En un mundo que parece moverse más rápido que una carrera de Fórmula 1, donde cada día nos bombardeamos con correos electrónicos, notificaciones y reuniones virtuales, nos olvidamos de una de las necesidades humanas más básicas: la contemplación. A menudo, nos encontramos atrapados en la rutina, sintiendo que nuestra vida se convierte en una lista interminable de tareas que debemos completar. ¿Te suena familiar? Si estás leyendo esto con un café en mano y una lista de pendientes en tu cabeza, sigue conmigo, porque hoy vamos a explorar por qué es tan vital retomar ese espacio de contemplación.

Contemplación: ¿Qué significa y por qué es importante?

Primero que nada, es crucial entender qué queremos decir con el término «contemplación». No es simplemente una forma de distraer la mente. La contemplación implica sumergirse en la realidad de una manera profunda y significativa. Tesla, Einstein y casi todos los filósofos y científicos han señalado la importancia de mirar más allá de lo superficial. La contemplación es “escuchar lo que está callado” y “ver lo que está oculto”. En este sentido, es un enfoque que va más allá de lo inmediato y lo evidente.

Pensemos en esos momentos en que miramos una puesta de sol o escuchamos un hermoso concierto. Hay algo más allá de los colores o las notas: es una conexión con el mundo que nos rodea, un momento de paz y reflexión. Así como dice San Juan de la Cruz, la contemplación es una forma de alcanzar una realidad más efectiva que lo real.

Una anécdota personal: el poder de la contemplación en la vida diaria

El otro día, mientras disfrutaba de un paseo en la naturaleza, decidí dejar todo mi «ruido» mental a un lado. Estaba en un parque y vi cómo un niño pequeño miraba fascinado a una hoja caer de un árbol. Fue un momento de pura contemplación. Su mirada era de asombro y su alma estaba absorta en la sencillez de lo que muchos adultos consideramos trivial. Y ahí estaba yo, pensando en cuántas cosas había dejado de lado por estar atrapado en mi propio mundo. Y me dije: “¿cuándo fue la última vez que me detuve a disfrutar de la sencillez de la vida?”

Lo cierto es que todos tenemos ese niño dentro de nosotros, un ser contemplativo que anhela detenerse, observar y apreciar.

La contemplación como antídoto al estrés

Vivimos en tiempos en que el estrés parece ser la norma. ¿Te has sentido alguna vez atrapado en la vorágine del trabajo, sintiendo que no puedes respirar? La contemplación ofrece un antídoto maravilloso: te permite pausar, reflexionar y reconectar contigo mismo.

El filósofo coreano Byung-Chul Han, en su reciente libro ‘Vida contemplativa’ (2023), habla sobre cómo la inactividad puede ser la forma más pura de existencia humana. Puede que te parezca contraintuitivo, especialmente en una era donde el «hustle» es celebrado y recompensado, pero te aseguro que dedicar tiempo a la contemplación puede mejorar significativamente tu salud mental.

La dualidad entre la vida activa y la vida contemplativa

Es interesante observar cómo, a lo largo de la historia, el pensamiento occidental ha oscilado entre valorar la vida activa frente a la vida contemplativa. La filosofía protestante y la racionalidad moderna han dado prioridad al «hacer» sobre el «ser». Pero, ¿qué pasa con los valores que nos brindan equilibro, belleza y autenticidad? Como señala Simone Weil, es vital «echar raíces» nuevamente en la realidad que nos rodea.

Hay muchos días en que me siento abrumado y me encuentro buscando refugio en la meditación o simplemente escuchando música suave. Encuentro que estos momentos de «inactividad» me permiten volver al centro, recordar mis metas y valorar lo que realmente importa.

La historia detrás de la contemplación

Desde tiempos antiguos, la contemplación ha sido considerada un acto sagrado y esencial. Ricardo de San Víctor definió la contemplación como una profunda mirada del alma hacia las maravillas de la sabiduría. Esta idea ha sido explorada por muchos pensadores, incluyendo a Evelyn Underhill, quien la calificó como una manifestación suprema del conocimiento.

