El periodismo, ese noble arte que se ha visto sometido a innumerables pruebas de fuego a lo largo de los años, está viviendo una de sus etapas más complejas en la actualidad. La desinformación, el debate político polarizado y la influencia de las redes sociales han dejado huella en la manera en que consumimos la información. En medio de este torbellino, el V Premio David Gistau de Periodismo, otorgado a José F. Peláez por su artículo «Un progreso de cercanías», se presenta no solo como un reconocimiento a la calidad del trabajo periodístico, sino también como un faro de esperanza en tiempos convulsos.
Así que, tómate un café (o un té, si eres de los puristas) y acompáñame en una travesía que nos llevará a explorar la esencia del periodismo hoy, la relevancia de la proclamación de la verdad y por qué, en este mundo donde los «bulos» abundan, la valentía es más necesaria que nunca.
El contexto del Premio Gistau
Este galardón, que lleva el nombre de un periodista y escritor español cuyo legado sigue resonando en la prensa, no es solo un triunfo personal para Peláez, sino un grito de resistencia en la lucha por mantener la libertad de expresión y la independencia en el periodismo. En su discurso de aceptación, Peláez hizo eco de esa lucha, subrayando que hablar contra lo «woke» desde medios de derecha es fácil, pero hacerlo desde la izquierda es donde se encuentra verdaderamente la valentía.
Esto me recuerda un viejo dicho que siempre me decía mi abuelo: “El verdadero coraje no es la ausencia de miedo, sino la decisión de seguir adelante a pesar de él”. Y vaya que Peláez ha tomado esa decisión, proponiendo un discurso que invita a la reflexión más que a la confrontación.
¿Te has preguntado alguna vez cómo se siente ser un periodista en este clima? Este tipo de reflexión nos invita a cuestionar nuestra propia relación con la información que consumimos y con el papel que desempeñamos como lectores. A menudo nos encontramos atrapados entre la búsqueda de la verdad y las narrativas que nos son cómodas, como un niño atrapado entre dos juguetes que no sabe cuál elegir.
La sombra del miedo en el periodismo
Durante la ceremonia, Peláez también habló de ese miedo que a menudo acompaña a aquellos que deciden hablar la verdad, un miedo que no es físico, sino emocional; una sombra que no nos deja descansar. Es un sentimiento con el que muchos periodistas luchan a diario. Imaginen tener que revisar constantemente lo que escriben, no solo por la reacción del público, sino por la posibilidad de represalias de aquellos a quienes critican.
Recuerdo una vez que escribí un artículo sobre un asunto controversial en mi propio periódico. Los correos que recibí estaban rebosantes de amor… y por lo tanto, también de odio. Algunos incluso se molestaron porque, según ellos, yo había «dado voz a los detractores». ¿Te has sentido alguna vez así? Esa sensación de estar en la cuerda floja, donde un paso en falso podría significar la caída.
Pero a veces, la verdad duele, y ese dolor puede ser un motor para el cambio. Peláez, al aceptar el premio, pudo recordarle a todos nosotros que a veces, salir de nuestra zona de confort es el primer paso hacia un diálogo significativo. En lugar de evitar la controversia, deberíamos buscarla.
El legado de David Gistau
Gistau no solo dejó atrás un estilo literario que muchos periodistas aspiran a emular; también dejó un legado ético y moral. Durante la ceremonia, Gonzalo Suárez, subdirector de EL MUNDO y presidente del jurado, mencionó que Peláez era un «buen imitador» de Gistau. No porque plagiara su escritura, sino porque, al igual que él, entendía la importancia de combinar análisis y humor, de narrar la realidad con un toque de ironía que invita a la reflexión.
Así que, ¿quién no ha querido ser un Gistau alguna vez? Esa habilidad de captar la atención del lector con palabras precisas y llenas de color, mientras se contrarresta un mensaje claro y poderoso. Tal vez esto suena a algo que solo un grupo selecto de genios literarios puede lograr, pero lo cierto es que todos podemos aprender un poco de su estilo. Al final del día, la letra puede ser un espejo que refleja nuestra comprensión del mundo.
