En una reciente entrevista, el exfutbolista y filósofo del deporte Jorge Valdano, conocido por su profunda reflexión sobre la vida y su aguda perspectiva sobre el fútbol, se sentó a dialogar sobre varias cuestiones que van más allá del balompié. Desde la extrema derecha en el mundo contemporáneo hasta sus años en España y las transformaciones sociales de su país natal, Argentina, sus palabras resuenan con una carga emocional y una lucidez que invitan a la reflexión. Así que, bienvenidos a este paseo por su trayectoria, lleno de anécdotas, humor y, por supuesto, una buena dosis de emoción.

La llegada a España: de la ingenuidad a la experiencia

Imaginémonos a un joven Jorge, 19 años, con todo un continente a sus espaldas y la incertidumbre del futuro en su mirada, aterrizando en España. ¿Quién no ha sentido alguna vez esa mezcla de emoción y pánico al entrar en lo desconocido? La ingenuidad de alguien que, de repente, se ve inmerso en una cultura ajena, en una tierra que lo espera con los brazos abiertos, pero también con sus desafíos.

Valdano, quien llegó en un momento complicado para Argentina, sentía que su decisión de mudarse a Europa, lejos de su hogar natal, podría ser un tanto “irresponsable”. ¿Quién puede culparlo? Tomar decisiones de vida con solo 19 años es como jugar al fútbol en una cancha llena de barro. Una patada puede hacerte tropezar, pero también puede ser la chispa que encienda tu carrera. El joven que llegó al Alavés desde Newell’s Old Boys se encontró con un mundo de campos embarrados y estilos de juego violentos—un verdadero “sudor y lágrimas” para aprender el deporte que amaba.

Aprendiendo de los fracasos: el ser autodidacta

Uno de los temas recurrentes en la conversación de Valdano con los medios es su autodidactismo, tanto en el fútbol como en la literatura. Su camino hacia el éxito no vino solo del talento innato, sino de un duro trabajo, muchas horas entrenando, y un deseo insaciable de aprender. Ha mencionado que, tras cada entrenamiento, se quedaba a practicar con su pie “no dominante”, intentando corregir esa debilidad.

La vida nos ha enseñado que a menudo son lo detalles los que marcan la diferencia. Hay una hermosa lección de humildad en su relato, tan necesaria en el mundo actual lleno de autoproclamados expertos que olvidan que aprender es un proceso continuo. La autodisciplina para Valdano no fue solo una característica, sino una filosofía de vida. ¡Y quién no puede relacionarse con eso! Todos hemos tenido esos momentos en que sentimos que debemos enfrentarnos a nuestras propias debilidades, un poco como enfrentar a un defensor formidable cuando intentamos driblar.

La influencia de la literatura en su vida

A través de los años, Valdano ha encontrado en la literatura una pasión que complementa su amor por el fútbol. Desde su niñez, cuando compró una colección de libros que lo transportaban a otras vidas, los libros se convirtieron en su refugio y su medio de escape. Esa búsqueda de conocimiento le permitió no solo crecer como escritor, sino también como persona.

Recientemente dijo que estaba leyendo simultáneamente tres libros. Ciertamente, muy romántico a la hora de considerar cómo nos entendemos con la literatura, pero, ¡vamos! ¿No hemos estado allí todos? ¿Cuántas veces hemos intentado abarcar más de lo que podemos y hemos dejado esos libros acumulando polvo en la estantería, esperando ser terminados?

La política y la sociedad: un análisis crítico

A medida que avanzamos por la entrevista, Valdano no se detiene solo en el fútbol. Aborda temas complejos como la política, la sociedad y la desconfianza hacia los políticos. En sus reflexiones, destaca cómo la situación en Argentina resulta extraña para él, al ver un país con recursos tan abundantes que, sin embargo, enfrenta enormes dificultades económicas. ¿Y cuántas veces nos hemos preguntado cómo es posible que países con tanto potencial caigan en ciclos de crisis?

Su crítica a las figuras políticas actuales, desde Milei hasta Trump, expone un punto clave: el maquiavelismo se ha apoderado del discurso político. Estas figuras han aprendido a utilizar las bajas pasiones de la gente; en lugar de ofrecer soluciones a los problemas estructurales, juegan su carta en el terreno de la emoción. De repente, ser “auténtico” se ha convertido en una especie de moda, y aquí es donde Valdano lanza una pregunta retórica: «¿Qué precio pagamos por esa autenticidad?»

Es un momento en el que hay que reflexionar y cuestionar. ¿No es esa autenticidad la que, a menudo, nos lleva a desear una solución rápida y fácil a nuestros problemas más profundos?

Deconstruyendo el fútbol y la identidad cultural

Una de las cosas más interesantes en la conversación con Valdano es cómo se aventuró a hablar sobre el papel que el fútbol desempeña en la identidad cultural, especialmente en España. La llegada de Cruyff como un “callejero intuitivo” cambió las reglas del juego. La forma en que Valdano describe su encuentro con él nos hace reflexionar sobre la cultura deportiva en general. ¿Cuántas veces vemos a figuras que, a través de su autenticidad y experiencia, redefinen lo que creemos que debería ser?

Al igual que Valdano, muchas personas han sentido que su carrera o su pasión se ha transformado gracias a un mentor o una figura inspiradora. Esa capacidad de transformar la narrativa del deporte y reconfigurar la cultura del fútbol conectó directamente con un cambio más amplio en la sociedad.

Y aquí llegamos a una hermosa conexión entre cultura y deporte, un hilo que une a distintas generaciones en la búsqueda de valores, identidad y la lucha por un lugar en el mundo.

Reflexiones finales: el futuro entre las letras y el balón

No se puede hablar de Jorge Valdano sin mencionar su monumental legado: nos ha enseñado que la vida es un campo de juego donde se puede ser tanto jugador como espectador. Su paso por el fútbol no solo ha estado marcado por goles e historias en la cancha, sino también por profundas reflexiones sobre cómo vivimos, cómo sentimos, y cómo soñamos.

El relato de Valdano es un recordatorio de que todos tenemos momentos que nos definen, y es en esos momentos de elección, a menudo desafiantes, donde se forjan nuestras identidades. Es el aprendizaje constante y la búsqueda de la verdad lo que nos hace humanos, no la perfección.

Así que, la próxima vez que sientas que el balón no rueda de la manera en que esperabas, o que la vida parece un gran campo embarrado, recuerda: cada partido es una nueva oportunidad. Tal vez, después de todo, también tú eres un autodidacta en tu propia búsqueda de autenticidad. Al igual que Valdano, sigue practicando con tu zurda, porque nunca sabes cuándo necesitarás hacer un gol en la vida.