La forma en que consumimos noticias ha cambiado dramáticamente en los últimos años, ¿lo has notado? Desde que el barómetro digital comenzó a dominar nuestras vidas, se ha producido un desmantelamiento casi épico de la prensa tradicional y un florecimiento de nuevos modelos que buscan adaptarse a la era de la información rápida y accesible. En este artículo, hablaremos sobre la evolución del periodismo digital, enfocándonos en el modelo de suscripción de periódicos como EL PAÍS, la búsqueda de información fiable y la batalla constante contra las fake news.

La historia fascinante detrás de la suscripción

Cuando pienso en la historia del periodismo, no puedo evitar recordar la figura de Joseph Pulitzer, ese titán de la prensa que, a finales del siglo XIX, tenía el poder de hacer o deshacer presidentes. Imagínate tener tal influencia en los eventos mundiales y en la opinión pública. En aquella época, los editores eran los construcciones de relatos que dominaban la narrativa de su tiempo.

Sin embargo, el exceso de amarillismo y titulares sensacionalistas empezó a socavar la confianza del público. Esta es la parte en la que Adolph Ochs entra al rescate. Fue él quien introdujo el modelo de suscripción, asegurando que la gente pudiera recibir el periódico en la puerta de su casa, independientemente de cuán escandalosos fueran los titulares del día. Esto permitió a los periodistas centrarse en la investigación y el contexto en lugar de jugar el juego de la guerra de nombres llamativos.

No sé tú, pero me imagino a Ochs sentado en una mesa, rodeado de hojas de papel y un montón de ideas, pensando: «¿Y si, en lugar de pelear por titulares, simplemente puede la gente disfrutar de buenas historias en su desayuno?» Y así fue como The New York Times se convirtió en un pilar del periodismo mundial.

Un salto al presente: EL PAÍS y su modelo de suscripción

Fast forward a nuestros días y encontramos a EL PAÍS, que ha llegado a 400,000 suscriptores. De manera casi épica, en un mercado donde la tendencia general es consumir noticias gratis (¡hola redes sociales!), este periódico ha logrado superar las expectativas más optimistas desde su transición a un modelo de pago en 2020. ¿Cómo lo han hecho? ¿Qué hay detrás de esta sorprendente cifra?

Primero, es importante señalar que la gente, incluso en tiempos de desinformación, ha comenzado a valorar la información tradicional de calidad. El caso de Natale La Roca, un joven suscriptor de 18 años, ilustra perfectamente esta realidad. Mientras muchos de sus compañeros consumen información a través de tiktoks o vídeos de un minuto en X, él ha elegido suscribirse a un periódico. «Creo en la información periodística fiable», dice con una madurez que muchos adultos deberían envidiar.

La Generación Z y la búsqueda de información fiable

El Digital News Report ha revelado que un 27% de la Generación Z son suscriptores de prensa en 2023. Esto contrasta fuertemente con su prestigiosa predilección por los contenidos que no siempre se basan en hechos. La búsqueda de un periodismo fiable parece ser el nuevo mantra de una generación que ha crecido en un océano de fake news.

A menudo me pregunto: ¿qué hará que los de mi generación sean tan proactivos en la búsqueda de verdad? Quizás sea el mismo escepticismo que tenemos hacia los anuncios de televisión o las ofertas de vacaciones en Instagram.

¿Pagar por leer? El nuevo fenómeno

Pasando de la curiosidad juvenil al resto de la población, debemos considerar la realidad de que 52% de los suscriptores en España pagan por más de un periódico. En una época donde el acceso gratuito está a la vuelta de cada clic, pagar por información de calidad es un acto de rebeldía. Al leer esto, no dejo de pensar en el dilema de las gafas nuevas: las cosas viejas podían verse bien, pero al final, lo nuevo es siempre brillante y emocionante. Hacer una inversión en algo que realmente se aprecie, en este caso, el buen periodismo, se ha convertido en una declaración de intenciones.

Sin embargo, hay quienes eligen superar sus diferencias ideológicas a favor de acceder a información valiosa. Esto me recuerda a aquella famosa escena de «Los amigos de Peter» donde todos se sientan a la misma mesa para discutir en lugar de pelear. Es fascinante pensar que un suscriptor puede no estar de acuerdo con muchos de los enfoques de un periódico, pero aún así decide leerlo porque encuentra valor en sus secciones de economía o nacional.

El impacto de la tecnología en el periodismo

Si bien los modelos de suscripción están claramente de moda, no se puede ignorar la tecnología que ha revolucionado la forma de acceder a las noticias. Desde móviles hasta tablets, el 64% de los lectores de EL PAÍS accede a través de sus teléfonos. Pero seamos honestos, ¿quién no ha leído sus noticias mientras está en la fila del supermercado?

Nos encontramos en un mundo donde la inmediatez es la norma. Sin embargo, aquí es donde se vuelve crucial distinguir entre el rumor y el hecho. ¡Ah, los buenos viejos días! Cuando simplemente leías el periódico de papel sin la necesidad de doble chequeo de cada noticia. Bueno, eso no es exactamente cierto; siempre existieron los rumores, ¿verdad?

Ahora, cada día en el que accedemos a un artículo desde la comodidad de nuestras camas, nos arriesgamos a encontrar más de un fake. No sé tú, pero he llegado al punto en el que a veces me pregunto si la desinformación es la nueva información. Pero aquí entra el verdadero valor de los periódicos de suscripción: ofrecen un oasis en medio del desierto de noticias tendenciosas y no verificadas.

Conclusión: un compromiso con la veracidad

Quiero cerrar este artículo con una observación que resuena con todo lo que hemos discutido. Al final del día, pagar por un periódico no es simplemente un compromiso con una forma de hacer periodismo, es también un compromiso con nosotros mismos: un acto de querer acercarnos cada vez más a la verdad en una era donde el ruido abunda más que el silencio.

EL PAÍS, al llegar a la cifra histórica de 400,000 suscriptores, no solo reafirma la necesidad humana de conexiones auténticas y noticias incisivas, sino también el deseo de una comunidad más informada. Como dice Manel Roqueta, «tan solo por poder leer esta columna ya compensa haberme suscrito». Y ahí reside la verdadera esencia del periodismo.

Así que, en medio de la incertidumbre digital que nos rodea, la historia del periodismo y sus nuevas generaciones nos demuestra que al final, todos buscamos lo mismo: historias que nos conecten y nos ayuden a entender el mundo en toda su complejidad. ¿No es un pensamiento reconfortante?

Te invito a reflexionar: ¿qué valor le das tú a la información en tu vida? Después de todo, a veces vale la pena pagar por lo que realmente cuenta.