Desinformación: El enemigo común
En los discursos de aceptación y de entrega, un tema recurrente fue la desinformación y cómo los medios deben permanecer vigilantes en su lucha por la verdad. Según Joaquín Manso, director de ELMUNDO, “la desinformación siempre son los otros”. ¿Pero realmente es así? En tiempos de redes sociales, donde la información rueda a la velocidad de un clic, la batalla por la verdad se ha vuelto más complicada.
Hemos llegado a un punto en el que un meme puede ser más efectivo que un artículo bien documentado para moldear la opinión pública. A veces, me pregunto, ¿qué tan fácil sería engañarnos si lo hicieran con un video bien editado y un par de datos sacados de contexto? Es un juego peligroso que todos jugamos, y que puede tener consecuencias devastadoras para la democracia.
La errónea percepción de que la información que consumimos es veraz es un comportamiento humano que hemos alimentado durante demasiado tiempo. A menudo, preferimos creer en lo que resuena con nuestras propias creencias, aunque eso signifique cerrar los ojos a la realidad. La pregunta que debemos enfrentarnos es: ¿estamos dispuestos a abrir esos ojos cuando la verdad duele?
La importancia de la unidad en el periodismo
Un punto vital que surgió durante la ceremonia fue la importancia de la unidad en el periodismo. Las palabras de Julián Quirós resonaron en la sala: “Somos una generación de periodistas que ha aprendido que entre nosotros nos peleamos en los quioscos y en las pantallas. Pero fuera compartimos muchas cosas”. Esto es crucial en una era donde la fragmentación es norma y la opinión personal parece reinar.
¿Te imaginas si, en vez de pelear entre nosotros, apoyáramos el derecho a la diversidad de opiniones? Tal vez, solo tal vez, ese enfoque colectivo podría hacernos más resilientes ante las amenazas del poder. Después de todo, unidos somos más fuertes. Y eso se aplica también en la vida diaria: ¿realmente necesitas tener razón todas las veces?
Reflexionando sobre el futuro del periodismo
Mirando hacia el futuro, los nuevos periodistas enfrentan desafíos únicos. En el debate que llevó a cabo el grupo de jóvenes periodistas durante la ceremonia del Premio Gistau, Pablo Rodríguez Roces y Silvia Lorenzo de EL MUNDO, junto a Carlota Pérez y Bruno Pardo Porto de ABC, compartieron perspectivas sobre la modernidad del periodismo. Hablaban con un entusiasmo palpable, como si fueran scouts descubriendo nuevas tierras, mientras enfrentaban realidades como la desinformación y el acelerado cambio tecnológico.
¿Qué nos espera en el futuro? La automatización y la inteligencia artificial están cambiando la forma en que se produce y consume la información. Ante esta situación, el periodismo tradicional podría verse amenazado, pero lo que es seguro es que siempre habrá un hueco para la crítica reflexiva y para la verdad bien argumentada.
Al final del día, el periodismo no está muerto; está en evolución. ¿Cuál es tu percepción sobre el futuro de este oficio? ¿Nos encaminamos hacia un mundo lleno de relatos verídicos o seremos atrapados en la red de la manipulación y la desinformación?
Conclusión
El V Premio David Gistau de Periodismo no solo es un homenaje a la vida y obra de un gran periodista, sino también una lista de recordatorios para todos nosotros como sociedad. En un panorama lleno de incertidumbres y voces que claman por atención, nunca debemos olvidar la importancia de la valentía en el periodismo.
Afrontar la verdad no siempre es agradable, pero es un acto de amor hacia la sociedad. Como bien dijo Peláez, “lo que no cabe es la cobardía”. Así que, ¿estás listo para levantarte y ser una voz de verdad en tu comunidad? La historia está esperando que todos nosotros contribuyamos a ella. Tal vez, simplemente requiera un poco de valentía, algo de humor y la dosis adecuada de sinceridad.
Al final del día, siempre será mejor ir a la cama con la conciencia tranquila que rodeada de mentiras. Así que, ¡vamos a contar las historias que importan, las que dan vida, las que inspiran!