Marruecos está en la cúspide de la atención internacional a medida que se prepara para coorganizar el Mundial de Fútbol en 2030, junto con España y Portugal. Sin embargo, a pesar del brillo del evento deportivo, el país se enfrenta a un oscuro dilema: la gestión de su población de perros callejeros. Así que, si nos encontramos con la imagen de un país modernizado y lleno de vida en las transmisiones de televisión, ¿cuál es la realidad detrás de las cámaras?
La evolución de Marruecos: ¿un reflejo de progreso o de superficialidad?
Quienes visitaron Marruecos hace tres décadas probablemente recuerden un paisaje muy diferente. Pasear por las calles de Casablanca te hacía sentir parte de una película de aventuras: montones de perros callejeros merodeando, buscando alimento; y si pensabas en los peligros de un mini perro salchicha, entonces, ¡hasta te podrías sentir valiente! Ahora, en contraste, es común ver a un vecino paseando su perro con todo el glamour de una pasarela de moda. Pero mientras los paseos se han vuelto más decorosos, la realidad para unos tres millones de perros callejeros sigue siendo una lucha por la supervivencia en los barrios más desfavorecidos.
Lo curioso es que, mientras se levantan nuevas infraestructuras —obra de una ilusión de modernidad— la imagen de Marruecos se ve ensombrecida por este problema. De hecho, la primatóloga Jane Goodall, en una carta abierta, clamó por el uso de métodos humanos para lidiar con esta situación, instando a la FIFA a considerar las implicaciones morales de la gestión de los perros vagabundos. Estamos hablando de más que de un simple problema de animales; es un llamado a la conciencia internacional. ¿Cómo podría un país que se prepara para globalizarse a través del deporte olvidar su responsabilidad hacia los seres vivos que comparten su suelo?
La dura realidad de los perros callejeros y su manejo
Un informe alarmante revela que las autoridades marroquíes planean implementar métodos violentos de control, incluyendo el sacrificio a tiros y el envenenamiento de estos animales. Si esto te parece una trama de una película de terror, no estás solo. Goodall dejó claro en su carta que esas decisiones pueden llevar a un estigma irreversible para el país, especialmente en un momento en el que aficionados de todo el mundo lo están mirando: “¿será suficiente la pasión por el fútbol para justificar este exterminio?”
Lamentablemente, la Cultura del Tiro —visto en tantos países afectados por problemas similares— parece estar como respuesta. A pesar de que Marruecos se adhirió al programa Captura-Esterilización-Vacunación-Liberación (TNVR) en 2019, los esfuerzos parecen ser insuficientes y la implementación parece estar estancada. Algunos residentes se preguntan: “¿es realmente necesario volverse un villano en esta historia?”.
Es crucial mencionar que las organizaciones animalistas locales están en pie de guerra, clamando por métodos éticos. La campaña internacional para detener el exterminio está ganando impulso y, sorprendentemente, hay aliados inesperados.
Apoyo internacional y el papel de la FIFA
La Coalición Internacional para la Protección de los Animales (IAWPC) se ha erigido en defensora de los derechos de estos animales, exigiendo a la FIFA que tome cartas en el asunto. Imaginen que los estadios se llenan de aficionados que, en lugar de disfrutar, se ven perturbados por imágenes brutales de un país que los albergó. La cultura del fútbol es hermosa, pero su conexión con la culpa se siente como un balón de fútbol que rueda por un campo resbaladizo. Como aficionados, ¿estamos dispuestos a permitir que esto ocurra en nuestro deporte favorito?
De hecho, Goodall ha resaltado las posibles consecuencias de esta barbarie en el comportamiento de los patrocinadores. Imaginen a Qatar Airways tomando una decisión drástica —y es que, a veces, la presión de los consumidores puede más que cualquier gol marcado en la cancha. “¿No es irónico que un evento glorioso como el Mundial pueda estar manchado por esas decisiones desgarradoras?”, se debe preguntar uno.
Algunos gatos (o perros) han hecho su tarea; las plataformas de redes sociales se llenan de testimonios, imágenes y llamadas a la acción por parte de activistas en defensa de los animales. Para los organizadores del Mundial, la presión se intensifica. Después de todo, lo que no se dice, lo que permanece oculto, siempre tiene una manera de salir al aire.
Un balance emocional: caos, mordeduras y desesperación
Y entre la angustia generada por esta situación, algunos torres de fuego se vuelven voces de la razón. Ahmed Tazi, de la Asociación de Defensa de los Animales y de la Naturaleza, ha sido un firme defensor del programa TNVR. Su voz es una de las que clama por la ética y la razón en un momento en que ambos parecen estar en su punto más débil. “En un año, una pareja de perros pueden engendrar a 16 cachorros. ¿De verdad creemos que la exterminación solucionará el problema?”.
El caso más notable de una mordedura fatal, que ocurrió hace poco, ha puesto aún más presión sobre el gobierno. Mientras que algunos piden la erradicación total de los perros callejeros, otros en cambio, sienten la necesidad urgente de buscar un camino equilibrado. En los informes de mordeduras en grandes ciudades como Casablanca y Tánger, se sienten los ecos del miedo de la población. Y aquí es donde se presenta el dilema: ¿arriesgar la vida de seres sintientes por un número limitado de incidentes, o buscar soluciones que resguarden el bienestar de todos?
La esperanza en el camino: prácticas alternativas y valientes
En medio de todo el caos, hay luces de esperanza. Organizaciones como Network For Animals están al frente de la lucha, organizando campañas para proteger a estos animales vulnerables y pedir fondos para crear refugios seguros. Sorprendentemente, la valiente Salima Kandaui ha encontrado su propio camino a la luz; su albergue en Tánger ha logrado esterilizar y vacunar a miles de perros callejeros. “¿Quién dijo que no podíamos empatizar con ellos?, pregunta Knadaui mientras sostiene un perrito que sería la envidia de cualquier influencer de redes sociales.
Por tanto, ¿qué lecciones podemos extraer de esta situación crítica? En lugar de hacer esperar a que la FIFA se sacuda y reaccione, nosotros, como comunidad global de amantes del fútbol y de los animales, debemos tomar la iniciativa y exigir con pasión el fin de las políticas crueles. Estar informados de lo que sucede en el trasfondo podría no depender únicamente de lo que vemos en la televisión, pero es nuestra responsabilidad alzar la voz en favor de aquellos que no pueden hacerlo.
Un futuro incierto, pero lleno de posibilidades
Así que, a medida que nos acercamos al Mundial 2030, nuestra mirada se dirige hacia Marruecos. La imagen que el país quiera proyectar dependerá de la respuesta a sus animales y su medio ambiente. ¿Estamos dispuestos a ser la voz que pida un cambio positivo y humanitario?
A través de estrategias adecuadas, como el programa TNVR y el rescate de perros, Marruecos puede convertirse en un modelo a seguir en el manejo de este delicado asunto. Y así, mientras los fanáticos del fútbol llevan sus banderas al país, es probable que otros también lleven un mensaje: el de honrar a los seres vivos que comparten su espacio, incluso cuando son invisibles, incluso cuando reclaman su lugar en este mundo.
En conclusión, a medida que el reloj avanza hacia el Mundial de 2030, el eco de la ética debe resonar más que el rugido de la multitud. ¡Marruecos tiene la oportunidad de demostrar que su compromiso con los derechos de los animales es tan sólido como el apoyo a su equipo nacional! La pregunta es, ¿podrá el espíritu humano prevalecer frente a las decisiones deshumanizantes? ¡Que comience el juego!