Si hay algo que nos queda claro al hablar de Tamara Falcó, es que esta mujer no solo es una personalidad mediática; es una auténtica explosión de talento, estilo y corazón. Con un legado familiar que incluye a la icónica Isabel Preysler, la Marquesa de Griñón ha sabido aprovechar sus raíces y convertir sus pasiones en un camino de éxito. Pero, ¿qué hay detrás de esa sonrisa radiante y su amor por la moda y la gastronomía? En este artículo, vamos a descubrirlo mientras nos sumergimos en su vida, sus anécdotas y su reflejo contemporáneo.

Pasión heredada: de la moda a la gastronomía

La moda fue la primera gran pasión de Tamara, influenciada indudablemente por su madre. ¿A quién no le gustaría llevar los consejos de estilo de Isabel Preysler en su ADN? Sin embargo, la gastronomía llegó un poco más tarde, casi por casualidad. Fue su participación en el programa MasterChef Celebrity en 2019 lo que encendió la chispa dentro de ella. “Si no llega a ser por este reality, nunca se me hubiera ocurrido graduarme como chef”, confesó Tamara en una reciente entrevista. Honestamente, ¿quién podría imaginarla como chef en su infancia?

Es impresionante cómo las cosas pueden cambiar de un momento a otro. Recuerdo la vez que decidí probar a cocinar un plato clásico italiano. Resultó en un desastre tan monumental que mi familia aún bromea sobre ello. Pero no todos tenemos la suerte de transformar un accidente en un talento, como le pasó a Tamara.

Su vida como artista del día a día

Tamara no solo es diseñadora; es embajadora de varias marcas y rostro de numerosas campañas. ¿Cómo logra sacarle tiempo a todo esto? Ella misma admite que es una “vorágine”. “Al final, es gracias a las personas que tengo alrededor. Tengo un gran equipo de mujeres que me ayuda”, explica.

¿No es un alivio saber que incluso las personas más exitosas tienen que apoyarse en otros para lograr mantener el equilibrio? A veces, cuando escucho a gente exitosa hablando de su día a día, me pregunto si son de acero. Pero no, Tamara nos muestra el lado más humano de su lucha.

La mesa como refugio

La comida es una parte esencial de la vida de Tamara. “Para mí, es un arte”, comenta y lo dice con esa chispa que solo las verdaderas amantes de la gastronomía tienen. Desde pequeña, la cocina ha formado parte de su vida, influenciada por su padre, quien le inculcó la apreciación por el buen comer. Así que, cuando nos habla de la famosa “tortilla” de su marido o del “suflecito de queso” que le traen recuerdos de su infancia, no podemos evitar sentir un nudo en el estómago. ¿Quién no ha tenido un plato que, al probarlo, nos transporta a momentos especiales en la vida?

En mi caso, pienso en el famoso brownie que hacía mi abuela. La receta se ha perdido en el tiempo, pero el sabor sigue vivo en mi memoria. A veces, una simple cucharada puede evocar una época en donde la vida era más simple y sabrosa.

La alta cocina a su manera

Tamara admitió que le encanta la alta cocina, pero se enfrenta a un desafío: el tiempo. “Lo que me gusta es la alta cocina y para eso necesito mucho tiempo y desarrollar la idea creativa”, dice. Esto nos lleva a pensar en algo crucial: ¿realmente hay suficiente tiempo en nuestras vidas para seguir nuestras pasiones? A menudo, nos vemos atrapados en la rutina e ignoramos nuestros deseos más profundos.

Encuentros en la mesa

En una charla más amena, se le preguntó a Tamara sobre la primera cita ideal. Su respuesta: “Quizás Sacha, es muy romántico. Tienen una luz muy bonita”. También se preguntó sobre los modales en la mesa y cómo se siente al compartir con otros. Aquí es donde aprendemos que Tamara es tanto una romántica como una crítica de la falta de etiqueta. “No me gusta cuando la gente está con los teléfonos, me pone nerviosa”, comenta. ¿Y a quién no? Es curioso cómo un simple gesto como poner el móvil en la mesa puede arruinar una conversación.

