La presidenta del Congreso, Francina Armengol, ha abordado un tema que en la actualidad es más relevante que nunca: el poder del consenso y el diálogo en nuestra democracia. En el contexto del 46 aniversario de la Constitución, Armengol reflexionó sobre el pasado y el futuro de nuestras instituciones, instando a los políticos a trabajar juntos por el bienestar común. Con una agenda llena de desafíos como la violencia de género, la desigualdad económica y la necesidad de reconstrucción tras desastres naturales, el mensaje resonó no solo en el hemiciclo, sino también en los corazones de los españoles.
Un discurso lleno de empatía y solidaridad
Armengol no se limitó a hablar de teoría política. Su discurso, lleno de empatía, evocó la memoria de las 230 víctimas y los cuatro desaparecidos a causa de la DANA que devastó Valencia hace poco más de un mes. ¿Quién no ha sentido en carne propia el peso de una pérdida? En esos momentos de dolor, su mensaje era claro: la unidad es fundamental. La vida tras el desastre no se reconstruye solo con dinero, sino también con tiempo, esfuerzo y, sobre todo, empatía. Personalmente, recuerdo aquel día en que un amigo perdió su casa en una inundación, un recordatorio brutal de que, a veces, el destino puede ser tan caprichoso como cruel.
Vital importancia del debate en tiempos de discordia
Como madre de tres adolescentes, he vivido en carne propia los debates acalorados en casa. Si en mi hogar el diálogo es esencial para mantener la paz, ¿por qué deberíamos esperar menos en el Congreso? Armengol recordó que la falta de mayorías absolutas en el Parlamento actual exige un diálogo continuo y productivo. De este modo, el Congreso debe reflejar a la sociedad a la que representa. ¿No es irónico que a veces parezca un ring de boxeo más que una sala de debate?
En tiempos en que los gritos y los enfrentamientos son el pan de cada día, es un alivio escuchar que hay quienes abogan por un espacio de diálogo. “El Congreso ha de parecerse más a la sociedad”, dijo Armengol. Y tienes que admitir, ¿quién no ha deseado alguna vez que los debates en el Parlamento fuesen tan amigables como una charla entre amigos?
Un cambio de enfoque en el lenguaje
Uno de los logros más destacados de este periodo ha sido la reescritura del artículo 49 de la Constitución, cambiando el término «disminuido» por «personas con discapacidad». Este pequeño, pero significativo cambio de lenguaje refleja un avance en la inclusión y el respeto por la diversidad. Es un recordatorio de que las palabras tienen poder. Personalmente, he sentido ese poder cuando, al presentar mi libro, decidí cambiar ciertas frases que no representaban adecuadamente la diversidad de voces que quería incluir. Siempre hay lugar para mejorar.
Desafíos urgentes en el horizonte
La lista de desafíos mencionada por Armengol es extensa y, aunque puede resultar abrumadora, también es un llamado a la acción. La lucha contra la pobreza y la desigualdad económica, la erradicación de la violencia machista y la garantía de acceso a la vivienda digna son solo algunas de las batallas que debe encarar nuestra sociedad. ¿No te parece que es hora de que todos, desde nuestros pequeños espacios personales hasta el nivel más alto de la política, hagamos algo al respecto?
En mi comunidad, he visto a jóvenes emprendedores combatir la pobreza a través de iniciativas sostenibles, porque a veces los pequeños cambios pueden tener un impacto enorme. ¿No deberíamos todos asumir nuestro rol en esta lucha?
Un llamado a la reconstrucción
La reconstrucción tras el desastre no solo es física; es emocional y social. “Los servicios públicos son la garantía de protección y seguridad”, afirmó Armengol. En tiempos de crisis, es fundamental recordar que el Estado somos todos. Me viene a la mente un programa de radio que escuché una vez, donde un hombre hablaba de cómo la comunidad se unió para ayudar a sus vecinos después de una tormenta. La solidaridad es el corazón de nuestra sociedad.
Hacia un futuro más brillante
A medida que nos adentramos en un período de incertidumbre, también tenemos la oportunidad de mirar hacia el futuro. Armengol pidió a todos los representantes que se esfuercen por lograr consensos que nos permitan avanzar. “Sigamos luchando, unidas y unidos por un futuro común”, concluyó. Esa idea, de unidad en la lucha, es lo que sentimos cada vez que organizamos un evento comunitario. Cuando la comunidad se une, se producen maravillas.
¿Qué podemos hacer?
La призив Armengol es un llamado que nos toca a todos. Desde la conciencia individual hasta la acción colectiva, cada uno de nosotros puede contribuir a un mundo mejor. ¿Te has preguntado alguna vez cómo puedes ayudar a tu comunidad? Las pequeñas acciones cuentan. Ya sea apoyando a un vecino, buscando maneras de ayudar a los afectados por desastres o simplemente escuchando a quienes te rodean, todos tenemos un papel que desempeñar.
Reflexiones finales
Vivir en tiempos de conflicto y cambio no es fácil, pero es en estos momentos donde más necesitamos el diálogo, la empatía y el compromiso. La presidenta Armengol nos recuerda que, a pesar de las dificultades, existen oportunidades para construir un futuro más unido e inclusivo. Los grandes cambios a menudo comienzan con pequeñas decisiones.
¿Te imaginas un mundo donde el diálogo y el respeto sean la norma? Puede que suene utópico, pero cada pequeño intercambio nos acerca un poco más a esa realidad. Recuerda, si un grupo de adolescentes puede llegar a un acuerdo sobre qué película ver en Netflix (creedme, ¡es todo un desafío!), entonces, ¿por qué no podemos lograr lo mismo a nivel nacional?
Te invito a reflexionar sobre lo que has leído. Juntos, podemos enfrentar los retos del presente y construir un futuro mejor. La historia es nuestra, y el tiempo para actuar es ahora.