la tragedia ha sido un punto de mira en los medios y una fuente de memes que acaban haciendo que hasta el más sereno se retuerza de risa o, en su defecto, de incredulidad.
Una metida de pata monumental
La gestión de Mazón el día de la DANA ha sido cuestionada no solo por su propia oposición —el PSPV— sino también por los medios de comunicación que han sacado a la luz su silencio en un momento crítico. Y aquí es donde empieza a abrirse un abismo de confusión y críticas por su falta de acción.
Las palabras del alcalde de Cullera son reveladoras: “No sé en qué estado estaba… en estado de emergencia no.” Teniendo en cuenta que a fora de esas ventanas el agua estaba comenzando a engullirlo todo, hay que preguntarse: ¿realmente Mazón estaba en sintonía con la realidad?
La estrategia de la confusión: ¿quién tiene la culpa?
A medida que las aguas iban subiendo, parecía que Mazón y su equipo decidieron que lo mejor sería culpar a otros. En un ejercicio de «todo vale», recurrieron a audios manipulados y documentos incompletos para intentar desviar la atención de su gestión fallida. En un mundo ideal, esto sería un juego de cartas relacionado con engaños y tramas dignas de una serie de Netflix (sabe la vena dramática que tienen algunos), pero la realidad es mucho más cruda.
Esa misma semana, una llamada de emergencia entre la Aemet y los servicios de Emergencias de la Generalitat fue cortada y editada para que se viera como si existiese un “apagón informativo” en la que el gobierno central tenía la culpa. Pero eso fue como intentar tapar el sol con un dedo. Los datos revelados por elDiario.es desmienten la narrativa, mostrando que la Aemet había hecho su trabajo y avisado a Mazón con antelación sobre lo que estaba por venir.
¿Un líder a prueba de crisis?
La imagen pública de un político se construye en su capacidad de gestionar crisis, y parece que Mazón se quedó corto en este aspecto. Recuerdo un momento de mi propia vida en que la situación se tornó caótica y, aunque no podía prever la magnitud del desorden, tomé decisiones en caliente que no ayudarían a mejorar la situación. Cuando veo a Mazón en esta situación, no puedo evitar sentir esa mezcla de empatía y un toque de incredulidad.
Desde que asumió el cargo, Carlos Mazón ha estado lidiando con el peso de una tragedia abrumadora, pero tampoco parece tener las respuestas bivalentes que la situación requiere. Y aquí me pregunto: ¿es realmente culpa suya o de su círculo más cercano?
La política del “todo vale”: ¿conducta ética o juego sucio?
La ética en la política es un tema recurrente. La manipulación de información en tiempos de crisis es un tema complejo. La idea de que un representante del gobierno, alguien al que se le otorga la responsabilidad de cuidar de toda una comunidad, utilice la mentira y tergiversación para proteger su imagen, plantea serias interrogantes sobre si todos los políticos están en el mismo barco.
Mazor ha intentado desmentir los errores de su gestión al lanzar sombras sobre la Aemet y otras entidades, pero, ¿está saliendo realmente airoso de esta? Desmentir los audios manipulados se vuelve cada vez más complicado, y más aún cuando las evidencias van saliendo a la luz. Históricamente, estos movimientos han generado más ruido del que calman.
La justicia en curso: la jueza exige respuestas
Ahora el drama se intensifica, ya que la jueza de Catarroja ha solicitado a Mazón respuestas sobre la falta de comunión con la ciudadanía ante los eventos. En un país donde la transparencia política es un elemento esencial para el buen funcionamiento de la democracia, estos eventos generan una sensación de decepción. Al final del día, la gente solo quiere que se les informe y que, ante la adversidad, se actúe con responsabilidad.
Con los medios presionando y la comunidad respaldando la necesidad de respondes, surge la pregunta con eco: ¿podrá Mazón salir de esta tormenta o terminará abandonando el barco?
La risa como alivio: un punto de vista humano en medio del caos
Es difícil encontrar el humor en medio de situaciones tan críticas, pero a veces el sarcasmo puede servir como una cura temporal. La imagen de un político intentando comer mientras su comunidad se ve arrastrada por aguas furiosas es un meme que nadie podrá olvidar.
«¡Sigue comiendo, Carlos, que la comunidad te necesita!”, sonaría como un grito irónico en medio de esa tormenta. Sentimos que la política, en su esencia, es el arte de saber gestionar lo absurdo, pero aquí parece que se perdió el norte.
Reflexiones finales: ¿de dónde procede la responsabilidad?
Lo que está claro es que la controversia no solo ha salpicado a Mazón, sino que ha abierto la caja de Pandora sobre la responsabilidad en la gestión de crisis. La DANA no fue solo un evento meteorológico; se ha convertido en un evento política que ha dejado cicatrices profundizas.
Con la Aemet, la Generalitat y la sociedad civil como testigos de este drama, queda claro que el tiempo de los juegos políticos ha de quedar en el pasado. Las decisiones de hoy impactan en las vidas de los ciudadanos mañana, y la transparencia es más que un buen discurso; es una necesidad básica.
Así que, al final, me pregunto: ¿habrá aprendido Mazón la lección o se quedará atrapado en el torbellino de la manipulación? Mientras tanto, suena la alerta meteorológica nuevamente, y la comunidad espera respuestas sinceras más que recetas de ficción.
La tormenta política tras la DANA sigue, y solo el tiempo puede decir si la historia de Carlos Mazón será recordada como una lección de responsabilidad o como un capítulo más del “todo vale” en el mundo político.