Sabores y recuerdos

¿Qué le ofrece la gastronomía en su vida? “Viene con la historia, la cultura y la familia”, dice. My personal favorite has to be the sweet nostalgia that comes with certain dishes. Cuando habla de su dieta, evoca risas y confiesa haber caído en dietas de moda. “Hace muchísimo. La del aloe vera. Se puso de moda y había tiendas de aloe por todas partes”, recuerda. Un momento de honestidad que todos podemos apreciar. Todos hemos probado algo “milagroso” que no resultó ser tan milagroso después de todo.

La política del paladar

“Yo me siento muy afortunada de que la fama me haya abierto muchas puertas”, dice Tamara, refiriéndose a su vida en el ojo del huracán. Es un recordatorio de que la vida es un compendio de experiencias, algunas más difíciles que otras. Y cuando la fama se convierte en cotidiano, la perspectiva cambia.

Recuerdo cuando comencé a asistir a eventos y entrevistas; al principio todo parecía un gran espectáculo. Pero con el tiempo, aprendes a manejarte y a encontrar tu voz entre tanto ruido, algo con lo que ella también parece lidiar. “La fama va sabiendo diferente a medida que vas creciendo”, reflexiona.

Recetas y recuerdos

Refiriéndonos a las recetas, y hablando de platos que no puede resistir, Tamara también mencionó que hay algo especial en hacer un pichón en salsa al vino, un plato que le encanta pero que no hace a menudo. El humor se asoma cuando menciona que sirvieron este plato en su boda, a excepción de Pablo Motos, quien tuvo que tener su propio pollo. Esos son los momentos que hacen que las reuniones familiares y los eventos sociales sean tan divertidos y memorables.

Amo la idea de que la gastronomía tenga tanto que ofrecer en términos de historia y recuerdos. No es simplemente un plato; es una conexión a nuestras raíces y tradiciones.

La mesa ideal de Tamara

Cuando se le preguntó sobre su mesa ideal, Tamara tiene claro qué es lo que necesita: “Con una buena estética y decoración y luego un buen menú con postre”. Y ahí lo tenemos, en la simplicidad de su deseo se encuentra una compleja interacción de arte, placer y hospitalidad. ¿No es casi poético pensar en la decoración de una mesa como el telón de fondo ideal para una buena conversación y risas con amigos y familiares?

Como alguien que ama tener a sus seres queridos cerca, puedo decir que la idea de una cena bien organizada, con una buena conversación, es lo que hace que la vida valga la pena.

Momentos dulces y amargos

En un tono más reflexivo, Tamara comparte sobre momentos más duros y cómo la enfermedad de un ser querido fue un punto de inflexión en su vida. “Me lo encontré de frente, porque gracias a Dios nunca había ocurrido algo así en mi infancia. Fue muy difícil lidiar con ello”. Ese tipo de sinceridad y vulnerabilidad puede resonar con muchos de nosotros, especialmente en estos tiempos en los que la salud y el bienestar son más importantes que nunca.

Sin embargo, esto también reafirma la importancia de los momentos dulces, de disfrutar de una buena comida o de tener una risa compartida, especialmente en tiempos difíciles. La vida es un conjunto de altibajos, y lo que nos sostiene son esos pequeños momentos de felicidad.

Conclusión: un viaje en constante evolución

En resumen, la vida de Tamara Falcó es como un delicioso menú de degustación, donde cada plato refleja una historia, un recuerdo o un logro. La combinación de moda y gastronomía en su vida no es solo una casualidad, es una fusión de sus pasiones, amistades y experiencias. Ya sea en la pasarela o detrás de un fogón, su autenticidad y pasión por la vida son indiscutibles.

Cerrando este capítulo, me quedo con una reflexión: ¿no debería cada uno de nosotros esforzarse por vivir nuestras pasiones con el mismo fervor que Tamara? Después de todo, la vida es demasiado corta para no disfrutarla plenamente, ya sea a través de la moda, la comida o la compañía de buenos amigos.

Así que, la próxima vez que te sientes a la mesa, recuerda: no solo se trata de buena comida, se trata de crear memorias y compartir risas, porque eso es lo que realmente da sabor a la vida.


Espero que te haya gustado este recorrido por la vida de Tamara Falcó, lleno de secretos, sabores, y quizás un poco de inspiración. Quién sabe, ¡tal vez la próxima vez que te sientes a comer, lo hagas con una pizca más de creatividad!