El 1 de febrero no solo es una fecha marcada en el calendario, sino un grito de auxilio en el mundo del bienestar animal. En esta jornada, conmemoramos el Día Mundial del Galgo, un acontecimiento que, aunque se celebra con conciencia, nos recuerda una dura realidad: cada año, en España, se estima que más de 50.000 galgos y otros perros de caza enfrentan el abandono y, en algunos casos, el sacrificio al cierre de la temporada de caza. Pero, ¿qué estamos haciendo para cambiar esta situación? Vamos a adentrarnos en el universo de estos perros y la lucha por sus derechos.
¿Qué significa realmente el 1 de febrero?
Para muchos, el 1 de febrero podría parecer simplemente otro día en el calendario, pero para los galgos españoles y sus defensores, es un símbolo del mes del miedo. Una época en la que, tras la corta temporada de caza que comienza el último domingo de octubre, los galgueros (los cazadores que utilizan galgos) consideran que esos perros, que han sido simplemente herramientas en la caza, ya no tienen utilidad. Así que, ¿qué ocurre después? Pues bien, se abre una puerta a la desprotección total, a un destino incierto para seres que merecen ser tratados con dignidad.
Características del galgo español: belleza y rapidez en un contexto de vulnerabilidad
El galgo español, conocido por su impresionante velocidad y elegancia, es una raza que ha sido utilizada principalmente en la caza de liebres. Es bastante irónico, pues aunque su fama y habilidades los convierten en un tesoro en el mundo de la caza, también enfrentan una vida plena de desgracia. Imagina ser admirado por tu agilidad, pero, al mismo tiempo, ser considerado «desechable». Una paradoja que no deja de entristecer.
He tenido la oportunidad de conocer a varios galgos a través de mi amiga Ana, quien trabaja en una protectora de animales. Una tarde, mientras revisábamos fotos de galgos listos para adopción, contabilizamos más de 15 perros esperando un hogar. Ana, en un tono entre risas y tristeza, comentó: «Esos mismitos son más veloces que mis seis tazas de café por la mañana”. No pude evitar reírme, pero la realidad es que en su mirada había también la lucha por cambiar esta narrativa.
La caza con galgos: ¿patrimonio o tortura?
La caza con galgos es una práctica singulary controvertida, sobre todo porque España es el único país de la Unión Europea que permite esta actividad en campo abierto. Mientras otros países han tomado medidas para proteger a los animales, aquí se justifica la caza en nombre de la «tradición». Es curioso cómo algunas prácticas culturales se resisten a desaparecer a pesar de los avances en la ética animal. ¿Mantendrán la caza su estatus como patrimonio cultural, o llegará un momento en que se nos permitirá ver a los galgos como los maravillosos compañeros que realmente son?
Las comunidades autónomas de Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Castilla y León son los núcleos donde las tradiciones de caza están más arraigadas. Sin embargo, la pregunta sigue siendo: ¿es esta la herencia que queremos perpetuar?
Números que duelen: el abandono y sus implicaciones
Según un estudio reciente realizado por la Cátedra Fundación Affinity, en 2023, se registraron 170.712 perros abandonados en España, y un alarmante 11% de ellos fueron dejados atrás tras la temporada de caza. Uno no tiene que ser un genio en matemáticas para darse cuenta de que esas son cifras desgarradoras. Y aunque los esfuerzos de diversas organizaciones están en marcha para visibilizar esta problemática, la realidad es que los números podrían ser aún más altos al ignorar los casos que no están documentados.
Recuerdo una vez que, durante una reunión en la protectora, se compartió el desgarrador testimonio de un galguero que confesó que, en un solo año, había «deshecho» a varios de sus perros porque no cumplían con las expectativas. El ambiente en la sala se tornó denso; todos sabíamos que estas historias eran, desafortunadamente, más comunes de lo que nos gustaría creer.
Un marco legal que deja fuera a los galgos
Aunque es cierto que la Ley de Bienestar Animal 7/2023 marcó un avance en la protección de los animales, sorprendentemente, los perros de caza, como los galgos, quedaron excluidos de muchas de las medidas de protección. ¿Acaso no merecen estos perros una voz en la legislación que busca proteger a los más vulnerables? El rechazo de esta exclusión ha resonado a través de las redes y en las calles, donde miles han alzado su voz en protesta.
