La lucha contra el narcotráfico en España ha sido siempre un tema candente, digno de películas de acción, reportajes de investigación y, claro, un sinfín de titulares que solemos leer al desayunar. ¿Quién no ha visto esas imágenes de narcolanchas en alta mar, o escuchado historias de policías infiltrados en los clanes del narcotráfico? Sin embargo, lo que en un principio parecía ser un proceso de contención ha encontrado unos inesperados resquicios que, lamentablemente, han propiciado la comodidad de las grandes familias de la droga. En este artículo, vamos a analizar la situación actual en Andalucía, ahondando en cómo la desarticulación de unidades clave ha permitido que el narcotráfico resurja con fuerza. ¿Qué es lo que ha fallado?

Un diagnóstico alarmante: ¿la droga a mitad de precio?

Imagina por un momento que estás en una subasta, donde el precio de la cocaína ha caído de manera estrepitosa. ¡Hagan sus ofertas! En 2021, el precio de un kilo de cocaína rondaba entre los 28.000 y 32.000 euros. Hoy, ese mismo kilo está entre los 16.000 y 18.000 euros. ¿Qué significa esto? Simple: más droga en el mercado y, por ende, un ciclo de abuso y crimen que vuelve a florecer. Un agente anónimo lo resume de manera descarnada: «La droga está a mitad de precio. Por tanto, hay el doble. Por tanto, tenemos un problema».

La caída de precios no es sólo un mero dato en un informe; es un reflejo directo del ambiente de impunidad que actualmente respira el mundo del narcotráfico en la comunidad andaluza. En lugar de reprimir y controlar, parece que el control de los clanes del narcotráfico en el Campo de Gibraltar está más vivo que nunca. ¿Alguien se está riendo en este momento?

El papel del OCON-Sur: El héroe caído

Si bien el panorama actual podría parecer desolador, hay que recordar que esto no siempre fue así. Hasta hace poco, Andalucía contaba con el Organismo de Coordinación del Narcotráfico (OCON-Sur), una unidad creada en 2018 para combatir específicamente a las organizaciones criminales que operaban en la región. ¿Adivinen qué? El OCON-Sur tenía éxito. Múltiples detenciones, incautaciones y, sobre todo, una estrategia clara para desmantelar los clanes. Hoy, su desaparición es motivo de celebración entre los delincuentes. ¡Aplausos!

El desmantelamiento del OCON-Sur se produjo en un momento en que su eficacia era más evidente que nunca. Según informes, su ruptura ocurrió por motivos cuestionables. ¿Qué tal un juicio basado en «pruebas no contrastadas»? Así es. El Servicio de Asuntos Internos de la Guardia Civil, con apoyo de la Policía Nacional, inició investigaciones que, en última instancia, fueron dirigidas sin la debida comunicación a la Fiscalía.

Pero aquí no acaba la historia. Después de varias acusaciones, el teniente coronel David Oliva, quien lideraba el OCON-Sur, fue acusado de pertenencia a una organización criminal, aunque esta acusación finalmente fue desestimada. La lucha contra el narcotráfico parece haberse convertido en un «juego de dominó» donde las piezas caen, pero el problema sigue ahí, impertérrito.

La nueva era del narco: un regreso triunfal

Sin el OCON-Sur, los narcotraficantes han podido volver a sentirse como los «reyes del barrio». La combinación entre una falta de presión policial y el auge de la actividad delictiva ha servido como caldo de cultivo para que grupos criminales vengan con más fuerza. ¿Quién pensaría que ahora estaríamos más sobrecargados de cocaína que hace un par de años? Mierda, a veces suena como una comedia negra.

En la actualidad, los narcotraficantes de los clanes del Campo de Gibraltar están operando como si las calles de Algeciras, Tarifa y La Línea de la Concepción fueran su patio de recreo. ¿Y saben qué es lo peor? Esa sensación de «tranquilidad» ha llevado a un incremento alarmante en la inseguridad. Los secuestros entre delincuentes son cada vez más comunes, y los tiroteos no son la excepción. ¿Qué tal ir a comprar pan y ver un intercambio de plomo en vez de un saludo amistoso?

Reflexiones sobre el futuro: ¿una batalla sin fin?

¿Qué nos depara el futuro? La propaganda que rodea al narcotráfico es constante y siempre adaptable. Los agentes de la lucha antinarcóticos están, en su mayoría, desesperanzados. Han vuelto los días oscuros, donde la simple mención de «unidades de intervención» evoca risas sardónicas entre los clanes.

La Fiscalía General del Estado ya ha alzado el tono de preocupación, señalando las alarmantes disminuciones en las incautaciones. Por un lado, hay una disminución en los procedimientos legales en la provincia, y por otro, un aumento palpable en los niveles de violencia. Los responsables de la administración parecen querer cambiar algo, pero ¿realmente tienen un plan claro? Uno debe preguntarse: ¿Cómo se puede reestructurar algo que ya ha fracasado?

Conclusiones: Una lucha en la cuerda floja

Como si fuera una novela de acción donde los héroes caen y los villanos se regocijan, la situación en Andalucía tras la desaparición del OCON-Sur no es más que un ecosistema en el que los traficantes encuentran huecos en los que colarse con facilidad. Hay un sentimiento de impotencia, de frustración, pero también de certeza: no se puede bajar la guardia. Cada uno de nosotros, como ciudadanos, debemos estar conscientes de la realidad que nos rodea.

El narcotráfico no es solo un problema de las autoridades; es un asunto que nos afecta a todos. Quizás es hora de hacer un llamado a un compromiso colectivo para enfrentar esta problemática. Desde la prevención de drogas hasta el factor educativo, cada pequeño esfuerzo cuenta.

En esta lucha no hay magia ni soluciones rápidas, pero hay algo más poderoso: la determinación de un pueblo que se niega a ser dominado por la oscuridad. ¿Estás listo para unirte a esta lucha? Porque, a fin de cuentas, es nuestra sociedad la que está en juego.