El mundo de la política puede parecer un laberinto de alianzas y desencuentros a menudo difíciles de seguir. Recientemente, he tenido la oportunidad de observar de cerca el vaivén lógico, emocional y, sí, a veces casi teatral, que caracteriza a algunos partidos en España. Uno de estos episodios es la reciente fractura en Podemos en Aragón, un capítulo que pone de relieve no solo la fragilidad de las relaciones dentro del partido, sino también las grandes ambiciones de un movimiento que busca reconstruirse. Pero, ¿qué significa esto para los ciudadanos, para la política aragonesa y, en última instancia, para el panorama político de España?

El contexto actual de Podemos en Aragón

Antes de entrar de lleno en esta situación, es fundamental entender el trasfondo que ha traído a Podemos a este punto. En las elecciones de 2023, la formación sufrió un descalabro notable, pasando de cinco representantes en las Cortes de Aragón a solo uno. La salida de Maru Díaz, quien fue concejera de Universidad en el Gobierno de Lambán y que dejó tanto el partido como la vida política, dejó a Andoni Corrales como el único falconete en vuelo en un mar de tormentas. Esto, por supuesto, no pasó desapercibido, y muchos dentro del partido comenzaron a cuestionar la eficacia tanto de sus líderes como del propio Corrales.

Ahora bien, como quien va al mercado y se encuentra con que no ha traído suficiente dinero, las expectativas de la cúpula de Podemos respecto a sus representantes parecen haberse desvanecido en un abrir y cerrar de ojos. ¿Realmente pensaron que todo sería un paseo triunfal? El tono de la situación actual es claro: la dirección de la formación ha llegado a un punto de tensión insostenible.

La cúpula y la falta de comunicación

En una reciente visita a Zaragoza, el secretario de Organización a nivel nacional, Pablo Fernández, confesó ante los medios que desde hace meses no tiene comunicación alguna con Corrales. La última vez que ambos dialogaron fue en junio, lo que sugiere un nivel de desconexión casi asombroso. Pero, ¿cómo es posible que una formación política se paralice de tal manera? Es como si una banda musical se presentara a darse un último concierto y uno de sus miembros simplemente decidiera no aparecer. ¿Cómo puede una única voz, en este caso Corrales, ser suficiente para transmitir todo lo que necesita decirse?

Fernández ha tomado la palabra y ha cedido la “legitimidad política total” al nuevo “equipo técnico”, un movimiento que se asemeja más a un capitán que abandona su barco a la deriva que a un liderazgo fuerte y decidido. La frase “la dirección política de Azcón” sí que resuena: es clara y fuerte como un trueno en medio de una tormenta. Es un momento para reflexionar: ¿dónde se pierde la conexión en partidos que, a priori, buscan lo mismo, que es el bienestar de la ciudadanía?

La renovación y el foco en las elecciones de 2027

Podemos busca rearmarse para mirar hacia las elecciones de 2027 con una mentalidad renovada. La idea de asentar una nueva dirección que se base en una autenticidad a prueba de pruebas estresantes es, en sí misma, un objetivo admirable. Fernández plantea la creación de un “proyecto sólido” después de años de “vaivenes”, y la formar una candidatura “verdaderamente de izquierdas” en la Comunidad se presenta como la esperanza del partido.

Sin embargo, los vientos del cambio son raramente previsibles. En la misma forma en que un forastero en una fiesta puede sentirse fuera de lugar, Podemos enfrenta el reto de mostrarse no solo legitimado, sino también atractivo a los ojos de un electorado cansado de promesas incumplidas y audiencias vacías. ¿Deberían quizás pensar en una fiesta de bienvenida al nuevo capítulo de la historia del partido? Lo que está claro es que un brindis no bastará para cubrir las heridas.

La Ley de Memoria Democrática: un golpe bajo

Como si de un truco de magia se tratase, hace casi un año, el gobierno del Partido Popular y Vox derogó la Ley de Memoria Democrática. Esta acción ha dejado al descubierto la disfunción política en Aragón y el compromiso de Podemos de revertir esta decisión. ¿No resulta aberrante que se desestime tan fácilmente lo que significa la memoria histórica para las futuras generaciones? ¿Es esta una lucha meramente política o, en el fondo, un intento de cultivar valores de igualdad en la sociedad?

La crítica de Fernández hacia esta derogación es apasionada, y sus palabras resuenan con un sentido de urgencia y responsabilidad social. “Es deleznable, aberrante y abominable”, afirma, lo que sugiere que el camino de regreso no será por el sendero pavimentado de los compromisos, sino más bien por una batalla ralentizada que bien podría tomar varias legislaturas por establecerse.

La estrategia a seguir: un camino lleno de obstáculos

Al mirar adelante, Podemos ha empezado a dibujar un mapa sobre cómo abordar la situación actual. Hay quienes se preguntan si esta estrategia es un llamado al optimismo o simplemente un camino lleno de obstáculos disfrazado de buenas intenciones. En lugar de simplemente lamentarse por lo perdido, sería más productivo definir la forma en que la nueva dirección podrá reencauzar el partido hacia un futuro menos convulso.

Además de la crítica hacia el Gobierno de Azcón, es necesario ver la situación más de cerca. La asamblea ciudadana autonómica que se planea en los próximos meses es un paso audaz. Aun así, ¿puede realmente un único encuentro revitalizar la confianza en una base que se siente un tanto abandonada? Como dicen, el primer paso es siempre el más difícil, pero si se da con intención y claridad, entonces es el camino a seguir.

Reflexiones finales: ¿Qué sigue para Podemos?

De alguna manera, el escenario actual de Podemos en Aragón se asemeja a una película con un guion en constante revisión. Los personajes siguen evolucionando, pero el conflicto en su interior es un recordatorio de que la política nunca es un campo de rosas. Las divisiones internas, el desencanto y el reflejo de las decisiones pasadas siempre influirán en el futuro del partido.

A medida que se acercan las elecciones de 2027, la pregunta que queda pendiente es si Podemos podrá superar sus propias barreras y emerger como una fuerza significativa en la política aragonesa. O, por el contrario, ¿se redoblarán las diferencias entre sus representantes y se forzará una reestructuración que, finalmente, podría fragmentarlo aún más?

En última instancia, los ciudadanos miran al futuro con espera y quizás un poco de escepticismo. La política, como un gran teatro, está lleno de dramatismo. Y mientras los actores se preparan para el próximo acto, la única certeza es que el futuro de Podemos en Aragón está en juego, y todos estamos mirando con interés. 🍿