La situación del mercado de la vivienda en Galicia se ha convertido en un tema candente, que preocupa tanto a jóvenes como a familias. Si te has sentido alguna vez perdido ante la multitud de datos y estadísticas sobre el sector inmobiliario, ¡no estás solo! A muchos nos resulta difícil encontrar un hogar que se ajuste a nuestro bolsillo mientras el precio del suelo sigue subiendo como el pan en una panadería de éxito. En este artículo, voy a hacer un recorrido por el panorama actual de la vivienda en Galicia, sus desafíos y, por supuesto, algunas posibles soluciones.

Un vistazo a la situación actual del mercado inmobiliario gallego

Según la Federación Gallega de Inmobiliarias, el mercado ha experimentado incrementos moderados en los precios. Sin embargo, si miramos detenidamente, encontramos que en municipios de menos de 5,000 habitantes, muchos precios permanecen estables o incluso a la baja. ¿Te imaginas vivir en un lugar donde el alquiler no sea un segundo trabajo? Para algunos, es un sueño inalcanzable.

En contrastante, las localidades más pobladas, especialmente en las provincias atlánticas, han visto cómo el precio del suelo asciende vertiginosamente. ¿La razón? Entre otras, la escasez de nuevas promociones de viviendas. Por eso, tres de cada cuatro transacciones realizadas en la comunidad corresponden a viviendas de segunda mano. En realidad, parece que comprar una casa nueva en muchas de nuestras ciudades gallegas es tan complicado como encontrar a Wally en un mar de gente.

Estadísticas que abruman

Al cierre del año, en Galicia hay aproximadamente 2,400 viviendas en alquiler que corresponden al alquiler tradicional. Curiosamente, el 32% de ellas se encuentran fuera de los siete principales núcleos de población. ¡Menuda ironía! La mayoría de los jóvenes busca independizarse, pero los mejores precios y opciones parecen esconderse en las regiones más alejadas del bullicio urbano.

¿Te gustaría saber cuánto hay que desembolsar para alquilar un piso de cien metros en Santiago de Compostela? Aguántate: ronda los 950 euros. En La Coruña y Vigo, podemos estar hablando de entre 1,200 y 1,300 euros. Pontevedra se asoma como un respiro (aunque por poco) con un costo de unos 800 euros, y en Ferrol se encuentra la opción más económica a unos 650 euros. En fin, es más fácil encontrar un Pokémon raro que conseguir un alquiler a un precio justo.

El dilema de los jóvenes

El hecho es que el mercado se ha vuelto «excluyente» para la mayoría de los menores de 35 años, quienes, según los expertos, se ven obligados a compartir piso. Imagina la escena: un grupo de amigos intentando organizarse para vivir bajo el mismo techo, todos con sus peculiaridades. La cocina se convierte en un campo de batalla por la última porción de pizza, y el baño, en un concurso de velocidad para salir a tiempo. Pero dejando las bromas a un lado, este no es un escenario ideal.

La generación millennial y la Generación Z han tenido que adaptarse a este panorama complicado en el que, claramente, la vivienda les está ganando la partida. A la pregunta de si es fácil acceder a un hogar en Galicia, la respuesta es un resonante no. El alto porcentaje (un 88%) de jóvenes que no pueden permitir el lujo de comprar una casa con las condiciones actuales nos hace preguntarnos: ¿qué estamos haciendo mal?

Las viviendas vacías como solución

Ahora, si pensabas que solo había mala noticia, ¡buenas noticias! La Federación Galega de Inmobiliarias sugiere que es esencial movilizar el parque de viviendas vacías en Galicia, que tiene el mayor número de este tipo en toda España. Esta es una opción que podría aliviar ciertas tensiones en el mercado inmobiliario. Piensa en ello: si tienes una vivienda que no utilizas, ¿por qué no ponerla en alquiler y ayudar a alguien que realmente lo necesita?

Además, los responsables del sector piden a los concellos que agilicen trámites relacionados con obra nueva, rehabilitaciones y reformas. Esto ayudaría a aumentar la oferta de hogares disponibles. Por supuesto, sería ideal que las autoridades apoyaran un cambio en la normativa de habilitación para convertir ciertos locales comerciales en espacios residenciales. ¿No sería grandioso ver cómo un antiguo bar se transforma en un acogedor hogar?

La presión de los pisos turísticos

El turismo ha sido otra posibilidad de ingresos para muchos propietarios, y aquí es donde aparece un escenario un poco más turbio. Con unas 25,100 viviendas vacacionales en Galicia y un aumento notorio en Vigo (con más de 2,000), el alquiler turístico parece ser la salvación en tiempos de crisis. Pero, ¿es realmente la solución más sostenible?

La «inseguridad jurídica» que enfrentan los propietarios en base a la actual ley de vivienda ha llevado a muchos a optar por el alquiler turístico. Y aunque muchos puedan ver esto como una oportunidad, en el fondo la pregunta es: ¿realmente querremos vivir en ciudades donde todo se convierta en una atracción turística?

La solución: un plan de choque

Benito Iglesias, un reconocido experto en el sector, ha hecho un llamado claro: “necesitamos un plan de choque a medio y corto plazo”. Este llamado destaca la necesidad de contar con políticas más efectivas que prioricen la construcción de viviendas accesibles y no solo para el turismo. En su opinión, estas condiciones desfavorables son culpa de las políticas estatales que, en su mayoría, no reflejan las reales necesidades de la comunidad.

Las políticas públicas deben enfocarse en generar un entorno favorable que facilite la construcción de viviendas asequibles. ¿Por qué no promover incentivos para que se construyan viviendas que repongan salud y vigor a estos lugares donde muchos sueñan con plantar sus raíces?

Reflexiones finales

Como generación, tenemos la responsabilidad de cuestionar el legado que estamos dejando a los futuros inquilinos y propietarios. Si me preguntas, deberíamos mirar hacia un futuro donde el hogar deja de ser un lujo y se convierte en un derecho.

Hacer frente a la crisis de la vivienda en Galicia no es tarea fácil y requiere un esfuerzo conjunto. La Federación Gallega de Inmobiliarias, los concellos y, claro, todos nosotros —los ciudadanos— debemos unir fuerzas para asegurar que nuestro hogar no se convierta en un sueño lejano.

Recuerda, no hay problema demasiado grande que no pueda ser abordado cuando trabajamos juntos. Y quién sabe, tal vez un día estemos compartiendo historias sobre cómo conseguimos nuestro primer hogar a precios razonables, y el antiguo problema de la vivienda en Galicia sea solo una anécdota de nuestro pasado.

Así que, la próxima vez que te encuentres frente a un artículo que hable sobre los altísimos precios del alquiler o la escasez de viviendas accesibles, pregúntate: ¿qué puedo hacer yo para formar parte de la solución? Porque, spoiler alert: todos podemos hacer algo. ¡A construir un futuro mejor!