Recientemente, desde la alianza internacional ChildFund, que incluye a la ONG de educación e infancia Educo, se presentó en Nueva York el Índice Mundial sobre los Derechos de las Mujeres y la Infancia. Este documento, que se asemeja a un análisis exhaustivo que haría un detective en una novela de misterio, se centra en la situación de los derechos de estos colectivos en 157 países. ¿Por qué es esto relevante? Permíteme que te lo cuente de una manera un poco más… divertida, pero igualmente útil.
Un vistazo a la situación global: ¿cuál es la trama?
En la historia que nos cuenta el informe, 1 de cada 3 niños vive en países donde los derechos humanos son más limitados que las opciones de encontrar un par de calcetines a juego en mi cajón. Para ponerlo en contexto, si todo sigue así, nuestros pequeños no verán cumplidos plenamente sus derechos hasta dentro de… ¡113 años! Es un poco como esas historias de ciencia ficción en las que la humanidad tiene que esperar generaciones para ver cambios, pero no es tan emocionante como suena.
¿Y qué pasa con la educación?
A pesar de que se ha progresado en áreas como el acceso a agua potable, salud infantil y higiene, el derecho a la educación se ha estancado tras la pandemia. Al parecer, la educación no se puede poner «en pausa», igual que nunca se puede elegir el momento en que un niño decide que es el instante justo para hacer una pregunta tan profunda que podrías perderte toda la tarde tratando de responderla.
La directora general de Educo ONG, Pilar Orenes, aclara que «la educación es clave para salir del círculo de pobreza.» Imagina a un niño que quiere aprender, pero simplemente no puede. Es como si quisiéramos hacer una pizza sin harina. Puede que hagas un intento, pero el resultado final no será lo que esperabas.
La cruel realidad y la voz de los jóvenes
La encuesta realizada a 10,000 niños y adolescentes de 41 países ha revelado preocupaciones aleccionadoras. Los pequeños mencionan que el desempleo, la pobreza y las epidemias están entre sus temas centrales. Aquí hay una pregunta retórica: ¿no deberíamos nosotros, como adultos, asegurarnos de que su infancia no sea una lista interminable de preocupaciones y restricciones?
En Europa, se ha revelado que 1 de cada 2 niños que participaron en la encuesta sienten que su futuro será peor que su presente. Por otro lado, los niños en países con menos recursos, como Tanzania o Kenia, parecen tener una mayor conciencia de sus derechos. ¿Tal vez eso nos sugiere que enfrentarse a la adversidad puede hacer que uno valore más lo que tiene?
Más datos inquietantes
Los datos destacan que en África Occidental y Central, aproximadamente 1 de cada 3 niños no va a la escuela de forma sistemática, mientras que 14% enfrenta inseguridad alimentaria. Ahora, si alguno de ustedes pensaba que sus problemas de almuerzo en la escuela eran un verdadero «drama», piensen en esto: hay niños que ni siquiera tienen la seguridad de recibir un plato de comida a diario. Cualquier día normal en clase podría ser reemplazado por una campaña de concienciación sobre la alimentación.
Claves para mejorar la situación
La especialista en bienestar infantil Esmeralda Velasco, orientadora del Colegio Europeo de Madrid, resalta que la colaboración entre familias, docentes y gobiernos es fundamental. Para que los niños crezcan sanos y seguros, propone diez claves. ¡Prepárate! Aquí van:
1. Fomentar el desarrollo emocional y mental
Escuchar y validar las emociones de los niños es esencial. Como padres, debemos convertirnos en esos superhéroes que abrazan las angustias de nuestros hijos y les ayudan a entender sus propias emociones. Quizá más que volar, lo que necesitan es que volar a casa siempre signifique llegar a un hogar donde puedan expresarse.
2. Apostar por una educación inclusiva
La inclusión es como el pegamento que mantiene unida la diversidad. Enseñar a los niños a aceptar y valorar las diferencias es vital. La escuela se convierte en ese pequeño microcosmos donde los enfoques inclusivos pueden crear un ambiente más enriquecedor. ¿No es alucinante pensar que nuestras diferencias pueden ser los colores de este cuadro maravilloso llamado sociedad?
3. Fomentar el tiempo de juego
El juego es fundamental para el desarrollo infantil. Como padres, debemos hacer de nuestras casas un campo de juego, donde la creatividad y la exploración sean protagonistas. No solo es divertido, sino que además les prepara para enfrentar mejor la vida. ¡Después de todo, la «escuela del juego» es una de las más grandes de la vida!
4. Fomentar la creatividad y el pensamiento crítico
Proporcionar a los niños materiales y actividades que estimulen su imaginación es una misión que deberíamos tomar en serio. Así que, si ves a tu hijo haciendo un castillo de cartas mientras te preguntas por qué no está estudiando, tal vez deberías considerar que está desarrollando habilidades para resolver problemas. ¡Quizá no sea un arquitecto, pero tampoco será un constructor frustrado!
5. Proporcionar una alimentación equilibrada
La alimentación es uno de los pilares de su bienestar. Las familias y docentes deben trabajar en conjunto para que los niños tengan una dieta variada. Es una delicia ver a un niño disfrutar de una fruta en lugar de un dulce, ¿verdad? Además, alimentar su cuerpo es como poner gasolina en un coche: sin la correcta, no llegamos muy lejos.
6. Fortalecer los lazos sociales
La empatía y la cooperación deben ser enseñadas desde el hogar. Fomentar esos valores desde temprana edad puede hacer que se conviertan en lifelong learners -o lo que es lo mismo, en «aprendices de por vida».
7. La protección de los derechos
Las familias deben ser conscientes y enseñar a sus hijos sobre sus derechos. Los adultos no deberían ser los únicos que conocen las normas del juego. Después de todo, ¿quién no ha sentido que a veces las reglas necesitan una buena revisión y actualización?
8. Prevención de riesgos y violencia
Estar alerta a cualquier signo de violencia o abuso es vital. La responsabilidad de educar y proteger a los niños no es solo de los padres; también recae en las instituciones educativas y el gobierno. Después de todo, no podemos permitir que nuestros niños crezcan en un ambiente donde el miedo sea una parte de su rutina.
9. Fomentar la participación
Los niños deben sentir que sus voces importan. Escucharles y darles espacios para que se expresen no solo es una obligación ética, sino un requisito para construir una sociedad mejor. Si cada pregunta de mi hijo, y las millones de respuestas que ha abierto, son prueba de que debemos darles un espacio, entonces su voz vale su peso en oro.
10. Responsabilidad y autonomía
Por último, promover la responsabilidad y la autonomía es crucial. Las familias deberían asignar tareas en casa y enseñar a los niños a tomar decisiones. ¿No es irónico que los pequeños sean expertos en elección de golosinas, pero en ocasiones no se les considere aptos para elegir cosas importantes? Esa es una de las lecciones de vida más poderosas que podemos darles.
Un llamado a la acción
Garantizar el bienestar infantil no debería ser un lujo, sino un derecho básico. Como diría Velasco, «esta responsabilidad social debe priorizarse en cualquier rincón del mundo.» Las familias, los educadores y los gobiernos deben trabajar juntos. Con una visión integral que abarque la seguridad, la salud, la educación y el desarrollo emocional de los niños, podemos construir un mundo donde sus derechos sean no solo palabras, sino realidades.
Al final del día, todos queremos que los pequeños tengan un futuro brillante. Después de todo, nuestros niños son el espejo en el que reflejaremos nuestras propias acciones. ¿No es hora de darles razones para sonreír?