¿Te imaginas un futuro donde España tenga un papel protagónico en el espacio? La reciente compra de Hispasat por parte de Indra ha sacudido el tablero de la industria tecnológica y de defensa en nuestro país, y los nuevos presidentes, Ángel Escribano y José Vicente de los Mozos, están dispuestos a dar batalla. Pero, más allá de los números y las acciones en bolsa, hay una historia fascinante detrás de esta transacción que merece ser contada. Vamos a deslizarte por los vericuetos de esta jugada empresarial y, por qué no, compartir un par de anécdotas que podrían hacerte sonreír.

Indra: Un gigante con los pies en la tierra

Érase una vez una empresa que comenzó su andadura como un taller modesto y que, a fuerza de coraje y valentía, se ha convertido en un gigante en el ámbito tecnológico. Indra, bajo la batuta de Escribano y De los Mozos, ha fijado su mirada en las estrellas, y cuando digo «estrellas», me refiero a la estratosfera de la industria espacial.

La compra de Hispasat: ¿Oportunidad o locura?

Hay quienes podrían pensar que la compra de Hispasat, una de las compañías líderes en telecomunicaciones por satélite en el mundo hispanohablante, es una locura. ¡10% de castigo en bolsa en dos días! ¿Te imaginas perder esa cantidad de dinero tan rápido? Pero Escribano y De los Mozos tienen una visión que va más allá de lo inmediato. Ellos creen firmemente que esta compra es estratégica.

Las palabras de Ángel Escribano son contundentes: «Los mercados están haciendo una lectura equivocada». Trabajan bajo la premisa de que la vanidad no se refiere solo a la belleza, sino también a la forma en que se interpretan las decisiones empresariales. Imagina que, en lugar de comprar un coche de lujo, decidas invertir en una bicicleta eléctrica para contribuir al medio ambiente. Puede que tus amigos no lo entiendan de inmediato, pero tú sabes que es una apuesta válida para un futuro sostenible, ¿verdad?

Hisdesat: La joya de la corona

Ahora, hablemos de Hisdesat. Si Hispasat es un barco de lujo, entonces Hisdesat es el tesoro escondido. Esta empresa, de un valor estratégico para la defensa de España, es lo que realmente potencia la razón detrás de la compra. La posibilidad de controlar los satélites de defensa del país no es cualquier cosa, es como tener una carta de triunfo en una partida de poker.

José Vicente de los Mozos, el consejero delegado, explica que «no queremos ser los que ponen la pegatina y la chapa y pintura del satélite, sino aportar tecnología y valor». Es como si quisieran construir una casa con cimientos sólidos en lugar de decorarla con bonitos cuadros. ¡Bravo! La intención de construir una familia fuerte, con la tecnología de su lado, es admirable.

Mercado y percepción: ¿Un error de la Bolsa?

Mientras Indra se prepara para conquistar el espacio, los mercados han reaccionado de una manera un tanto desafortunada. Pero, ¿acaso no hemos visto esto antes? La historia está llena de ejemplos donde las decisiones arriesgadas han sido inicialmente malinterpretadas.

¿Te acuerdas cuando apareció el primer teléfono móvil? La gente decía que eran innecesarios, ¡y mira dónde estamos ahora! Invertir a largo plazo puede ser como correr una maratón: al principio, puede parecer que no llegarás a la meta, pero con constancia y determinación, ¡las recompensas son invaluables!

El papel del Estado: ¿Aliado o enemigo?

Una de las preguntas que surgen naturalmente cuando hablamos de Indra y la adquisición de Hispasat es: ¿tiene sentido que el Estado sea el primer accionista? En Europa, muchos países tienen una fuerte participación estatal en sus empresas estratégicas, sobre todo en aquellos sectores que inciden en la seguridad nacional. Esto podría ser un punto a favor para Indra en su camino hacia el liderazgo en el espacio.

Escribano se siente seguro. «No tengo ningún requerimiento que atender de nadie ¡Soy el presidente y lo que quiero es hacer historia!». Aquí hay un toque de humor y un rebote de confianza en que el Estado, como primer accionista, puede ser un aliado en lugar de un entrave, siempre que haya una sinergia en el plan estratégico.

La competencia en el espacio: Un sueño posible

Hablemos de competencia: SpaceX, la marca de Elon Musk, es a menudo planteada como el Everest del sector espacial. Es como un hermético club al que parece que pocos tienen acceso. Pero, ¿no es eso lo que hace que la historia sea aún más emocionante?

«Hay que dar el primer paso», sostiene Escribano, haciendo eco de las palabras de aquellos que han sido considerados ‘locos’ por intentar lo improbable. La verdad es que el tiempo dirá si Indra y su visión pueden competir al mismo nivel que las grandes potencias del sector espacial.

¿Recuerdas esa vez que decidiste aprender a tocar un instrumento, a pesar de que todos decían que no tenías oído musical? A veces, los grandes resultados nacen de la temeridad. La combinación de talento, visión y atrevida estrategia puede ser la clave del éxito o el desenlace de un drama épico.

Minsait y su futuro en Indra

¡Ah, Minsait! Esa curiosa división tecnológica dentro de Indra que parece estar en el centro de toda la conversación. Muchos se preguntan si Indra necesitará vender Minsait para poder realizar las ambiciosas inversiones en el área de defensa y espacial. Aquí es donde el suspenso entra en juego, como en una película de acción: ¿la venta o la retención?

Escribano ha sido claro: Minsait es un activo estratégico. ¿Acaso van a arriesgar sus más valiosos recursos sin dar un paso bien calculado? Tal vez el análisis no se haya completado, pero, como asiduo lector de historias de gestión empresarial, puedo decirte que a veces es mejor tomarse el tiempo para evaluar las decisiones y no dejarse llevar por la prisa del mercado.

Reflexiones finales: El arte de ser valiente

La historia de Indra es un testimonio del valor. Valiente como un explorador que se adentra en lo desconocido, con la esperanza de descubrir tesoros que pueden cambiar el rumbo de la historia –en este caso, el rumbo de la industria espacial de España.

¿Quién sabe? Quizás dentro de unos años, cuando miremos hacia atrás en el tiempo, nos daremos cuenta de que este fue el comienzo de una era dorada para España en el espacio. No olvides que la historia está llena de sorpresas. Uno nunca sabe cuándo el riesgo comienza a dar sus frutos.

Así que, mientras seguimos el camino de esta compra y el desarrollo de Indra, recordemos la importancia de la valentía y el atrevimiento. Quien no arriesga no gana, y en este mundo tecnológico veloz, las decisiones que se toman hoy pueden abrir puertas que jamás imaginamos. ¿Qué opinas, te atreverías a dar el paso?