Sin embargo, ha llegado el momento de recontextualizar la contemplación en nuestra vida moderna, de reimaginar su papel. La búsqueda del éxito a menudo nos lleva a ignorar la belleza y profundidad de lo que nos rodea. No me malinterpretes, no estoy diciendo que dejemos de trabajar; simplemente sugiero que integrar momentos de contemplación en nuestra vida diaria puede enriquecer nuestra experiencia y bienestar.

La contemplación en la práctica: cómo empezar

Ahora que hemos reflexionado sobre la importancia de la contemplación, quizás te estés preguntando: «¿Cómo puedo incorporarla en mi vida diaria?». Aquí hay algunas ideas prácticas:

  1. Dedica tiempo para ti mismo: Establece momentos específicos en tu día para estar en silencio, ya sea meditando, observando la naturaleza o simplemente disfrutando de tu propia compañía.

  2. Sé intencionado: Antes de comenzar actividades diarias, tómate un momento para respirar profundamente y establecer una intención. Pregúntate: «¿Qué es lo que realmente quiero experimentar hoy?».

  3. Conéctate con tus sentidos: Caminar descalzo sobre la hierba o tocar la tierra con tus manos puede ser increíblemente ancla. Permite que tus cinco sentidos te conecten con el presente.

  4. Practica el mindfulness: La atención plena se convierte en un camino hacia la contemplación. Practicar la atención plena en la comida, al caminar o al trabajar puede abrirte a una experiencia más rica y significativa.

Contemplación y creatividad

¿Alguna vez te has preguntado por qué algunos de los más grandes artistas y pensadores del mundo han destacado la importancia del tiempo de reflexión? Esto no es una coincidencia. La contemplación nutre la creatividad.

Recuerdo una vez que estaba atorado frente a un lienzo vacío, pensando en cómo plasmar mis pensamientos. Decidí salir a caminar y, mientras observaba las nubes, me vino una idea que transformó completamente mi enfoque artístico. La quietud y la belleza del momento habían activado una chispa creativa en mí.

Este es el poder de la contemplación. Permite que nuestras mentes se relajen y se abran a nuevas posibilidades. Adicionalmente, muchos artistas contemporáneos están apostando por narrativas que fomentan la introspección y la conexión emocional a través de experiencias sensoriales. ¡Intenta visitar una galería de arte con los ojos de un niño!

La comunidad de los nuevos contemplativos

Hoy en día, somos testigos de la emergencia de un movimiento de nuevos contemplativos, personas que reconocen la necesidad de calmar el ruido del mundo moderno. Estas comunidades se enfocan en la atención plena, la meditación y en cultivar experiencias de conexión profunda con la naturaleza.

La naturaleza humana tiende hacia la introspección y el silencio, lo que significa que hay un deseo colectivo de recuperar estos espacios en nuestras vidas. Así que si sientes que te atrae este camino, no estás solo. Puede que te encuentres con otros que buscan lo mismo, creando un ciclo de estímulo y apoyo mutuo.

El llamado a la contemplación en nuestra vida moderna

Al final del día, la contemplación no es un lujo, sino una necesidad humana. Nos ofrece el regalo de la conexión profunda con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea. Al integrar momentos de contemplación en nuestra vida diaria, no solo mejoramos nuestro bienestar personal, sino que también podemos transformar nuestro entorno.

Como bien dice el filósofo y teólogo Franz Jalics, la contemplación es una forma de recuperar la paz en un mundo que, a menudo, se siente caótico y desbordante. Te animo a que encuentres tu espacio de calma, tu refugio de paz. La vida es demasiado corta para no detenerse y contemplar.

¡Así que la próxima vez que sientas que el ritmo de la vida te abruma, recuerda la importancia de la contemplación! Y si te sientes un poco ridículo mientras lo haces, recuerda que incluso los más grandes pensadores comenzaron con un simple momento de conexión silenciosa con el presente. ¡Adelante, contempla y vive plenamente!