La economía de un país es como un gran barco en alta mar. A veces, avanza a buen ritmo, impulsado por vientos favorables; otras, se encuentra zarandeado por tormentas inesperadas. Y en estos momentos, Austria navega en un mar de decisiones difíciles y recortes que ni en sus peores pesadillas sus políticos podrían haber imaginado.
Así, el gobierno austriaco, formado por una coalición entre el FPÖ (Partido de la Libertad de Austria) y el ÖVP (Partido Popular Austríaco), ha decidido apostar por una estrategia de austeridad que pretende reducir el déficit y sanear sus cuentas públicas. Pero, como en cualquier historia de recortes, la pregunta que todos se hacen es: ¿realmente todo esto traerá más beneficios que daños?
¿Por qué se implementa la austeridad?
Uno podría pensar que la austeridad es un último recurso, algo que se aplica en momentos de crisis. Pero en este caso, el FPÖ y el ÖVP tienen claros sus objetivos: recaudar 150 millones de euros adicionales aumentando la edad efectiva de jubilación, y mucho más. Todo un plan que incluye eliminar el famoso «bono climático» y ahorrar un total de 6.300 millones de euros sin la necesidad de subir impuestos o incurrir en más deuda. Si esto no suena como un delicado truco de malabarismo, no sé qué lo hará.
El portavoz de finanzas del FPÖ, Hubert Fuchs, se muestra optimista. «La montaña de deuda que hemos acumulado nos ha llevado a este punto», ha mencionado públicamente, haciendo todo el énfasis en que lo que están haciendo es una especie de limpieza de un «desastre mayor». Es angustiante pensar que solo descubrieron la situación tras recibir el mando de las cuentas. ¿Qué son? ¿Contables superhéroes?
La estructura del ahorro
Incluso el nombre de «austeridad» ya suena como una especie de amenaza en los oídos de muchos ciudadanos. La verdad es que el 86% del volumen de medidas se centra en el lado del gasto. ¡Imagina que se desarrollan recortes tan profundos que podrían hacer que incluso los más experimentados cazadores de gangas se sintieran algo incómodos!
Las cifras son escalofriantes: 950 millones de euros mediante la “infrautilización de subvenciones”, 240 millones de euros por medio de la “eficiencia del gasto en reformas” y otros depósitos de dinero que, si fueran ahorros en una hucha, casi necesitaríamos un camión para transportarlos. Pero, ¿a costa de qué? Pues, en su camino, los ministros deberán decidir a qué áreas recortar sin terminar de descabezar el aparato del gobierno: «Publi, contratos de obra y, por supuesto, el indispensable gabinete de asesores», añade la ironía.
La resistencia de los ciudadanos
A pesar de que este enfoque de austeridad genera más preguntas que respuestas, los austríacos, en su mayoría, parecen apoyar un presupuesto más conservador. Aquí es donde uno se siente como el espectador de una obra de teatro absurdo. ¿En realidad quieren más austeridad? Tal vez solo tengan como reto completar un rompecabezas complicado que se llama «economía».
Imagínate estar en un bar con amigos debatiendo sobre el futuro de la economía local. Uno grita en la mesa: «¡No quiero recortes!» y otro le responde: «¡Pero es lo mejor para el país, hermano!». Es el clásico dilema austriaco. O, en términos más serios, ¿puede la austeridad realmente usarse como una herramienta de mejora cuando se arriesga lo que se ha construido a lo largo de los años?
La revolución verde y sus consecuencias
En medio de todos estos recortes, el FPÖ y el ÖVP también están determinando cómo manejar su tan preciada transformación verde. Algo que, como dice Fuchs, suena noble, pero que parece que van a «suavizar». Mientras tanto, la idea de «ajustar el verde a niveles normales» me hace reír, imaginando a un grupo de políticos discutiendo si la hierba debería serverde claro o un tono más sobrio.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que si la reducción de la tasa de financiación resulta en 3,18 millones de euros extra, no está de más preguntarse si los ciudadanos se quedarán con el sabor amargo de tener que sacrificar el planeta por los números en el balance.
Las medidas cuestionables
Adentrándonos más en los entresijos, los 920 millones de euros previstos que provienen de «cierres de brechas y ajustes en el sistema tributario» son también un tema de debate candente. Por un lado, se menciona una amplia gama de fotos impositivas que buscan una ampliación del aporte de los proveedores de energía: un tipo impositivo que se elimina y regresa a la normalidad del 20%. ¿Es esto realmente un cambio positivo?
Además, la amnistía fiscal se ha vuelto un tema de conversación en cafés y restaurantes: 50 millones de euros extra de un impuesto digital que, si lo miras bien, parece más tentador que lo que en realidad puede rescatar.
La grabación secreta y sus implicaciones
Por si fuera poco, una grabación de una reunión del FPÖ ha resuelto un nuevo escándalo que podría marcar la pauta de debates en la política austriaca. En una reunión del partido, algunos miembros hablaron sobre cosas que, siendo honestos, asustan a cualquiera. Desde ideas radicales de salir de la Unión Europea hasta la derogación de la Convención de Derechos Humanos. Es como el guion de una de esas películas que empiezan con «No puedo creer que esto esté sucediendo».
Con comentarios que mencionan la posibilidad de financiar a los talibanes a cambio de refugiados, y una segmentación muy negativa sobre “la última chusma” respecto a los afganos, uno no puede dejar de preguntarse: ¿adónde estamos yendo como sociedad?
Respuestas del ÖVP y la complejidad de la coalición
A medida que los agujeros en esta historia surgen como champiñones después de la lluvia, cabe destacar el papel del ÖVP en la defensa de la estabilidad. Su líder en el grupo parlamentario, August Wöginger, ha subrayado que los ahorros provendrán de una contribución necesaria de todos los ministerios. ¡Se supone que la austeridad debe servir para estabilizar, aunque suene como una contradicción!
Sin embargo, este enfoque ha generado entredichos. Las encuestas de opinión pública están ahí, reflejando que la impopularidad de esta coalición no se detiene en lo económico, sino que los diferentes puntos de vista políticos podrían hundir la nave económica antes de llegar a buen puerto. En la vida política, a menudo se dice que hay que dar un paso atrás de las decisiones turbias; pero, ¿pueden los políticos darse ese lujo en Austria?
El futuro de la austeridad en Austria
Al final del día, la austeridad puede parecer una solución temporal a un problema económico que ha crecido durante años. Pero se debe recordar que, en cada decisión que toman, también hay un ser humano detrás, una familia y, a la larga, su futuro social. Podríamos pensar que recortar aquí y allá siempre beneficiará, pero el costo humano podría ser mucho más alto y difícil de medir.
En conclusión, mientras el FPÖ y el ÖVP intentan llevarse a cabo una reforma por la estabilidad económica, es innegable que deben observar de cerca las reacciones de una sociedad que se siente cada vez más amenazada. La pregunta sigue en el aire: ¿será la austeridad el camino correcto o solo un parche temporal en un barco que necesita urgentemente reparaciones profundas?
Así que, amigos, tal vez es hora de que todos nos sentemos juntos en ese bar y escribamos una carta a nuestros representantes políticos: «Queridos líderes, la estabilidad es importante, pero no olviden que detrás de cada número hay una vida. Sigan cuidando de su gente y no se olviden de que un país no solo se mide en cifras». ¿No creen que tal vez podamos ser un poco empáticos en este viaje hacia la estabilidad económica?