La mañana de Reyes es, sin lugar a dudas, un día para recordar en León, y este año, el Sorteo del Niño 2023 ha dejado huella, bañando la provincia con unos impresionantes 100 millones de euros en premios. Como si se tratara de una trama sacada de una novela romántica—o tal vez de una comedia con desenlace feliz—, el primer premio, el 78908, ha sido vendido en su totalidad en la Administración de Lotería número 19 del Corte Inglés-Fray Luis de León. ¿Quién iba a imaginar que un simple número podría cambiar tantas vidas?
El ambiente en la administración de lotería
Cuando llegué a León esa mañana, la atmosfera era electrizante. Los medios de comunicación, los curiosos y los afortunados fanáticos de la suerte se congregaban en el lugar como si esperaran el estreno de una película blockbuster. Me hizo recordar la última vez que fui a un evento deportivo y todos gritaban al unísono, solo que aquí las esperanzas eran más personales y a menudo más altas.
El responsable de la administración, Basilio Miguélez, parecía un niño en día de Reyes. Contaba que solo habían devuelto cinco de las series agraciadas, lo que indica que más de 100 millones de euros se han repartido en la región. «¡Esto es un milagro!», exclamaba, intentando contener su emoción mientras servía café a los reporteros. Me pregunto, ¿dónde se compra un “milagro” como ese?
La alta expectativa del Sorteo
En un día como este, las probabilidades suelen ser un tema candente, así que no pude evitar preguntarme: ¿cuántas personas realmente creen en su suerte? Compartí con los asistentes anécdotas de otros sorteos. Recuerdo una conversación con un amigo que insistía en que el número 13 traía suerte. Al final de la noche terminó gastando más dinero en números “sui géneris” que en una cena decente. Pero en comparación, el número 78908 ha probado ser un auténtico amuleto de la buena fortuna. Puede que su próxima cena le salga gratis.
Mientras las ventas continuaban y el centro comercial aún estaba cerrado, la expectativa crecía en escala. Francisco León, delegado de Loterías en la provincia, remarcaba que, aunque no había números exactos, la cantidad de agraciados se sentía como si todo León hubiera ganado. «Estamos decepcionados porque no hemos podido revisar las ventas», contaba, y yo pensé, «seguro que los leoneses están mucho más que decepcionados”.
Los afortunados y sus historias
Los agraciados son siempre el verdadero corazón de estas historias. Mirando la multitud, me di cuenta que cada rostro contaba una historia: el vecino que siempre tuvo un sueño de irse de vacaciones, padres que querían ayudar a sus hijos a lograr sus metas, o incluso aquellos que planeaban mejorar ese viejo automóvil que ha visto mejores días. Con cada décimo vendido, se tejían nuevas historias de esperanza y sueños.
Uno de los loteros, Víctor Fernández, que celebró con sus empleadas la venta de una serie del segundo premio, el 06766, tenía una mirada fulgurante mientras sujetaba una botella de cava. «¡Esto es un gran día para celebrarlo!», exclamó. La emoción era palpable. Se siente diferente ganar al menos un pequeño premio, pero ser parte de un momento tan grande como este es como tocar el cielo, ¿no creen?
El impacto en la comunidad
Las loterías no son solo una actividad económica; son el latido de nuestras comunidades. En las ciudades de Almuñécar, Erandio, y Gijón, el segundo premio también ha dejado su huella, regalando a sus respectivos vecinos alegría y esperanza. Cada pueblo involucrado grita con entusiasmo por sus recién llegados “ricos” de la suerte, quienes, por un día, tienen el poder de soñar en grande.
A medida que la noticia del premio se esparcía como fuego, varios municipios tomaron parte de la celebración. “¡Me quedo sin palabras!”, decía Hernán Añón, responsable de la administración número 1 de Oza, tras recibir la noticia de su premio. Es interesante cómo un simple número puede cambiar el día de una persona (o el año entero). ¿Quién no ha soñado con vivir “la buena vida” tras un premio así?
La comunidad gallega también sintió el efecto de la fortuna. A pesar de que el número 78908 no pasó por allí, varios otros premios como el 66777 sí se repartieron entre diferentes localidades, generando un clima festivo en toda la región.
La realidad detrás de la suerte
Aunque todo el mundo se enfoca en los ganadores, es importante recordar que en toda lotería, hay trillones de “no ganadores”. Así es la vida, ¿verdad? La suerte es caprichosa y, a veces, no hay nada más frustrante que ver cómo un amigo multiplícala su suerte mientras tú sigues en la cola para el próximo número aleatorio de la suerte.
Debo confesar que, en mi experiencia con la lotería, mis amigos y yo hemos tenido más éxitos en las pizza que en los sorteos. Pero es esa posibilidad de que algo mágico ocurra —justo cuando menos lo esperas— la que sigue manteniendo viva la esperanza.
Celebrando la normalidad y la vida cotidiana
Mientras reflexionábamos sobre todo esto, uno de los vendedores de lotería mencionó algo importante: «No importa si ganas o pierdes. Lo importante es disfrutar el momento”. Este mensaje resonó profundamente en mí. La vida está llena de sorpresas, y muchos momentos de alegría ocurren en los lugares más inesperados. Si bien todos soñamos, sobre todo en estos días de Reyes, también debemos aprender a amar la vida cotidiana, sus altibajos, sus desafíos y, sí, sus pequeñas victorias.
Por otro lado, el tercer premio del sorteo también trajo alegría a la localidad valenciana de Aldaia, un lugar que tanto necesitaba una inyección de optimismo tras ser golpeado por una devastadora riada. Sin duda, la fortuna puede ser un salvavidas, más allá del dinero.
Futuro brillante
La historia del Sorteo del Niño en León es una que quedará grabada en el corazón y la memoria colectiva de la ciudad. En tiempos inciertos, historias de premios como esta son un recordatorio de que el destino a veces juega a nuestro favor. Con una mezcla de esperanza y aunque a veces de desencanto, el grito de «¡Hemos ganado!» retumbó por las calles leonesas.
Así que, mientras cerramos este capítulo, les dejo una pregunta: ¿qué harían ustedes si fueran uno de esos agraciados? Comprarían un auto nuevo, un viaje, o tal vez, pagarían la hipoteca de la casa de sus padres (si es que están en esa fase de madurez). Recuerden, la vida es un juego; algunos ganan, otros pierden, pero el verdadero premio reside en disfrutar cada momento del viaje. Quizás el próximo artículo que escriba hable sobre el impacto de ese viaje a París que prometí a mí mismo…
Así que, a celebrar y a cruzar los dedos para el siguiente sorteo, que puede que la suerte esté más cerca de lo que pensamos. ¿Tal vez un inicio de año así debería ser la norma? ¡Feliz día de Reyes y que la suerte los acompañe!