En un mundo que cada vez es más consciente de las amenazas que el cambio climático plantea, el escenario legal se ha convertido en una de las líneas de batalla más relevantes. Este 2023, el primer gran juicio climático en España ha marcado un hito en la historia reciente. Pero, ¿qué significa realmente este juicio? ¿Por qué se ha considerado un evento tan crucial en la lucha por la justicia climática? Acompáñame en este recorrido para explorar este caso monumental y sus implicaciones tanto a nivel nacional como internacional.

El inicio de la demanda

Todo comenzó en septiembre de 2020 cuando un grupo de valientes activistas de organizaciones como Greenpeace, Ecologistas en Acción y Oxfam Intermón decidieron que había llegado el momento de hacer sonar la alarma. Su solicitud al Gobierno español era clara: aumentar el recorte de emisiones de gases de efecto invernadero en el Plan Integrado de Energía y Clima (PNIEC). La montaña de evidencia científica indicaba que la inacción no era una opción, y ellos decidieron llevar la lucha a los tribunales.

Recuerdo que, cuando escuché esta noticia por primera vez, pensé en cómo la lucha contra el cambio climático, antes vista como un tema de activistas que probaban sus collares de cuentas en manifestaciones, había llegado a ser un contraataque institucional. Algo que podría haberse considerado una «lucha de campanario» ahora se estaba ventilando en un tribunal.

Pero, ¿por qué era tan urgente elevar el recorte de emisiones del 23% al 55% para el 2030? La respuesta es simple: el futuro de nuestro planeta estaba en juego. A medida que seguía exponiéndome a más información sobre el colapso ambiental, me preguntaba: “¿Qué más necesitamos para despertar de este letargo climático?”.

La decisión del Tribunal Supremo: ¿justicia o desilusión?

Fast forward a junio de 2023, el Tribunal Supremo español decidió rechazar la demanda. Para muchos, este fallo simbolizaba una desilusión; sin embargo, los jueces argumentaron que la estrategia climática del Gobierno se integraba dentro del marco compromiso de la Unión Europea y no se podía calificar de arbitraria. “¡Vaya telepatía!”, pensé. ¿Quién decidió que el compromiso de la UE era más importante que la supervivencia de nuestro planeta?

El fallo también planteó la cuestión de si el cambio climático afecta derechos fundamentales. Este es un punto crucial, ya que los grupos ecologistas recurrieron la decisión alegando que ignoraba la ciencia y los acuerdos internacionales. Es como si en vez de pelear por una mejor calidad de vida, estuviéramos debatiendo sobre quién es el que se queda con el último trozo de pizza en una fiesta.

Un eco de decisiones en otros países: Suiza y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos

No podemos hablar de justicia climática sin referirnos a Suiza, que dio un paso al frente al ser el primer país en ser juzgado por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Allí, un grupo de mujeres mayores demandó al Gobierno por no t <<|image_sentinel|>>eviJwW__ders. Las cortes suizas ignoraron su pliego, pero el TEDH sentenció que las políticas del país habían violado el derecho a la vida privada y familiar de las quejantes, afectadas por olas de calor extremas.

Esta decisión fue recibida con alegría por diversas partes del mundo. La reacción de Anne Mahrer, copresidenta de KlimaSeniorinnen, resonó en el corazón de todos aquellos que luchamos por un futuro más sostenible: “La protección del clima es un derecho humano”. ¿No es irónico cómo un pequeño grupo de ancianas pudo mover montañas, mientras que muchas naciones siguen siendo parcas en sus políticas para combatir un problema global?

Es un hecho: mientras observamos cómo el agua del mar, como un viejo amigo que se escapa, amenaza con ahogarnos, hay países que siguen debatiendo sobre la mejor manera de mover sus sillas en la cubierta del Titanic y otros que alzan la mano y dicen: “¡Espera un segundo, eso no está bien!”.

La respuesta internacional: ONU y el Tribunal de Justicia Internacional

A medida que la presión por una acción climática efectiva se intensificaba, la ONU también sintió que era el momento de intervenir. En la actualidad, 98 países y 12 organizaciones sociales han iniciado una causa climática para instar al Tribunal de Justicia Internacional a que establezca límites legales frente a la emergencia climática. Aunque la resolución no será vinculante, es un paso significativo hacia la creación de un marco legal que sostenga el futuro de nuestro planeta.

Imagínate estar en una sala abarrotada donde el futuro de las próximas generaciones está en manos de un grupo de jueces. ¿Te imaginas el peso de esas decisiones? Es un escenario que podría parecer sacado de una película de ciencia ficción, pero es nuestra nueva realidad.

Comparaciones y lecciones aprendidas: ¿dónde nos encontramos?

Volviendo a la escena española, es interesante comparar esta situación con otros litigios climáticos en el mundo. Mientras tanto, el número de acciones legales relacionadas con el clima ha duplicado en los últimos años, desde Alemania a Canadá. Esto demuestra que, aunque algunos gobiernos se resisten a actuar, la comunidad internacional y los ciudadanos no se rinden.

Una de las preguntas más frecuentes que surgen entre quienes siguen el progreso de estos juicios es: “¿Estamos realmente haciendo algo?” Y la respuesta es un rotundo sí. Estos casos están sentando precedentes y nos están diciendo que la justicia climática no es solo un concepto, sino una realidad por la que hay que luchar. La transformación se está produciendo lentamente, pero de manera constante.

Reflexiones finales: el futuro que nos espera

Mientras seguimos navegando por esta turbulenta niebla de decisiones judiciales y ambientales, es esencial recordar que tenemos el poder de hacer cambios cada día. El gran juicio climático en España nos recuerda que no estamos solos en esta lucha. Todo esto es un reflejo de la determinación colectiva de los ciudadanos, activistas y personas conscientes que no están dispuestas a ceder en su búsqueda por un futuro sostenible.

Y aquí es donde tu papel se vuelve importante: ¿qué puedes hacer hoy para contribuir a la lucha contra el cambio climático? Desde pequeñas acciones en tu hogar hasta la participación en movimientos más grandes, cada esfuerzo cuenta y cada voz importa.

Al final del día, el cambio climático no es solo un problema de gobierno o de ecosistemas; es un dilema humano. Así que acompáñame en este viaje, no solo con palabras, sino con acciones. ¿2030? Ese es solo el comienzo de nuestra lucha. ¡Hagámoslo juntos!


Referencias:
– Greenpeace, Ecologistas en Acción, Oxfam Intermón
– Tribunal Europeo de Derechos Humanos
– ONU
– Tribunal de Justicia Internacional