La vida está llena de historias sorprendentes, pero algunas son simplemente épicas. La historia de Dune, una golden retriever que se convirtió en la primera perra de terapia en impartir clases en una universidad, es una de esas narrativas que nos hacen creer un poco más en el poder de los animales. Aunque su vida terminó trágicamente en febrero de este año, su legado continúa entre nosotros gracias a un reciente homenaje que destaca su impacto tanto en la vida académica como en la emocional de muchos.
¿Quién era Dune y por qué es tan especial?
Primero, hablemos un poco de Dune. Imagina una perra que no solo es adorable, sino que también tiene el poder de calmar a un estudiante ansioso antes de un examen. Dune fue muchas cosas: terapeuta, compañera de estudio, e incluso, a veces, un poco más sensata que algunos de los humanos a su alrededor. Su guía, David Ordóñez, se ha ganado el título de «el hombre que enseñó a Dune a enseñar». Juntos, formaron un dúo que dejó huella en el Máster Universitario en Intervención Asistida con Animales (IAA) en la Universidad Internacional de Andalucía.
La vida de Dune no solo consistió en hacer trucos para impresionar a los estudiantes, aunque tengo que admitir que eso es bastante impresionante, también se dedicó a ayudar a personas con problemáticas de salud, dificultades de aprendizaje y aquellos que, por diversos motivos, se encontraban en riesgo de exclusión social. ¡Es como si hubiera sido una superheroína peluda!
Homenaje a los héroes de cuatro patas
El homenaje que le rindieron a Dune el pasado noviembre fue mucho más que un simple tributo. Imagina un aula llena de estudiantes, docentes, trabajadores de la universidad y familiares emocionados. Todos compartiendo risas y lágrimas al recordar los momentos que habían vivido junto a esta valiente perra. Fue un acto que, aunque tenían un tono solemne, también celebraba la vida y el impacto de un ser tan especial.
La placa conmemorativa que ahora está colgada en el Aula 2 del Palacio de Jabalquinto es más que un trozo de metal; simboliza el vínculo profundo entre los humanos y los animales, así como el trabajo invaluable que estos últimos desempeñan en la sociedad.
David Ordóñez, visiblemente emocionado, expresó: «Dune estará siempre en nuestra memoria gracias a esta placa, al recuerdo de todos los que la conocimos y a los libros que he escrito inspirándome en ella y en nuestra relación». Aquí es donde quiero hacer una pausa y reflexionar: ¿No es asombroso cómo un animal puede dejar una impresión tan indeleble en nuestras vidas? A veces, sus enseñanzas son más profundas que cualquier lección educativa que podríamos recibir.
Más allá de las aulas: los beneficios de la terapia asistida con animales
La verdad es que los beneficios de las terapias asistidas con animales como Dune son realmente impresionantes. La ciencia detrás de esto es fascinante y respalda lo que muchos de nosotros ya intuimos: los animales pueden hacer que nuestras vidas sean significativamente mejores.
¿Te has preguntado alguna vez por qué tocar a un perro puede hacer que te sientas más relajado? Resulta que interactuar con un animal puede reducir los niveles de estrés y aumentar la sensación de bienestar. Esto es especialmente relevante para aquellos que se encuentran en situaciones desafiantes, como estudiantes universitarios durante los exámenes.
David Ordóñez señala que “favorecen un cambio a mejor a través de la motivación y la alegría”. Imagínate a Dune, con su pelaje dorado, moviendo la cola mientras entra en el aula. No hay duda: todos estaban allí para aprender, pero la calidez que desprendía ella convertía cada clase en un evento memorable. ¿Quién no querría experimentar algo así?
Un reconocimiento que trasciende a un solo perro
El reconocimiento que se dio a Dune va mucho más allá del homenaje a una sola perra; es un faro que ilumina el trabajo que muchos perros de terapia realizan en diversas instituciones. ¿Por qué no hay más placas así, preguntamos? David tiene un punto cuando dice, “Esto trasciende que Dune fuera mi compañera canina… Hay muchos perros que, ya sea en universidades o en intervenciones terapéuticas, están acompañando a personas, y sin embargo, ese trabajo sigue siendo invisible”.
Es un hecho triste, pero a menudo pasamos por alto el impacto que los animales tienen en nuestras vidas. Cuántas veces hemos sentido que un perro puede ser el mejor terapeuta del mundo. Si eres dueño de un perro, probablemente has tenido ese momento en el que tu mascota te mira y parece comprender todo. Si eso no es magia, no sé qué lo es.
La influencia de Dune en futuros profesionales
El legado de Dune también se extiende a los futuros profesionales que pasan por el Máster Universitario en Intervención Asistida con Animales. ¿Qué enseñanza pueden obtener de una perra, podrías preguntar? Bueno, es bastante sencillo: Dune demostró que los animales pueden ser aliados en el proceso educativo y terapéutico.
David nos recuerda que Dune no solo ayudó a sus compañeros de aula, sino que también enriqueció el aprendizaje de una manera que solo un animal podía lograr. Ya se trate de una sesión intensa de estudios o de un mal día, saber que estás acompañado de un amigo peludo puede hacer toda la diferencia.
Reflexiones finales: ¿De qué se trata realmente la conexión humano-animal?
Así que, al final del día, la historia de Dune es una historia de amor, conexión y transformación. Nos recuerda que debemos valorar a todos los seres que nos rodean y considerar el papel que desempeñan en nuestras vidas. A veces, esas lecciones son impartidas por nuestros mejores amigos de cuatro patas.
En una época donde a menudo nos olvidamos de lo que es realmente importante, la historia de Dune nos invita a hacer una pausa. Quizás después de leer esto, consideremos un poco más a esos animales que nos rodean. Ya sea un perro que guardamos en casa o una ardilla que vemos en el parque, todos juegan su papel en el intrincado tapiz de la vida.
Y, por supuesto, si alguna vez te sientes abrumado, recuerda la sabiduría de Dune. A veces, todo lo que necesitas es un poco de cariño y una cola moviéndose felizmente para que el mundo parezca un lugar mejor. ¿No es eso lo que todos buscamos, al fin y al cabo?
Un homenaje a los héroes invisibles
Finalmente, debemos agradecer a Dune no solo por lo que hizo mientras estaba con nosotros, sino por lo que nos ha enseñado. Su vida y sus enseñanzas nos impulsan a continuar visibilizando el impacto que los perros como ella tienen en nuestra sociedad. Así que, levanta tu taza de café (o tu cuenco de agua, si eres un perro) y brindemos por aquellos seres que dejan huellas imborrables en nuestras vidas.
La historia de Dune es un recordatorio de que siempre hay espacio para la esperanza y que, a veces, los héroes pueden venir en forma de pelaje y colas. ¿Quién necesita una capa cuando se tiene un abrigo tan suave?