Un día estás en la cima de tu carrera, y a la mañana siguiente, ¡pum!, tu nombre está en todos los medios, pero no por razones agradables. Así fue como Manuel Ruiz de Lara, magistrado del tribunal calificador y, ahora, un nombre que no podemos ignorar en la conversación sobre el Poder Judicial en España. Si pensabas que los dramas judiciales solo aparecían en las series de televisión, piénsalo de nuevo. Este es un trasfondo suficiente para una temporada entera de «Cuéntame cómo pasó».

La llegada de un nuevo vocal al tribunal calificador

Recientemente, se publicaron en el Boletín Oficial del Estado (BOE) los primeros nombramientos del nuevo Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). En un giro inesperado digno de un guion de Hollywood, Manuel Ruiz de Lara fue escogido para ocupar este cargo. El nombramiento llega tras la renuncia de Sofía Gil García, otra magistrada, dejando un vacío que, aparentemente, Ruiz de Lara estaba listo para llenar. Puede que pienses: «¿A quién le importa un poco de drama en un consejo judicial?». Pero, déjame decirte, esto es más que un simple cambio de sillas.

¿Quién es Manuel Ruiz de Lara?

Imaginemos la escena: un juez de mirada seria y una cuenta de Twitter que lanza más fuego que una barbacoa en julio. ¿Su especialidad? No es en justicia imparcial, sino en generar titulares. Ruiz de Lara ha ganado notoriedad por sus contundentes descalificativos hacia figuras del ámbito político y judicial, incluyendo la calificación de «psicópata sin límites éticos» hacia el presidente Pedro Sánchez. Y tú pensabas que tus problemas en la oficina eran difíciles de manejar, ¿verdad?

Desde su ventana en el CGPJ, ha distinguido su carrera por sus críticas agudas y su participación en cursos dirigidos por figuras políticas de la extrema derecha. Todo un personaje, ¿no te parece?

La controversia siempre a la sombra

Con este nuevo nombramiento, el juego comienza. En la víspera de su designación, recuerdo cómo un amigo mío compartió su indignación sobre los jueces que parecen más preocupados en hacer virales que ser justos. «¿Hasta dónde hemos llegado?», se quejaba. Y la verdad es que eso resume muy bien el dilema actual.

En la última revisión de su conducta profesional, el CGPJ decidió no sancionar a Ruiz de Lara por sus comentarios en redes sociales a pesar de la “constante y notoria correlación” que se había registrado entre sus palabras y el perfil que las apoyaba. Al final, la autoridad apuntó que no estaba claro si era él quien estaba realmente detrás de los insultos. ¿Es esto justicia o simplemente un juego de palabras en un tablero lleno de intereses?

¿Qué papel jugará Ruiz de Lara en el poder judicial?

Ahora, como vocal del tribunal calificador, Ruiz de Lara tendrá a su cargo decidir quién cumple con los requisitos para ocupar posiciones en la judicatura en el ámbito mercantil. Esto no es un asunto menor. Las decisiones que toman los jueces de lo mercantil pueden influir sobre una variedad de temas que abarcan desde patentes y marcas hasta disputas sobre competencia desleal y procedimientos concursales. Amigos, esto afecta a empresas y a nuestra economía. Así que, sí, estamos hablando de cosas serias aquí.

La balanza de la justicia: ¿en manos de quién?

Aquí es donde la pregunta esencial se vuelve crucial: ¿realmente queremos que alguien con un historial tan polémico decida quién es «aptos» para la judicatura? En una democracia, la inembrantable ética judicial debería ser el estándar, no la excepción. Pero con personajes como Ruiz de Lara en posiciones de poder, la confianza en la justicia puede quedar atrapada en un vórtice de desconfianza.

Y es que, al final del día, todos queremos que nuestras instituciones representen verdadera justicia, ¿no es así? Pero ¿qué sucede cuando esos que administran la justicia lanzan insultos como quien lanza una pelota en un partido de tenis? Nos deja preguntándonos hasta dónde irá todo esto.

Un trasfondo peligroso

No podemos ignorar el lazo que une a Ruiz de Lara con la formación de una élite judicial de extrema derecha. En 2022, participó en cursos organizados por el Instituto Superior de Sociología, Economía y Política (Issep), un organismo cuya vinculación con figuras ultraderechistas nos hace reflexionar sobre el futuro de la justicia en nuestro país. Allí, recibió lecciones de una exdiputada que ha pasado de la familia Le Pen a nuevas fronteras políticas. En ese terreno, el concepto de “justicia” podría presentar un matiz bastante diferente del que se esperaría en un Estado democrático.

Conclusiones irrevocables

Así que, amigos, mientras analizamos el panorama del nuevo Consejo del Poder Judicial y la figura de Manuel Ruiz de Lara, vale la pena reflexionar: ¿Qué futuro tiene nuestra justicia cuando preferencias políticas y comentarios incendiarios parecen ser parte del juego? ¿Está nuestra inquebrantable confianza en la justicia en peligro?

Más que un simple nombramiento, el ascenso de Ruiz de Lara al consejo es una convocatoria a una reevaluación de lo que consideramos justo y ético en nuestras instituciones. Judeo-cristiano, liberal, conservador o progresista, todos queremos que el sistema judicial actúe en virtud de lo que es correcto, no de lo que es popular en las redes sociales.

Reflexiones finales

Este panorama nos permite ver no solo las capacidades del magistrado, sino también los desafíos que enfrenta la justicia en España en tiempos tan polarizados. Con figuras como Manuel Ruiz de Lara al mando de decisiones importantes, es crucial que levantemos nuestras voces y cuestionemos lo que está pasando a nuestro alrededor.

¡No dejes que la apatía te consuma! Pregúntate, ¿qué tipo de justicia deseas para tu comunidad? Y recuerda, siempre que sientas que el mundo de la justicia se tiñe de gris, tú tienes el poder de demandar claridad. Es fundamental que mantengamos un diálogo abierto y honesto sobre el futuro de nuestra justicia y, aunque a veces sea un camino polvoriento, es un camino que debemos recorrer juntos.