La historia reciente de Canarias ha estado marcada por el escándalo de las mascarillas durante la pandemia de Covid-19, un episodio que involucra a figuras políticas, empresas, y sobre todo, al debate sobre la transparencia y la rendición de cuentas en la administración pública. Si pensabas que el drama político se había limitado a las redes sociales o a los debates televisivos, te invito a que te quedes conmigo mientras desmenuzamos este culebrón. Agárrate, que esto se pone interesante.

La sombra del pasado: un vistazo a los expedientes

Refresquemos un poco la memoria. Durante el periodo de 2019 a 2023, bajo el mandato de Ángel Víctor Torres, se llevó a cabo la adquisición de mascarillas a la empresa Soluciones de Gestión. A pesar de las acusaciones que giran en torno a esta transacción, la documentación que ahora está a disposición del público desafía las narrativas en torno a la supuesta corrupción. En resumen, parece un episodio más de «La Casa de Papel», pero en lugar de atracos a bancos, tratamos con suministros de mascarillas.

El portal de transparencia de la Comunidad Autónoma de Canarias exhibe que, lejos de ser favorecida, la empresa Soluciones de Gestión sufrió demoras de pago, tardando 13 meses en cobrar completamente la deuda. ¿Cuántos de nosotros hemos tenido que esperar por un pago que parecía no llegar nunca? Esa es la frustración que muchos pueden sentir en el ámbito cotidiano y que hoy se traslada a un escenario mucho más grande y complejo.

¿Acusaciones infundadas o descubrimiento de la verdad?

Ahora, volviendo a lo importante: las acusaciones de que Koldo García, asesor del entonces ministro José Luis Ábalos, había actuado en un contexto de corrupción. A lo largo del tiempo, estos señalamientos han estado acompañados por una narrativa que intenta vincular a Torres con una supuesta trama corrupta. Sin embargo, tal como se detalla en la documentación, los pagos fueron finalmente realizados porque Torres siguió sus propias instrucciones para desactivar cualquier posibilidad de un escándalo legal.

Es fascinante observar cómo, en tiempos de crisis, estas historias se convierten en una especie de «telenovela política». Mientras los ciudadanos exigimos transparencia, al mismo tiempo somos seducidos por relatos de conspiraciones. ¿Te suena familiar? Tal vez en tu grupo de amigos hay un amigo que siempre tiene la teoría de la conspiración lista para sacar a la luz.

Descubriendo la cronología del escándalo

Contexto: abril de 2020

Todo comenzó en medio del caos del estado de alarma, cuando la demanda de mascarillas se disparó por todo el país. Fue en este entorno que Íñigo Rotaetxe, apoderado de Soluciones de Gestión, lanzó su oferta al Gobierno de Canarias. La primera orden se realizó el 22 de abril de 2020, y durante semanas, las mascarillas comenzaron a llegar. Como dirían mis amigos, «no está mal para un comienzo».

Pero después de una serie de pedidos y entregas, lo que debía ser un proceso relativamente sencillo se convirtió en un verdadero laberinto burocrático. Entre los dimes y diretes entre personas involucradas como Koldo García y Ángel Víctor Torres, se convirtió en una pieza central en el juego político entre partidos.

El eterno dilema de los pagos

Uno de los grandes puntos de controversia fue el retraso en los pagos. Un documento de WhatsApp donde Torres expresa que «hoy dormiré mejor» tras confirmar que se habían realizado pagos pendiente se ha utilizado como prueba para vincularlo a la trama Koldo. Sin embargo, no podemos olvidar que, al final del día, era una necesidad primordial que el material suministrado cumpliera con las especificaciones de calidad.

Es un poco como ir a la tienda a comprar un coche de segunda mano y encontrar que el vendedor intenta colarte un patinete. ¿Qué harías? Exigirías ver el vehículo, ¿verdad? Bueno, eso mismo esperaban los responsables de la Salud Pública antes de hacer los pagos.

La política en juego: ataques y defensas

La imagen de Fernando Clavijo y el Partido Popular

Claro, las acusaciones de corrupción no brotan de la noche a la mañana. El actual presidente de Canarias, Fernando Clavijo, de Coalición Canaria, ha utilizado este escándalo para señalar a Torres y reclamar su dimisión. En investigaciones anteriores se habían mencionado “desapareciones” y miles de euros no justificados, una narrativa digna de un thriller de Hollywood. Sin embargo, los registros obtenidos por Clavijo no parecieron revelar ninguna irregularidad grave. Pero, ¡oh sorpresa! Ya se sabe cómo funcionan las campañas políticas: si hay sangre en el agua, los tiburones no tardarán en llegar.

El Partido Popular (PP) comenzó su cruzada exigiendo la cabeza de Torres por supuesta corrupción, señalando incluso incidentes que no estaban relacionados directamente con el caso Koldo. Esto es lo que hace la política; genera ruido, pero en muchos casos el sonido es más fuerte que la razón. ¿Es posible que los fangos hayan nublado la vista de algunos? Por supuesto. Y eso nos lleva a la pregunta: ¿es posible juzgar efectivamente cuando la lucha por el poder se torna en una batalla de desacreditar al oponente?

Más allá de las acusaciones: reflexiones sobre la política canaria

En este punto, es fundamental mirar más allá de la confrontación política. En medio de este enredo de acusaciones, silogismos y posverdad, hay una historia humana. Una historia donde la búsqueda de mascarillas filtraba por sus manos a personas desesperadas por protegerse contra un virus mortal. Aquí es donde la empatía se convierte en necesaria: detrás de cada gestión, de cada decisión, hay una comunidad que espera ser protegida.

El dilema de la transparencia

La transparencia se ha convertido en una exigencia cada vez más fuerte entre los ciudadanos. En un momento en que la información circula a gran velocidad, la gente clama por respuestas y claridad. Sin embargo, ¿es posible que esta sed de verdad se convierta en una forma de juicio público sin pruebas concretas? La línea entre la opinión y el hecho a veces se vuelve borrosa.

Imagina que estás en un programa de cocina. Alguien sugiere que un chef es un fraude, y tú, con un trozo de pan en la mano, te preguntas: “¿he comido bien o simplemente he sido víctima de un juicio injusto porque el pan se quemó?” Del mismo modo, las decisiones gubernamentales se ven arrastradas a estas comparaciones.

Las lecciones que aprendemos

A medida que la historia continúa desarrollándose, hay lecciones que podemos extraer. La importancia de una gestión transparente, del cumplimiento de los estándares y de la honestidad en la política no podría ser más clara. Al final, los ciudadanos nos merecemos un liderazgo que no solo piense en el hoy, sino también en el mañana.

El escándalo de las mascarillas en Canarias podría no ser el fin de un capítulo en el libro de la política. El desenlace podría dejar marcas para todos, tanto en la administración pública como en la percepción de los ciudadanos. Después de todo, ¿quién dice que las historias nunca se repiten?

Conclusión: un llamado a la reflexión

Si bien la política es intrínsecamente complicada, el efecto sobre las vidas de las personas en Canarias es innegable. Recordemos que la política no es solo juego de estrategia; también es una búsqueda de lo correcto en un mundo lleno de dilemas éticos y una constante juxtaposición entre lo que es de interés público y lo que es de interés político.

Así que, mientras los personajes de este drama continúan interpretando sus papeles en el escenario político, nosotros, los observadores, debemos permanecer críticos, informados y, sobre todo, comprometidos con exigir la transparencia que merecemos. Porque, ¿no es eso lo que verdaderamente importa?