La reforma de la ley de protección animal en la Comunidad de Madrid también ha levantado controversias. Entre las nuevas normativas, se permiten prácticas como el corte de orejas y rabos, un cambio muy debatido que ha sido criticado por diferentes organizaciones. En un mundo ideal, ¿no deberían todas las criaturas ser tratadas con respeto y dignidad?
La lucha de las protectoras: el verdadero héroe
A pesar del panorama desalentador, hay destellos de esperanza. Más de 2.500 protectoras en España trabajan día y noche para rescatar, rehabilitar y encontrar hogares para los galgos y otros animales abandonados. Personalmente, he tenido el privilegio de ver a algunos de estos valientes rescatadores en acción. Recuerdo un fin de semana en el que un grupo de voluntarios fue a rescatar un galgo que había estado vagando por las calles. La expresión de felicidad en los ojos de ese perro al ser libre fue inigualable.
Con el aumento de casos de abandono, la capacidad de estas entidades está constantemente sobrepasada. A pesar de su arduo trabajo, estas organizaciones dependen de donaciones y del esfuerzo de voluntarios apasionados, quienes ponen su tiempo y energía en cambiar la vida de estos animales. ¿Podríamos hacer algo más para apoyarlos?
Movilización social: la esperanza para un cambio
La plataforma NAC (No a la Caza) ha jugado un papel fundamental llevando el mensaje de los galgos a la opinión pública. Desde 2010, sus manifestaciones anuales cada febrero han crecido en alcance y visibilidad. Cada vez más personas se suman al movimiento para erradicar la caza en todas sus modalidades y crear conciencia sobre la crueldad inherente en estas prácticas. Es inspirador ver cómo la unión de ciudadanos puede cambiar las cosas, aunque aún queda un largo camino por recorrer.
María Casares, presidenta de SOS Podenco Rescue, ha señalado que la adopción de galgos es aún un gran desafío en España. “En nuestro país, desgraciadamente, hay poca gente que se anima a adoptar esta raza”, dice con un suspiro, antes de agregar: “Pero también hay esperanzas, cada adopción cuenta”. Ciertamente, cada historia de éxito en la adopción de un galgo es un paso más hacia la normalización de su vida como animal de compañía.
La necesidad de educar y cambiar la narrativa
Finalmente, debemos preguntar: ¿cómo podemos cambiar la narrativa? La educación es clave. Desde las escuelas hasta las redes sociales, tenemos que informar sobre la realidad que enfrentan estos perros. Las campañas de concienciación pueden ayudarnos a derribar mitos y prejuicios. La gente debe entender que, aunque los galgos sean perros criados para cazar, son también seres vivos que buscan amor y amistad.
He visto en mis redes sociales publicaciones que comparan a los galgos con «los mejores compañeros de sofá». La verdad es que, una vez que experimentan un hogar amoroso, se convierten en unos excelentes compañeros, aunque al principio lleguen asustados y desconfíen. ¡Imagina que todas las familias consideraran adoptar a uno de estos maravillosos animales!
Conclusión: el camino hacia un cambio
El Día Mundial del Galgo no debe ser solo un momento de reflexión, sino un llamado a la acción. Este es un momento en el que todos podemos hacer algo, aunque sea pequeño. Ya sea difundiendo información, adoptando un galgo o simplemente asistiendo a manifestaciones, cada acción cuenta.
Así que, la próxima vez que pienses en un galgo, recuerda que detrás de su belleza y velocidad hay un ser que necesita tu amor, tu voz y, sobre todo, tu acción. La lucha por el bienestar de estos animales es larga, pero, sin duda, juntos podemos hacer una gran diferencia. No dejemos que se conviertan en cifras olvidadas. El legado de un galgo debe ser la historia de un compañero, no un número en una hoja de estadísticas. ¿No es algo por lo que vale la pena luchar?
Espero que este artículo haya servido para arrojar luz sobre la situación de los galgos en España. La reflexión y la acción son claves para cambiar este panorama. ¿Te unes al movimiento?