La navidad es, sin duda, una de las épocas más esperadas del año. Familias y amigos se reúnen, las luces parpadean, y se celebra con deliciosas comidas que probablemente no cumplen con las recomendaciones de déficit calórico que nos recuerda nuestro médico. Pero, después de semanas de festejos, es bastante común mirar al espejo y pensar: “¿Qué ha pasado aquí?” Fue como si el pavo relleno y los turrones decidieran mudarse permanentemente sí o sí.

Antes de que te sientas tentado a pasar un mes entero comiendo solo lechuga y batidos de apio, toma un respiro. Tal y como nos aclara la endocrina María Amaro, “el aumento de peso durante las navidades es absolutamente normal”. Así que, acompáñame en este viaje para entender cómo volver a establecer un equilibrio saludable—sin perder la razón ni la vista en la pizza que probablemente tenga tus ojos en cada esquina.

La tarea de reconocer lo normal en un mundo de excesos

A menudo, las fiestas vienen acompañadas de un sinfín de tentaciones: comidas procesadas, dulces, y quizás un par de copas que jamás planeaste tomar. La clave aquí es no caer en la trampa de la culpa. Porque una de las situaciones más comunes después de las fiestas es la autocrítica. Nos preguntamos cómo pudimos dejar que esas galletas nos dominaran. La respuesta es sencilla: ¡Estaban deliciosas!

Relájate, que es parte del juego

Si te encuentras desesperado o pensando en dietas extremas, debo decirte que la modificación gradual es el camino correcto. En lugar de obsesionarte con bajar esos kilos instantáneamente, comienza por establecer hábitos que sean sostenibles y no drenen tu energía. Por ejemplo, no te precipites en inscribirte en una maratón de fitness tras un mes sedentario. O, si necesitas algo de humor, no te sientes a ver un maratón de Friends con la esperanza de que por arte de magia, el sofá no se convierta en tu mejor amigo.

Recuerda: un equilibrio entre ejercicio y salud es el verdadero objetivo. Así que, empecemos a trabajar en ello.

Establecer objetivos claros y realistas

La primera pregunta que podría tenerte dándote vueltas es: “¿Cuánto quiero perder?” De acuerdo con Amaro, el enfoque debe ser perder entre medio kilo y un kilo a la semana. No, no estás escuchando mal. ¡Menos es más! Perder peso no tiene que ser una carrera de velocidad; más bien, es una maratón donde aprenderás a disfrutar del paisaje (y de un buen plato de quinoa).

El poder de la planificación

¿Te has fijado alguna vez en cómo los deportistas de élite suelen trazar sus objetivos? Tienen planes. Así que, entre risas, ¿por qué no introducir una pizca de planificación en tu vida? Establece un plan de comidas para la semana. Evita lo ultra procesado, y empieza a llenar tu nevera con productos frescos y saludables. Quinoa, legumbres, frutas y verduras serán tus nuevos mejores amigos.

La alimentación como herramienta de bienestar

Vamos ahora a revisar qué es lo que realmente te pasas por la boca. Amaro sugiere que hay que deshacerse de esos alimentos ultra procesados que sólo están ahí para traicionarte. ¿Polvorones, mantecados y esas maravillas similares? Olvídate de ellos. En su lugar, abastécete de:

  • Frutas: como el aguacate, que es una joya de la naturaleza.
  • Verduras: sí, esa espinaca tiene un lugar importante en tu vida.
  • Proteínas magras: el pollo y el pescado blanco son amigos de la figura.

¿Sabes lo que realmente me encanta? La idea de buscar comidas ricas en fibra. Eso significa que los bocados sanos que elijas no solo van a ser sabrosos, también tendrán el poder de mantenerte satisfecho más tiempo. Un mini consejo rápido: comprar platos más pequeños puede hacer maravillas. Verás cómo psicológicamente te sientes como si estuvieses comiendo mucho.

La importancia de la hidratación

Ahora, no podemos olvidar nuestro amigo: el agua. Beber entre dos litros de agua o infusiones te ayudará a mantenerte hidratado. Pero, ¿sabías que el té verde es un excelente aliado en este viaje de pérdida de peso? Además de ser delicioso, tiene propiedades que te ayudan a mejorar la digestión. Así que, ¿quién necesita zumos llenos de azúcares añadidos?

Movimiento: la clave del cambio

Admitámoslo. El simple hecho de mencionar el ejercicio puede hacer que algunos de nosotros instantáneamente pensemos en salir corriendo (metafóricamente, claro). Pero como nos dice Amaro, “comer menos y movernos más” es el equilibrio perfecto. Esto no significa que debas subirte inmediatamente a la caminadora por dos horas. Al igual que con la alimentación, empieza pequeño. Caminatas de 20 a 30 minutos son una buena forma de comenzar.

Actividades que realmente disfrutes

Es esencial que el movimiento sea placentero. Considera actividades que te gusten, como baile, yoga o, si te sientes aventurero, prueba el pádel. Algo que me gusta hacer es poner una buena lista de reproducción y bailar por la cocina mientras preparo mi cena… es una forma divertida de mantenerme activa y disfrutar al mismo tiempo. ¡Que vivan los ritmos latinos!

Además, no temas experimentar con un poco de ejercicio en casa. Te puedes sorprender al descubrir que una serie de sentadillas, planchas y flexiones es una manera efectiva de tonificar tus músculos sin necesidad de salir de casa.

Dormir bien: el descanso como a base de todo

Para finalizar, hablemos de algo que a menudo pasamos por alto: el sueño. No se trata solo de descansar, sino de cómo el sueño influye directamente en nuestra salud. Dormir entre siete y ocho horas es vital en la pérdida de peso ya que las hormonas que regulan el hambre tienen su propia fiesta nocturna. ¡Qué bueno es esto!

Imagínate que una noche te quedas despierto viendo series de Netflix. ¿El resultado? Te despiertas al día siguiente con hambre incontrolable. Así que, si hay algo que te debe interesar, es cómo reflejar tu sueño en tus metas de salud. El descanso, junto a la sana alimentación y el ejercicio, crea un balance fundamental.

Un cierre en positivo

¿Ves cómo la recuperación después de las fiestas está llena de pequeños pasos? Tal vez el viaje no es tan complicado como se presenta cuando estás a punto de comerte el último trozo de tarta. Así que, mientras te enfrentas a la eterna pregunta de si realmente necesitas ese segundo donut, recuerda: tú lo puedes manejar.

La clave está en avanzar con empatía hacia uno mismo, celebrando cada pequeño logro y permitiéndote disfrutar de la comida en un contexto más saludable.

¿Estás listo para empezar este camino hacia un bienestar sostenible después de las festividades? ¡Yo lo estoy! Y espero que tú también. 🥳 ¡Levantemos nuestras botellas de agua por un 2024 lleno de vibras saludables!