La política es un mundo inexplicable. Podríamos decir que es como un juego de ajedrez en constante movimiento, donde los actores tienen que anticipar jugadas, defender sus territorios y, por supuesto, saber cuándo es el momento de abandonar el tablero. Una de esas piezas claves que acaba de retirarse es Javier Lambán, ex presidente de Aragón y peso pesado del PSOE aragonés. Con su salida, se cierra un capítulo que ha marcado a fuego la vida política en la comunidad durante más de cuatro décadas. ¿Cómo es posible que una figura tan influyente pueda desvanecerse en un abrir y cerrar de ojos?
Permíteme llevarte por un recorrido que abarca el legado de Javier Lambán, sus logros y, claro está, las anécdotas que lo rodean.
Un ascenso político meteórico
Cuando hablamos de Javier Lambán, no podemos obviar su trayectoria. Empezó en el Ayuntamiento de Ejea a los 25 años, luego de ser «patrocinado» por el entonces alcalde Mariano Berges. ¡Qué suerte, verdad? Aquí me pregunto si alguna vez podré tener un «patrocinador» que me ayude a entrar en mi próximo trabajo. ¿No sería genial?
Lambán fue concejal hasta 2007 y luego se convirtió en alcalde, todo mientras era presidente de la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ). Esto me recuerda a esos vídeos de YouTube donde alguien trata de hacer malabares con tres pelotas y termina por caer en un caos total. Pero, a diferencia de esos malabaristas, Lambán mantuvo el equilibrio y en 2015 dio el salto a la política autonómica, asumiendo la presidencia del Gobierno de Aragón.
¿Está la política hecha solo de pasioncitas?
En la política se dice que no hay amigos, sino intereses. Lambán lo vivió de cerca y, tal como menciona en su libro de memorias, la lucha por el poder es un juego de tronos descarnado: «Nunca hubo disputas ideológicas ni de modelo de partido. Lo que hubo fue una continua lucha por el poder». Esto suena como si hubiera salido de la boca de un personaje de Juego de Tronos, ¿no crees?
Su mandato no estuvo exento de obstáculos. El pacto de investidura con Podemos marcó su primer mandato en minoría, un momento que muchos daban por perdido antes incluso de empezar. Pero, como un buen mago de la política, sobrevivió y encontró una forma de mantenerse en el poder. Sin embargo, las elecciones de 2023 fueron la última instancia en esta aventura política; el PSOE se vio afeitado y el PP se encumbró al trono con la ayuda de la ultraderecha. Una derrota amarga que, sin duda, se siente como un café frío en la mañana.
Un hombre de letras
Lambán es un hombre de múltiples talentos. Su formación como historiador le otorgó una visión más analítica del mundo, y aunque eso le ha ganado algunos enemigos, también le ha permitido contribuir al debate político desde un lugar diferente. Me imagino que leer una biografía de Cristina Fernández de Kirchner o un libro sobre las reformas agrarias en Aragón en la II República debe de ser un pasatiempo bastante interesante. Aunque, para ser honesto, prefiero un buen thriller que me mantenga al borde del asiento.
Recientemente, Javier ha manifestado sus intenciones de dedicarse a la escritura. Y aquí interviene mi pregunta favorita: ¿será capaz de mantener su estilo apasionado en las páginas de un libro? Solo el tiempo lo dirá.
Las dificultades en la política aragonesa
Uno de los grandes momentos de su carrera se produjo en 1993, cuando logró que el tránsfuga Emilio Gomáriz le diera el voto para recuperar el poder. Esto es como en esas películas donde todos están en la sala de espera de un hospital, y de repente uno dice: «¿Qué tal si hacemos un trato?». La política es locura, y esos momentos lo prueban.
Sin embargo, no todo fue miel sobre hojuelas. La formación del PSOE aragonés ha estado marcada por la ruptura interna y conflictos que han dejado cicatrices. Los socialistas incluso han sido apodados como «el Beirut del socialismo español». ¿Te imaginas ser parte de una familia donde nadie se habla y siempre hay rencillas? Eso es algo que muchos de nosotros preferiríamos evitar.
De la lucha interna a la unidad externa
Lambán tuvo que sortear no solo los conflictos internos de su partido, sino también las relaciones externas. La buena conexión que mantuvo con Luis María Beamonte, ex líder del PP aragonés, es un testimonio de que, a pesar del juego de poder, el respeto puede existir, aunque a veces se confunda con la estrategia.
Claro, aunque tener un enemigo en la política te da aderezos a las anécdotas familiares, también te puede meter en más de un lío. Tal vez se podría haber hecho una buena serie de televisión basada en sus reuniones, con un final de suspense cada semana.
El legado de Javier Lambán
El legado de Lambán es, sin lugar a dudas, complicado. Si bien es cierto que ha tenido encuentros y desencuentros, su estilo de liderazgo ha evolucionado. En su propia forma de hablar satírica y profunda, él mismo ha sido testigo de una política que ha ido cambiando, y quizás, hay quienes dirán que incluso quedó marcado por su ética reformista.
A medida que el PSOE busca un nuevo liderazgo con Pilar Alegría, nos adentramos en otra era donde hay una necesidad de cambio, pero también de continuidad. ¿Acaso recordaremos a Lambán como el último de su especie, un político tradicional, o será visto como un puente hacia el futuro?
Reflexiones finales
La política está llena de contrastes y matices, y el adiós de Javier Lambán simboliza no solo el cierre de un capítulo, sino también la inevitable transformación que enfrentará la comunidad aragonesa. De su capacidad para encadenar discursos sin papeles, sus logros institucionales, y los altibajos dentro del PSOE, queda una rica narración por contar.
Al igual que la muerte de un personaje en una novela de misterio, deja a los lectores preguntándose: ¿qué vendrá después? Como una nueva hoja en blanco en su carrera literaria, está por verse si Lambán podría darnos un legado escrito que recapitule su experiencia. ¿Por qué no? Si algo se ha demostrado es que los políticos también son humanos, con historias que contar y un pasado que explorar.
Así que, querido lector, celebremos el adiós de Javier Lambán y miremos hacia el futuro. Porque, parafraseando a un político muy conocido, «no es el final, es solo el comienzo.» ¿Estás listo para la próxima historia que se escribirá en las tierras aragonesas? ¡Vamos a descubrirlo juntos!