La situación político-administrativa en Mairena del Alcor se ha convertido en un verdadero campo de batalla, donde los informes de irregularidades han comenzado a acumularse como las hojas en otoño. Recientemente se ha revelado que el Ayuntamiento, bajo el liderazgo de Juan Manuel López Domínguez del Partido Popular, también conocido como PP, ha estado adjudicando contratos por más de dos millones de euros sin seguir el debido proceso administrativo. Pero, antes de que saquen las antorchas y se forme una turba enojada, comencemos desde el principio.
La realidad de la gestión pública: ¿Qué pasó en Mairena del Alcor?
Imagina que estás organizando una cena con amigos y decides pedir tres pizzas a diferentes pizzerías, pero resulta que las tres son del mismo lugar y, sin querer, terminas pagando de más por lo que era un pedido único. Algo parecido está sucediendo en el Ayuntamiento de Mairena del Alcor, donde el fraccionamiento de contratos ha sido señal de prácticas fuera de la ley. ¿Es una estrategia inteligente o un intento desesperado de evitar que otros se enteren de las malas decisiones?
El último informe del interventor municipal ha emitido más de 206 reparos sobre diversos expedientes de gastos. Estas advertencias no son más que una forma de expresar que, “hey, esto no se está haciendo bien” y si esta serie de advertencias fuera música, ¡sería un concierto desafinado total!
¿Qué son los reparos y por qué son importantes?
Los reparos son, en resumen, un mecanismo de control interno que permiten a un auditor señalar que algo huele a podrido en Dinamarca, pardon, en Mairena del Alcor. En este caso, se han validado facturas y contratos por servicios como electricidad, ferretería y papelería, pero el camino para llegar ahí tiene más baches que una carretera rural. La verdad es que, si algún día me quedo sin ideas para un thriller, seguramente basaré mi novela en cómo funcionan los procedimientos burocráticos, porque a veces son más intrigantes que una serie de Netflix.
La adjudicación a dedo y el fraccionamiento de contratos
Uno de los problemas más inquietantes es el uso de la adjudicación a dedo. Aquí es donde quiero que tomes asiento y respires hondo, porque lo que se viene es una mezcla de incredulidad e indignación. Un Ayuntamiento no debería, en teoría, elegir a quién le asigna más de dos millones de euros sin un proceso transparente. Pero, como dirían por ahí, en la vida real, las cosas son diferentes y, de hecho, un poco más complicadas.
Piezas claves del rompecabezas han revelado una práctica común: la adjudicación de contratos a una misma empresa mediante un método de fraccionamiento. ¿Y eso qué significa? Básicamente que se dividen proyectos grandes en varios pequeños para poder adjudicarlos sin tener que pasar por un proceso de licitación pública. En palabras sencillas, es como si tuvieras que conseguir entradas para un concierto de tu banda favorita, pero decides comprar dos entradas en tres transacciones para evitar aglomeraciones.
Regulaciones y advertencias: la ley no se toma a la ligera
La Ley de Contratos del Sector Público es bastante clara en este tema. Y lo que revela la secretaría del Ayuntamiento es preocupante. Una mala gestión no solo puede poner en jaque el funcionamiento diario de un Ayuntamiento, sino también abrir la puerta a la corrupción. Y aquí es donde me surge una pregunta: ¿es que no aprendemos de nuestras lecciones pasadas?
Es interesante notar que no es habitual recibir tal cantidad de reparos en un solo año. Así lo han señalado otros interventores consultados. Lo que a mí me lleva a pensar que, si esto ha sucedido, algo más grave debe estar sucediendo en las entrañas de la administración. Nuestro querido Juan Manuel López Domínguez no parece estar jugando limpio.
La falta de claridad y las respuestas evasivas
Cuando los medios de comunicación empiezan a solicitar explicaciones sobre cómo se han adjudicado esos contratos y por qué han sido convalidados a pesar de las advertencias, las respuestas, por supuesto, son de lo más vagas. Las fuentes del Consistorio han reconocido la existencia de reparos, pero ¿cómo se debe confiar en una administración que no puede o no quiere dar respuestas eficientes? Recuerdo una ocasión en la que pedí una explicación sobre un cargo en mi factura de electricidad y se tardaron tanto que olvidé que había hecho la consulta.
En el ámbito local, este tipo de evasivas puede ser un juego peligroso, sobre todo cuando se trata del dinero público. Así que es comprensible que los ciudadanos empiecen a preguntar: ¿y el dinero? ¿Dónde está todo ese dinero?
Un ciclo vicioso: ¿de dónde viene esta situación?
Para entender cómo ha llegado Mairena del Alcor a este punto, es esencial mirar más allá de los contratos y las facturas. La estructura administrativa del Ayuntamiento está lejos de ser óptima. Según el interventor, hay “imprecisiones en los estados contables”. Esto ya suena como un mal augurio, como si las cuentas estuvieran más alteradas que un grupo de adolescentes en un concierto de rock.
Esto no es un mero accidente administrativo; se trata de una debilidad del sistema que debe preocuparnos a todos. Y aquí es donde nuevamente me hago eco de una reflexión: ¿los administradores locales han perdido el sentido de responsabilidad social?
Consecuencias para la comunidad: no todo es juego
Es fácil criticar desde la barrera y jugar a ser el comentarista de un partido de fútbol, pero la realidad es que los ciudadanos son los que más sufren. Los recursos públicos tienen que administrarse con transparencia y seriedad. Sin este tipo de prácticas, los que terminan perjudicados son los maireneros que necesitan infraestructuras adecuadas, servicios de calidad y, claro, una Administración que opere con honestidad.
Así que, volviendo a mi anécdota de la cena, ¿sería injusto criticar a alguien por querer salir adelante y ahorrar dinero? No, pero la manera de hacerlo sí debe estar sujeta a un marco de legalidad y ética.
Mirando al futuro: ¿qué medidas se pueden tomar?
Después de un panorama tan desolador, es justo pensar en el futuro. Es necesario implementar medidas de control más efectivas y alejarse del camino de la improductividad y la falta de transparencia. La forma de obtener confianza y legitimidad es a través de la participación ciudadana y la comunicación abierta.
La administración local debe repensar sus estrategias y aferrarse a la legalidad. La formación y la ética en la gestión pública son valores que no se deben dejar de lado. ¡Es hora de poner al mal tiempo buena cara y cambiar el rumbo!
Reflexión final
El escándalo en Mairena del Alcor es un recordatorio de que la vigilancia y la responsabilidad deben prevalecer en la gestión pública. Al final del día, todos queremos un entorno donde nuestra comunidad pueda prosperar, y esto puede cambiarse solo si formamos un frente unido en búsqueda de mejoras. Porque, ¿quién no quiere ver su municipio florecer, lejos de las sombras de la corrupción?
Así que ya seas un ciudadano, un funcionario o simplemente un curioso, educarte sobre estos temas es clave. A veces, la verdad está ahí, esperando a ser descubierta, así que mantente alerta. Y, mientras tanto, sigamos disfrutando de este viaje de descubrimiento, porque en esta historia, todos tenemos un rol que jugar.