¿Alguna vez has sentido que un lugar encapsula una época, una sensación, una forma de vida? La rave del Goa en Madrid fue, sin duda, uno de esos lugares. En los años 90 y principios del 2000, esta fiesta se convirtió en un verdadero hito cultural, un punto de encuentro donde todas las tribus urbanas podían desahogar su energía y, por supuesto, bailar hasta que el cuerpo dijera basta. Hoy, vamos a hacer un viaje al pasado para recordar qué hizo tan especial a esta rave en la discoteca Universal y cómo encarna un capítulo vivaz y emocionante de la historia nocturna de la capital española.

Goa: de la India a Madrid

Empecemos por el origen. Goa, ese pequeño estado en la India, famoso por sus playas soleadas y su atmósfera bohemia, fue durante los años 70 un imán para los hippies occidentales. La conexión es clara: el Magic Bus, ese mítico autobús que llevó a tantos jóvenes desde el Reino Unido a la India, simbolizaba una búsqueda de libertad y autodescubrimiento. Pero, ¿sabías que ese espíritu hippie también se trasladó a una discoteca en Madrid que se llamaba Goa? Sí, así es. Se coronó como uno de los santuarios de la cultura electrónica en la ciudad.

La discoteca Goa abrió sus puertas en 1994, en la calle Mesoneros, y desde un principio, se convirtió en un lugar donde la escena rave podía florecer. A su cargo estaban Pedro Serrano y Petro, dos empresarios de la noche apasionados por la música electrónica. Imagínate esas primeras fiestas—el ambiente, la música retumbando, la gente saltando y riendo mientras se acurrucaba en un mar de luces de neón.

Y sí, aunque las discotecas Bali Hai, Nature y Soma eran las más populares por entonces, ¡el Goa se llevó la medalla de oro en el corazón de muchos!

El impacto de las leyes en el ocio nocturno

Por desgracia, la fiesta no podría durar para siempre. En 1999, se aprobó una nueva Ley de Espectáculos en la Comunidad de Madrid que restringió significativamente la capacidad nocturna de varios locales. A la fiesta no le quedó otra opción que reinventarse y migrar hacia la discoteca Universal, ubicada en Leganés, un lugar que prometía experiencia y locura en un espacio imponente rodeado de un lago artificial. Si buscas un escenario más idóneo para una rave, ¡aquí lo tenías!

Y así fue como la rave del Goa se trasladó a Leganés, donde la magia continuó hasta 2003.

La rave del Goa: un fenómeno cultural

La rave del Goa se celebraba cada cierto tiempo, principalmente en domingos. Era el típico evento que aseguraba diversión y baile durante 12 horas ininterrumpidas. Pero ¿quién en su sano juicio podía resistirse a una fiesta de día donde el sol brillaba casi la misma intensidad que las luces de la pista? La emoción comenzaba desde que uno subía al autobús de Callao, un verdadero privilegio para los fiesteros que llegaban de diferentes puntos de Madrid.

Las anécdotas no tardaron en llegar. Recuerdo claramente aquella ocasión en que llegué empalmado, algo que, por cierto, se convirtió en una tradición entre varios de mis amigos. La combinación de café, música y euforia es una mezcla explosiva que a mí, particularmente, me parecía irresistible.

De luces y sombras: anécdotas inolvidables

Las historias de la rave del Goa son innumerables y, tal vez, las más memorables son las que incluyen alguna buena dosis de locura. Una de mis preferidas es la de un amigo que, tras enredarse en una competición de baile, acabó con una serie de movimientos tan extravagantes que terminó levantando la ceja de todo el público. Claro que no todo fue risas; también hubo sus momentos incómodos.

Como le dijo un anónimo a un entrevistador acerca de su primera experiencia en aquella rave: «Nos colamos varias veces, pero la última vez uno de mis amigos decidió que atravesar la barandilla no era una mala idea. El pobre acabó en el agua, y aunque trató de escapar del portero, se convirtió en el centro de atención del lugar. Recuerdo cómo la gente se partía de risa mientras él intentaba salir y evitar la reprimenda. Fue un momento épico”.

Mi amor por estas anécdotas tiene raíces comunes con la esencia del Goa: un espacio donde todos eran bienvenidos, donde el sentido de pertenencia era más fuerte que cualquier otro. Pero, claro, también había quienes tomaban decisiones impulsivas en medio del frenesí.

La esencia de la música

Los DJs que animaron la fiesta del Goa son inolvidables: Claudio Coccoluto fue uno de los más destacados, y lo que nos brindó en esa fiesta de Carnaval en 2000 es digno de mención. Al finalizar su sesión, hizo que la pista vibrara al ritmo de un remix de Long Train Running, y ahí fue donde la magia se desató. El famoso grafitero Elipse