El capitalismo tecnológico moderna, una montaña rusa que parece no tener fin, está repleta de sorpresas. ¿Cuántos de nosotros hemos sentido el impulso de hacer una inversión arriesgada, ya sea en la Bolsa o en un proyecto que parece sacado de una serie de Netflix? Bueno, hoy vamos a hablar de un hombre que ha hecho de la temeridad su mantra: Masayoshi Son, el CEO de SoftBank. Recientemente, una biografía titulada Gambling Man de Lionel Barber ha decidido desenmascarar la historia de este intrépido empresario y cómo sus estrategias han moldeado el panorama del capitalismo actual. Pero, ¿es el ‘rey de las decisiones arriesgadas’ un genio incomprendido o simplemente un jugador en esta festiva ruleta?

Como cualquier otra persona que ha tropezado en la vida, la historia de Son es un viaje lleno de fracasos espectaculares y triunfos igual de llamativos. En un contexto donde el aptitud y la sagacidad se confunden, se van desarrollando matices que reflejan la esencia problemática de un mundo que premia la desmesura. Pero, ¿vamos a dejar que eso nos sorprenda?

La montaña rusa de masayoshi son: del colapso a la gloria

Recuerdo hace unos años cuando un amigo mío —un entusiasta de la tecnología— me mencionó por primera vez a Masayoshi Son. «Este tipo ha perdido y ganado billones», me dijo con los ojos brillando de admiración. Me quedé pensando si iba a arruinarse de nuevo o si se convertiría en el próximo Steve Jobs. Spoiler alert: a veces los dos eventos pueden suceder en la misma semana.

En 2022, Son vio cómo su compañía, SoftBank, anunciaba pérdidas de 23.000 millones de dólares. ¡Vaya golpe! Y aunque el mercado actuó sorprendido, yo solo podía imaginar a Son con una copa de whisky en la mano, riéndose de la situación, como un mago que acaba de sacar un conejo de un sombrero, solo que este conejo era más bien un lobo con piel de oveja. Pero, en un extraño giro del destino, esto no era la primera vez. Bastante antes, en el auge de las puntocom, Son perdió el 99% de su riqueza. ¿Acaso esto lo convierte en un visionario que simplemente ha elevado el acto de arriesgar a una forma de arte?

Entre el espectáculo y la estrategia

Lo que vale la pena notar aquí es que la narrativa alrededor de Son es una mezcla fascinante de genialidad y locura. Cuando invirtió 4.400 millones de dólares en WeWork tras una conversación de 12 minutos, algunos lo vitoreaban, mientras que otros se preguntaban si había escuchado de otras empresas con un modelo de negocio menos… inestable.

La biografía Gambling Man nos lleva a un vistazo profundo de este fenómeno. A través de sus páginas, Barber hace hincapié en cómo Masayoshi ha convertido el riesgo extremo en un espectáculo, transformando cada fracaso en una oportunidad para volver a intentarlo. Mientras que otros podrían ver un fracaso rotundo como un final, Son lo ve como un cliffhanger, una forma de mantener a su público al borde de sus asientos. ¿No suena divertido?

Además, está el juego de la validación. En lugar de buscar las mejores startups tecnológicas, parece que SoftBank busca alimentar la narrativa de que sí, tenemos el toque mágico para hacer crecer colosos. Esto plantea un punto interesante: ¿qué papel juegan nuestras creencias en la forma en que percibimos las decisiones empresariales en el mundo actual?

Warren Buffett vs. masayoshi son: dos caras de la moneda

En el mundo de las inversiones, siempre hay una figura representativa en el otro extremo del espectro. Warren Buffett, ese ícono de la sobriedad y la estrategia, nos dice: «Si eres inteligente no necesitas el apalancamiento, y si eres tonto no deberías usarlo». ¡Qué claro! Y al mismo tiempo, ¡qué imposible de seguir en el escenario actual!

La contradicción entre Buffett y Son es casi poética. Mientras Buffett construye fortunas como un carpintero labrada, Son es más un pintor abstracto… a veces, el lienzo se mancha de manera inesperada, pero siempre termina siendo (de alguna manera) una obra maestra. Sin embargo, el uso del apalancamiento masivo por parte de Son se convierte en un espectáculo en sí mismo: la deuda como símbolo de poder, una demostración de lo que puede hacer con un cheque (o dos).

En el mundo de las inversiones, parece que estamos en una batalla constante entre el análisis metódico y el impulso visceral. ¿Preferirías arriesgar todo por esa emocionante jugada o jugarla segura y tranquila, viendo cómo otros suben y bajan en la montaña rusa?

La realidad de un genial visionario incomprendido

Pero a pesar de estos escenarios alternativos, el punto es que el espectáculo debe continuar. Cada movimiento que hace Son es analizado con la lupa de la incredulidad, y su capacidad para «comer ansias» parece ser su mayor atractivo. Porque, ¿quién no ama una historia de superación? Cada pérdida multimillonaria termina reforzando su imagen de visionario incomprendido, una posición que él parece haber acertado a perfeccionar.

La pregunta es, ¿por qué seguimos adorando a estos “rockstars” del capitalismo? Quizás porque nos encanta el drama. Nos hemos convertido en una cultura que no solo celebra el éxito, sino también el fracaso y las ricas narraciones energéticas en ese camino intermedio. En un momento donde cada like y share parece determinar nuestra valía, el arte de acelerar y saltar desde el abismo adquiere un atractivo especial. ¿No quisiéramos todos ser un poco más como Masayoshi Son?

El futuro del capitalismo arriesgado

Ahora, mientras Son se embarca en nuevas aventuras con su reciente apuesta en chips de IA, la orquesta sigue tocando. Sus propuestas y las apuestas multimillonarias nos llevan a cuestionar el futuro del capitalismo tecnológico. ¿Estaremos presenciando la evolución de la economía, o simplemente más humo en el aire?

Lo que nos enseña este relato es más que solo la historia de un hombre. La trayectoria de Masayoshi Son refleja el dilema del capitalismo contemporáneo: el equilibrio entre el riesgo y la recompensa. En un mundo donde los inversores alaban el crecimiento rápido pero temen la caída, nos enfrentamos a la vitalidad del espectáculo. Y eso no cambia con un simple cambio de guion.

Al final del día, tal vez deberíamos aprender de Son y su extraordinaria capacidad de levantarse tras cada caída. En la vida, en la inversión, y en la búsqueda de nuestros propios sueños, el balance entre la audacia y la sensatez es el verdadero truco. Así que la próxima vez que pienses en un riesgo, ya sea financiero o personal, quizás deberías preguntarte: “¿Soy un Masayoshi Son en potencia o simplemente otro Warren Buffett en el lugar equivocado?»

Reflexiones finales

Masayoshi Son es un personaje fascinante que ha sabido navegar por aguas turbulentas. Su historia ilustra no solo el extremismo del capitalismo moderno, sino también la disonancia entre la locura y el éxito. En la compleja trama del capitalismo tecnológico, la temeridad se convierte en un espectáculo, pero también en una forma de libertad, una manera de vivir sin pedir disculpas.

Y al final, mientras la historia de Son continúa desarrollándose, solo podemos seguir aplaudiendo (o abucheando) cada movimiento, sabiendo que este acto puede tener muchos más giros por venir. ¿Estás listo para abordar la montaña rusa del capitalismo moderno? ¡Sujétele el sombrero, porque lo que se viene promete ser emocionante!